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7,4
87.268
9
30 de abril de 2021
30 de abril de 2021
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Siempre fui más de Aliens que de Alien, sin embargo, al ver ambas películas juntas, me decanto finalmente por el suspense de la primera. Asimismo, refiriéndome al Octavo Pasajero, su exquisito sonido y una magnífica edición cubren con éxito su menor presupuesto. Aún así, frente a una Sigourney Weaver bastante insípida, nos encontramos con una heroína consagrada en la secuela.
El universo Alien es otro de los que pondría en un altar. Estos son mis “pro’s” y mis “no tan pro’s”:
Pro’s: (1) El diseño de producción de Aliens es inaudito y es una clara muestra de la enorme inyección de recursos de la factoría de James Cameron; (2) Sigourney Weaver, como ya he comentado, explosionando y dando rienda suelta a todo su poder; (3) La banda sonora también es otra más de las que recordamos de inmediato; (4) Efectos especiales que a fecha de hoy siguen pareciendo muy buenos; (5) Esta es la película que crea el universo Aliens, con una trama que nos deja anhelosos de más historias.
No tan pro’s: (1) El ritmo me parece desigual. La primera parte de la película se me hace un tanto carente de ritmo; (2) El sonido: así como en la primera es sorprendente y parte involucrada en la tensión, el suspense y credibilidad de la película (como en el aterrizaje, por ejemplo), en la segunda parte tiene un buen sonido, pero reduce su presencia.
El universo Alien es otro de los que pondría en un altar. Estos son mis “pro’s” y mis “no tan pro’s”:
Pro’s: (1) El diseño de producción de Aliens es inaudito y es una clara muestra de la enorme inyección de recursos de la factoría de James Cameron; (2) Sigourney Weaver, como ya he comentado, explosionando y dando rienda suelta a todo su poder; (3) La banda sonora también es otra más de las que recordamos de inmediato; (4) Efectos especiales que a fecha de hoy siguen pareciendo muy buenos; (5) Esta es la película que crea el universo Aliens, con una trama que nos deja anhelosos de más historias.
No tan pro’s: (1) El ritmo me parece desigual. La primera parte de la película se me hace un tanto carente de ritmo; (2) El sonido: así como en la primera es sorprendente y parte involucrada en la tensión, el suspense y credibilidad de la película (como en el aterrizaje, por ejemplo), en la segunda parte tiene un buen sonido, pero reduce su presencia.
6
27 de noviembre de 2020
27 de noviembre de 2020
7 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Respecto a *La sombra del pasado*, cuando acabé de verla mi primera impresión fue de incredulidad. Me costó dar crédito a las coincidencias que se dan en la película que no revelaré para no caer en spoiler. Sin embargo, indagando un poco más en la historia, descubrí que en realidad se trata de un biopic del artista alemán Gerhard Richter, por lo que estamos hablando, una vez más, de que la realidad supera a la ficción.
La película para mi tiene un desarrollo desigual: un primer tramo que me parece espectacular, donde trata la esquizofrenia de Elisabeth (Saskia Rosendahl), de su desgraciado final y del bombardeo de Dresden. Estos primeros minutos me parecen sublimes: desde la actuación de Rosendahl, a la fotografía (destacando la imagen de los aviones lanzando papel plateado), a la música orquestral de Max Richter (por cierto, fue nominada tanto a fotografía como a mejor película de habla no inglesa, ambos premios ganados por la “Roma” de Cuarón).
La parte central de la película me resulta algo tediosa, particularmente la búsqueda del pintor de su estilo propio. Tiene sentido, pero se me hace larga.
Y el desenlace vuelve a interesar sin brillar nunca como en ese primer tramo, destacando tanto en el intermedio como en la parte final, la actuación del médico nazi: Sebastian Koch.
Como conclusión: buen intento de Donnersmarck que se queda a medio camino y no llega a la pulcritud de su opera prima: “La vida de los otros” (2006).
La película para mi tiene un desarrollo desigual: un primer tramo que me parece espectacular, donde trata la esquizofrenia de Elisabeth (Saskia Rosendahl), de su desgraciado final y del bombardeo de Dresden. Estos primeros minutos me parecen sublimes: desde la actuación de Rosendahl, a la fotografía (destacando la imagen de los aviones lanzando papel plateado), a la música orquestral de Max Richter (por cierto, fue nominada tanto a fotografía como a mejor película de habla no inglesa, ambos premios ganados por la “Roma” de Cuarón).
La parte central de la película me resulta algo tediosa, particularmente la búsqueda del pintor de su estilo propio. Tiene sentido, pero se me hace larga.
Y el desenlace vuelve a interesar sin brillar nunca como en ese primer tramo, destacando tanto en el intermedio como en la parte final, la actuación del médico nazi: Sebastian Koch.
Como conclusión: buen intento de Donnersmarck que se queda a medio camino y no llega a la pulcritud de su opera prima: “La vida de los otros” (2006).

8,5
36.610
5
10 de junio de 2020
10 de junio de 2020
7 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ernest Lubitsch fue uno de los directores judíos que tuvieron que exiliarse a Hollywood para continuar con su carrera cinematográfica durante los años treinta, como también hiciera Otto Preminger o Billy Wilder, de quien se cuenta que algunas veces decía en los rodajes: “y esta escena… ¿cómo la hubiera rodado Lubistch?”. Así que pese a ser menos conocido que otros directores de la Edad Dorada de Hollywood (de los años 20 a 60), sí es considerado un maestro.
Pionero, por ejemplo, en la comedia: con esta película rompe con un estilo de humor bufonesco, más infantil, para conseguir un humor adulto sustentado por un guión potente. En la película que nos ocupa veo gags simpáticos, pero en ningún caso tronchantes (como hubiera esperado de la considerada como “una de las mejores comedias jamás realizadas”).
También confieso que cuando veo cine clásico con el que no congenio, como por ejemplo, como consecuencia de que el humor sea de otra época y no esté habituado, suelo buscar elementos que reconozca, es decir, imágenes que pertenezcan a la épica del cine, y que haya visto cientos de veces en videos homenaje en festivales, premios o documentales. Por hacer un símil: soy aquel que aguanta los tres actos de Aída esperando la Marcha Triunfal… y el resto, o no lo entiendo o no me entretiene. Y con “Ser o no ser” no he reconocido esa épica. Quizá no es tan conocida por el pueblo llano, porque Lubistch falleció prematuramente cuando aún le quedaba mucho que dar al mundo del cine (55 años); o porque su actriz principal corriera esta misma suerte y tampoco haya sonado como una de las artistas más sonadas del “Star System” (Carole Lombard, esposa de Clark Gable, ni siquiera llegó al estreno de la película. Falleció en un accidente aéreo)… no lo sé… La realidad, es que apenas la conocía y admito mi sorpresa cuando veo que a “Ser o no ser” se la considera una de las mejores comedias y que, en filmaffinity, está como la decimosexta película mejor de la Historia del Cine.
Admitida mi cerrilidad, he tenido que ver dos veces consecutivas la película, para descartar que mi baja valoración fuera provocada por un día malo, por la traducción, por los enredos propios de esta comedia, pero creo que no han sido esos los motivos… Valoro sin duda la trama original, pero francamente, no me ha enganchado lo que quisiera… como también me pasa con la Ópera.
Pionero, por ejemplo, en la comedia: con esta película rompe con un estilo de humor bufonesco, más infantil, para conseguir un humor adulto sustentado por un guión potente. En la película que nos ocupa veo gags simpáticos, pero en ningún caso tronchantes (como hubiera esperado de la considerada como “una de las mejores comedias jamás realizadas”).
También confieso que cuando veo cine clásico con el que no congenio, como por ejemplo, como consecuencia de que el humor sea de otra época y no esté habituado, suelo buscar elementos que reconozca, es decir, imágenes que pertenezcan a la épica del cine, y que haya visto cientos de veces en videos homenaje en festivales, premios o documentales. Por hacer un símil: soy aquel que aguanta los tres actos de Aída esperando la Marcha Triunfal… y el resto, o no lo entiendo o no me entretiene. Y con “Ser o no ser” no he reconocido esa épica. Quizá no es tan conocida por el pueblo llano, porque Lubistch falleció prematuramente cuando aún le quedaba mucho que dar al mundo del cine (55 años); o porque su actriz principal corriera esta misma suerte y tampoco haya sonado como una de las artistas más sonadas del “Star System” (Carole Lombard, esposa de Clark Gable, ni siquiera llegó al estreno de la película. Falleció en un accidente aéreo)… no lo sé… La realidad, es que apenas la conocía y admito mi sorpresa cuando veo que a “Ser o no ser” se la considera una de las mejores comedias y que, en filmaffinity, está como la decimosexta película mejor de la Historia del Cine.
Admitida mi cerrilidad, he tenido que ver dos veces consecutivas la película, para descartar que mi baja valoración fuera provocada por un día malo, por la traducción, por los enredos propios de esta comedia, pero creo que no han sido esos los motivos… Valoro sin duda la trama original, pero francamente, no me ha enganchado lo que quisiera… como también me pasa con la Ópera.

8,3
12.528
4
13 de abril de 2022
13 de abril de 2022
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dejando de lado "Dersu Uzala" (1975), respecto a Kurosawa, más allá de buscar como influyó su filmografía en la saga galáctica de George Lucas (como "La fortaleza escondida" -1958- o la misma "Dersu Uzala"), me parece soporífero. Sé que iré al infierno por decir esto, y me condenarán a ver la saga completa de "Sharknado" mil veces, y también sé, que probablemente me falte esforzarme más a la hora de valorar esta película en su década y país, pero como voy teniendo "horas de vuelo" en el Séptimo Arte, puedo aseverar que no entiendo el mérito del director japonés.
En la película que nos ocupa, Kenji Watanabe es un viejo funcionario público al que le detectan una enfermedad terminal y decide llenar su vacío existencial haciendo un sprint final para dar sentido a su vida. Para algunos parece ser más lacrimógena que "Hachiko" (Lasse Hallström, 2009)... pero a mi me parecen 143 interminables minutos de un largometraje plano.
Tampoco entiendo el hype que se le da a las actuaciones: la chica joven que enseña a vivir a Watabe sobreactúa, y Watabe... en fin... más allá de poner cara de pasmarote, pues mucho más no hace...
No me emociona en ningún momento y, dado el argumento, debía conseguirlo. Repito, soy consciente de que debería ser más condescendiente y evaluarla dentro de su época y la cultura japonesa, pero como en el cine se trata de disfrutar, esta película se ha situado en las antípodas de mi ideal de entretenimiento.
En la película que nos ocupa, Kenji Watanabe es un viejo funcionario público al que le detectan una enfermedad terminal y decide llenar su vacío existencial haciendo un sprint final para dar sentido a su vida. Para algunos parece ser más lacrimógena que "Hachiko" (Lasse Hallström, 2009)... pero a mi me parecen 143 interminables minutos de un largometraje plano.
Tampoco entiendo el hype que se le da a las actuaciones: la chica joven que enseña a vivir a Watabe sobreactúa, y Watabe... en fin... más allá de poner cara de pasmarote, pues mucho más no hace...
No me emociona en ningún momento y, dado el argumento, debía conseguirlo. Repito, soy consciente de que debería ser más condescendiente y evaluarla dentro de su época y la cultura japonesa, pero como en el cine se trata de disfrutar, esta película se ha situado en las antípodas de mi ideal de entretenimiento.

7,2
13.036
6
1 de marzo de 2023
1 de marzo de 2023
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estamos frente a una película donde el espectador debe interpretar la historia y las emociones de los protagonistas: la Sophie pre-adolescente, la Sophie adulta y Colum, su padre. Mi lectura es que la Sophie adulta recuerda el viaje que realizó con su padre unos 20 años antes tras ver unas cintas de video de aquel momento. La madurez adquirida y el cariño que ahora siente con su reciente maternidad, le permiten entender aquel viaje a Turquía: el amor incondicional de su padre; su sufrimiento como consecuencia de la separación que le había conducido a dejar de ver con asiduidad a lo que más quería: ella (y cuyo principal efecto en la salud era la depresión); el primer beso de Sophie, quien pasaba en aquel verano de niña a mujer…
Francamente he necesitado dejar reposar esta película 24 horas. Ayer, tras verla, su ritmo lento, sus escenas estiradas, sus diálogos monosilábicos e insustanciales, me condujeron directamente a pensar que nos encontrábamos, de nuevo, en otra película contemplativa sólo apta para un determinado público.
Y siendo sincero, en muchos momentos sentí que no sucedía nada. De hecho, me aburrí en la parte central. Y es muy probable que no la vuelva a ver, al menos en el corto plazo…. Sin embargo, algo me dice que el que tiene la desgracia de estar pasando por esta situación, se verá dolorosamente representado en esta película. Creo que Charlotte Wells hace un excelente trabajo mimetizando sensaciones y emociones.
Francamente he necesitado dejar reposar esta película 24 horas. Ayer, tras verla, su ritmo lento, sus escenas estiradas, sus diálogos monosilábicos e insustanciales, me condujeron directamente a pensar que nos encontrábamos, de nuevo, en otra película contemplativa sólo apta para un determinado público.
Y siendo sincero, en muchos momentos sentí que no sucedía nada. De hecho, me aburrí en la parte central. Y es muy probable que no la vuelva a ver, al menos en el corto plazo…. Sin embargo, algo me dice que el que tiene la desgracia de estar pasando por esta situación, se verá dolorosamente representado en esta película. Creo que Charlotte Wells hace un excelente trabajo mimetizando sensaciones y emociones.
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