¿La miseria es hereditaria? A lo mejor esta suerte de determinismo biológico es la cuña sobre la que nos hace reflexionar la película. Aunque por supuesto no obtenemos respuesta, ¿o es que podemos determinarlo solo con un retazo de vida de una persona? ¿Con qué? ¿Dos meses de vida de una adolescente? El filme no despierta ningún interés porqué no se plantea ninguna pregunta, solo nos da un collage de escenas dramáticas con apercibimiento previo y la cara impávida de Sara. Además sospecho que no es culpa suya, porqué derrocha talento, sino de la propuesta de dirección que se lo exige.

Por qué el problema principal es que no hay historia, solo guion, no sabemos nada y entramos y salimos de la película con la misma sensación ¿Realmente Sara fue una mala estudiante?, ¿Que relación real tienen con el padre de su hijo?, ¿tuvo alguna vez madre? Supongo que debe ser impertinente preguntárselo porqué el filme solo nos ofrece un retrato intimista. Es insuficiente, tanto para respondernos la pregunta planteada como para entretenernos.

Al final, el metraje además nos lleva hacía un juicio sin sentido, dónde está tan poco preparado el clímax que no sabemos porqué hemos llegado aquí y lo percibimos como una trampa narrativa para un final prediseñado dónde nos encontremos una Sara que está sola y desamparada. Pues bien, la película también empezaba así, no sé si lo recuerdan…

Hay más y aunque me caerán palos por esto, hay algo que me irritó especialmente. El uso de la lengua. ¿Quién usa el catalán en el metraje? Solo la gente rica y de bien, todos los pobres hablan castellano. Además, con los actores mayoritariamente catalanohablantes haciendo gala de un acento castellano macarrónico. Los abogados, los empresarios (pequeños y grandes), el personal médico habla catalán, las limpiadoras y los okupas castellano. Hasta el padre del hijo de Sara habla catalán con su padre, pero cuándo se dirige a la madre lo hace en castellano, claro está por qué es pobre… Algo que supongo no me debe sorprender conociendo la animadversión que tiene la directora, Belén Funes, hacía nuestro idioma pero que para nada corresponde a la realidad de Catalunya.

En fin, película que tiene escenas bonitas y algunas buenas interpretaciones pero que no pasa el estándar de “perdida de tiempo” al no proponer nada interesante para el espectador.