Satyajit Ray (1921-1992) fue el más internacional de los directores de la India. También uno de los que se desmarcó del cine característico de Bollywood, siendo un claro representante del neorrealismo de los años cincuenta.

Esta es la segunda película de la Trilogía de Apu, donde el niño que corre por las calles de Benarés se convierte, a lo largo del metraje, en el adolescente que decide ir a estudiar a Calcuta, lejos de su madre. Esta secuela se alzó con el León de Oro del Festival de Venecia.

Pese a que reconozco que las actuaciones son buenas, principalmente el de la madre de Apu (Karuna Banerjee), nominada al BAFTA por esta actuación, así como también destaco el poderío visual reforzado por el blanco y negro, el estilo narrativo parsimonioso, me llega por momentos a resultar aburrido. Dicho esto, si la comparo con su predecesora, “Pather Panchali” (1955), sí distingo en la segunda parte una evolución del personaje. En “Pather Panchali” no pasaba nada destacable durante la mayor parte de la película, dando la sensación de que no avanzaba… cuando de repente...una desgracia… y cada vez mayor a la anterior… lo que personalmente llega a superarme. Aunque la que nos ocupa no está exenta de desgracias, quizá maduras con el paso de los minutos, y no las sufres igual…