Amenábar nos deleita visualmente con este film y su enclave, Egipto. Puedo asegurar que los carneros estatua que aparecen en la película son idénticos a los de la calzada de Karnac o lo que es lo mismo, que unían Karnac con Luxor. Cuenta con total fluidez y la espectacular interpretación de Weiss parte de la vida de Hipatia, filósofa entre las filósofas y tremenda astrónoma que mejoró el diseño de los primitivos astrolabios -instrumentos que permiten determinar las posiciones de las estrellas sobre la bóveda celeste-, e inventó un hidrómetro.
Cuando ves Ágora te sorprendes de la grandeza de la época y la estupidez de las religiones en cuanto al fanatismo, de la pérdida del enorme legado de la humanidad; como el saber de la biblioteca de Alejandría. Su principal virtud, el no caer en sentimentalismos Hollywwoodienses es a la vez su gran carencia, la fuerza. Vista desde la neutralidad no es mala y a muchos al menos hará conocer a una heroina del saber, Hipatia.