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Voto de Ford Farleine:
4
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5,2
12.155
Ciencia ficción. Acción
Sarah Connor (Linda Hamilton) y Grace (Mackenzie Davis), una híbrido de cyborg y humano, deberán proteger a una joven del Rev-9, un nuevo Terminator que viene del futuro. (FILMAFFINITY)
22 de octubre de 2020
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Soy un tipo ingenuo. Tengo que reconocerlo de una vez. No es que sea algo malo de por sí y tampoco me quejo, la verdad. Pensaba que esta ingenuidad era cosa de la edad, pero ya que voy peinando canas desde hace unos cuantos años es hora de reconocer que esta excusa no es más que eso: una excusa. Esta retahíla viene a colación porque yo pensaba que después de “Terminador: Genesys” y tras la vuelta de James Cameron a la franquicia, ésta recuperaría algo no ya de su honor, pero al menos sí de su dignidad.
Me equivoqué. Y el golpe ha sido duro, muy duro. Para mí esta “Destino Oscuro” es incluso peor que “Genesys”, porque esta última, vista desde el hoy, tuvo sus momentos y los viajes en el tiempo tenían su cosica. Lo de ahora ya no hay por dónde cogerlo y me explayaré en el terreno dedicado a los spoilers para no reventar la experiencia (terrible, por otra parte) de quien se ponga a ver el film.
Porque no hay muchas cosas que puedan salvarse de este engendro. Se puede decir que es la entrega que los tiempos piden. Todo es políticamente correcto en esta inexplicable secuela de una saga que, me parece a mí, ya ha recibido la estocada definitiva y que dormirá el sueño de los justos (gracias al Cielo, por otra parte). Y es una pena porque el universo que se nos presentaba en “Salvation” tenía mucho recorrido, aunque la película tampoco fuera nada de otro mundo (aunque visto lo que vino después, no la pondría yo ni entre las tres peores de la saga. Tiene cojones, la cosa), se podría haber explorado más ese mundo (y mejor).
De las cosas que hay que resaltar es, sin duda alguna, la vuelta de la única Sarah Connor que ha sido, nuestra amada Linda Hamilton. Cómo se la ha echado de menos en las películas en las que no aparecía el personaje y aún más en aquélla en la que sí aparecía (ay, Emilia Clarke, tienes mucho que aprender para llegar a tener la mitad de la mitad de la mitad del carisma y la presencia que tiene nuestra Linda), aunque el personaje ahora no tenga mucha chicha y sus motivaciones sean poco menos que arbitrarias, ha sido un gustazo volver a verla.
Y de los elementos negativos… pues qué se puede decir (me explayaré en los spoilers), que ha sido casi toda la película. Poco queda de la trama que alguna vez enganchó al personal. Ahora, con la excusa de sorprender al espectador (porque lo de los viajes en el tiempo ya está muy visto) hay que hablar de universos paralelos (como ya se hizo en la anterior) o de futuros posibles que hacen que el argumento no es que ya no se entienda bien… es que nos importa muy poco. Además, la trama se esconde bajo demasiadas capas de ruido y de escenas de acción en las que los efectos pretenden dejar boquiabierto al espectador, pero que lo único que hacen es confundirlo y aturullarlo. Comprendo que quizá es culpa mía, será que, como decía Roger Murtaugh, estoy demasiado viejo para esta mierda (nunca mejor dicho, es lo que es la película), pero, por mi parte, lo digo bien claro. Dejadlo ya, por favor. No mancilléis más el nombre del T-800. Por favor.
No creo que pueda perdonar esto jamás.
Me equivoqué. Y el golpe ha sido duro, muy duro. Para mí esta “Destino Oscuro” es incluso peor que “Genesys”, porque esta última, vista desde el hoy, tuvo sus momentos y los viajes en el tiempo tenían su cosica. Lo de ahora ya no hay por dónde cogerlo y me explayaré en el terreno dedicado a los spoilers para no reventar la experiencia (terrible, por otra parte) de quien se ponga a ver el film.
Porque no hay muchas cosas que puedan salvarse de este engendro. Se puede decir que es la entrega que los tiempos piden. Todo es políticamente correcto en esta inexplicable secuela de una saga que, me parece a mí, ya ha recibido la estocada definitiva y que dormirá el sueño de los justos (gracias al Cielo, por otra parte). Y es una pena porque el universo que se nos presentaba en “Salvation” tenía mucho recorrido, aunque la película tampoco fuera nada de otro mundo (aunque visto lo que vino después, no la pondría yo ni entre las tres peores de la saga. Tiene cojones, la cosa), se podría haber explorado más ese mundo (y mejor).
De las cosas que hay que resaltar es, sin duda alguna, la vuelta de la única Sarah Connor que ha sido, nuestra amada Linda Hamilton. Cómo se la ha echado de menos en las películas en las que no aparecía el personaje y aún más en aquélla en la que sí aparecía (ay, Emilia Clarke, tienes mucho que aprender para llegar a tener la mitad de la mitad de la mitad del carisma y la presencia que tiene nuestra Linda), aunque el personaje ahora no tenga mucha chicha y sus motivaciones sean poco menos que arbitrarias, ha sido un gustazo volver a verla.
Y de los elementos negativos… pues qué se puede decir (me explayaré en los spoilers), que ha sido casi toda la película. Poco queda de la trama que alguna vez enganchó al personal. Ahora, con la excusa de sorprender al espectador (porque lo de los viajes en el tiempo ya está muy visto) hay que hablar de universos paralelos (como ya se hizo en la anterior) o de futuros posibles que hacen que el argumento no es que ya no se entienda bien… es que nos importa muy poco. Además, la trama se esconde bajo demasiadas capas de ruido y de escenas de acción en las que los efectos pretenden dejar boquiabierto al espectador, pero que lo único que hacen es confundirlo y aturullarlo. Comprendo que quizá es culpa mía, será que, como decía Roger Murtaugh, estoy demasiado viejo para esta mierda (nunca mejor dicho, es lo que es la película), pero, por mi parte, lo digo bien claro. Dejadlo ya, por favor. No mancilléis más el nombre del T-800. Por favor.
No creo que pueda perdonar esto jamás.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
La trama es de chiste. Parece ser que los Connor se cargaron a Skynet en uno de esos universos paralelos o futuros posibles o qué sé yo, pero… algo desde el futuro sigue mandando a robots para cargarse a personas que en el futuro vayan a luchar contra ellas. Este sucedáneo de Skynet no se sabe muy bien qué es, qué lo creó ni qué coño pinta en todo esto. Ni tampoco se nos explica muy bien. Pero esto sirve para que entre en escena Sarah Connor (que aquí no está muerta) que recibe las coordinadas de no se sabe muy bien qué para enfrentarse a estos nuevos Terminators (bueno, esos modelos ya los hemos visto en otras entregas)
Seguramente, la película está destinada a la generación millenial. Craso error. Los millenial no saben quién es Terminator ni tampoco parece que tengan demasiadas ganas de conocerlo (por lo que se ha podido deducir de los pobres resultados de taquilla de las dos últimas –y lamentables- entregas), pero los productores (y ahora parece que también James Cameron, voto a Brios) están empeñados en engancharlos. Las escenas de acción están repletas de efectos especiales que te sacan de la película de puro incongruentes que son. En las dos primeras, eran “creíbles” si se me permite… ahora los humanos dan cabriolas y hacen unas cosas que ni Los Vengadores. Mucho ruido y poca chicha. Para colmo, en estos tiempos que corren, los protagonistas cumplen con los requisitos de la paridad y de la corrección social. Obviamente, ahora la elegida es una chica que en un ratejo pasa de ser una currante de una fábrica a ser lo más parecido a John Rambo que se haya visto nunca, así, sin instrucción y sin nada. John Connor necesitó de toda una vida de entrenamiento y preparación milita, pero esta chica… voilá. En un pispás, oye. Y, por supuesto, es hispana. Nada más integrador que un hispano salvando al mundo. Ya hemos matado dos pájaros de un tiro. Obviamente, aparte de Sarah Connor (personajazo del copón, que no necesitó de ñoñerías políticamente correctas ni de imposiciones feminitas para pasar a los anales de la historia del Cine, con mayúsculas), la persona que viene del futuro para proteger a la nueva elegida… pues también es una mujer (ya se ha acabado eso de que las que vengan del futuro sean arpías que quieren matar a John Connor, cojones ya). Y esta mujer es una súper heroína, qué pollas. La agilidad de Black Panther, la fuerza de Thor, la resistencia del Capitán América, la inteligencia de Reed Richards… madre mía, qué cosa. Con mujeres así, no tenemos nada que temer en el futuro. Las máquinas nos duran dos telediarios.
Y dejo lo peor para el final. Creí que el tratamiento que la película anterior hacía de John Connor era lo peor que se podía hacer. Me equivoqué. Lo que han hecho aquí es sencillamente deplorable. Vale que se quiera buscar sorprender… pero cargarse a John Connor!!!!!!!! Me cago en todo lo cagable.
Y lo del T-800… ¡Ay, lo del T-800!... no tuvieron bastante con que Sarah Connor lo llamara “abuelo” en la anterior, no. No fue bastante humillación. Ahora tenemos que verlo convertido en un padrazo, conviviendo con una mujer durante treinta años (respetando el celibato de androide) y… ¡¡¡¡¡¡vendiendo accesorios para los cuartos de baño!!!!!!!!!!! ¿Pero qué mierda es esta? Cuando escuché al T-800 hablar de cortinas para la ducha, no sabía si reír o llorar. Me quedé en shock.
En definitiva, ya que no se ha hecho bien la exploración que pudo haber sido “Salvation”, dejad ya las aventuras del Terminator, por Dios os lo pido.
Seguramente, la película está destinada a la generación millenial. Craso error. Los millenial no saben quién es Terminator ni tampoco parece que tengan demasiadas ganas de conocerlo (por lo que se ha podido deducir de los pobres resultados de taquilla de las dos últimas –y lamentables- entregas), pero los productores (y ahora parece que también James Cameron, voto a Brios) están empeñados en engancharlos. Las escenas de acción están repletas de efectos especiales que te sacan de la película de puro incongruentes que son. En las dos primeras, eran “creíbles” si se me permite… ahora los humanos dan cabriolas y hacen unas cosas que ni Los Vengadores. Mucho ruido y poca chicha. Para colmo, en estos tiempos que corren, los protagonistas cumplen con los requisitos de la paridad y de la corrección social. Obviamente, ahora la elegida es una chica que en un ratejo pasa de ser una currante de una fábrica a ser lo más parecido a John Rambo que se haya visto nunca, así, sin instrucción y sin nada. John Connor necesitó de toda una vida de entrenamiento y preparación milita, pero esta chica… voilá. En un pispás, oye. Y, por supuesto, es hispana. Nada más integrador que un hispano salvando al mundo. Ya hemos matado dos pájaros de un tiro. Obviamente, aparte de Sarah Connor (personajazo del copón, que no necesitó de ñoñerías políticamente correctas ni de imposiciones feminitas para pasar a los anales de la historia del Cine, con mayúsculas), la persona que viene del futuro para proteger a la nueva elegida… pues también es una mujer (ya se ha acabado eso de que las que vengan del futuro sean arpías que quieren matar a John Connor, cojones ya). Y esta mujer es una súper heroína, qué pollas. La agilidad de Black Panther, la fuerza de Thor, la resistencia del Capitán América, la inteligencia de Reed Richards… madre mía, qué cosa. Con mujeres así, no tenemos nada que temer en el futuro. Las máquinas nos duran dos telediarios.
Y dejo lo peor para el final. Creí que el tratamiento que la película anterior hacía de John Connor era lo peor que se podía hacer. Me equivoqué. Lo que han hecho aquí es sencillamente deplorable. Vale que se quiera buscar sorprender… pero cargarse a John Connor!!!!!!!! Me cago en todo lo cagable.
Y lo del T-800… ¡Ay, lo del T-800!... no tuvieron bastante con que Sarah Connor lo llamara “abuelo” en la anterior, no. No fue bastante humillación. Ahora tenemos que verlo convertido en un padrazo, conviviendo con una mujer durante treinta años (respetando el celibato de androide) y… ¡¡¡¡¡¡vendiendo accesorios para los cuartos de baño!!!!!!!!!!! ¿Pero qué mierda es esta? Cuando escuché al T-800 hablar de cortinas para la ducha, no sabía si reír o llorar. Me quedé en shock.
En definitiva, ya que no se ha hecho bien la exploración que pudo haber sido “Salvation”, dejad ya las aventuras del Terminator, por Dios os lo pido.