Ed Harris debuta en la dirección con este biopic de uno de los pintores americanos más influyentes del siglo pasado junto con Basquiat y Warhol: Jackson Pollock. Yo de arte entiendo lo que viene siendo bastante poco así que no puedo hablar de los hallazgos pictóricos de este artista o de si la combinación de colores y la contraposición de planos es así o asá porque no tengo ni idea y mucho menos del expresionismo. A mí me parece un señor que salpica un lienzo con pintura y ya está pero no tengo ni idea de arte moderno.
Lo que sí puedo decir es que Ed Harris capta realmente bien el ambiente tormentoso que rodea al personaje, la personalidad arrebatadora e imprevisible que está dentro de la cabeza de un ser considerado como genio, de esa sensibilidad extrema que plasmó en su arte que es inversamente proporcional a la frialdad (por no decir crueldad) con la que trata a los seres que lo aman; el camino de autodestrucción progresiva que va tomando irremediablemente Pollock debido a sus adicciones y a su personalidad que rebosa aflicción. Parece una forma de aseverar que el genio creador va aparejado con un dolor y un ansia dañina irremediable.
El reparto está espectacular empezando por Ed Harris que hace un retrato portentoso de Pollock, de sus miserias y de sus virtudes, Marcia Gay Harden como su sufrida esposa casi logra eclipsar a Harris y se come la pantalla. Están acompañados de insignes autores como Jennfer Connelly o Val Kilmer.