Conocí esta obra maestra, etiquetada como "la peor de la historia del cine", gracias a la película biográfica "Ed Wood" (1994), de Tim Burton.
Algún tiempo después la conseguí en versión original con subtítulos en español, y me reuní con mis amigos más frikis y curiosos para, en presencia de una buena botella de ron, comprobar si efectivamente era tan mala.

Sí, lo es. La película es un espectacular desfile de errores, que nos obligaba a pararla continuamente para reírnos sin perder detalle: actores cutres leyendo lo que tenían que decir, respaldos de sillas haciendo de volantes, platillos colgados de hilos, lápidas de cartón mal recortadas que se tambaleaban al menor golpe, y una infinitud de escenas repetidas, mal montadas y donde el día y la noche parecían luchar por aparecer al mismo tiempo.

Sin embargo, detrás de la fría voz del narrador y de los penosos diálogos, se atisba lo que parece ser un intento de crítica a la carrera hacia la destrucción nuclear de la raza humana.

Quizás en su día las maquilladas caras de Vampira y Tor Johnson consiguiesen asustar, en una época en la que estaban de moda las películas sobre invasiones extraterrestres. El argumento de la película es malo, pero creo que con una buena dirección se podría hacer algo decente... aunque claro, esta obra es insuperable.

En conclusión: esta pequeña joya de hora y cuarto de duración la recomiendo a todo aficcionado al cine que sea curioso, y que no le importe descubrir en un traje extraterrestre el dibujo de lo que parece ser un hacha medieval... o que no se pregunte por el funcionamiento de un ordenador-traductor metido en un maletín (al que Burton hace un guiño en "Mars Attacks!").
Eso sí, si quieren puntuarla con más de un 1... asegúrense de verla tal y como yo lo hice. La disfrarán.