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Voto de Cinemagavia:
9
Terror Berlín, antes de la caída del muro. Cuando Marc regresa de un viaje encuentra a su esposa Anna cambiada, muy nerviosa y perturbada. Por fin, le confiesa que tiene una aventura y lo abandona. Marc cae en una terrible depresión que lo lleva casi al borde de la locura. Poco después Marc se entera de que su mujer también ha abandonado a su amante, y la verdad sobre la aventura secreta de Anna se revelará monstruosa.
8 de diciembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
*Cómo exponer un momento en el tiempo

La Posesión es una película ambientada en Berlín, justo antes de la caída del muro. Este momento en el tiempo es algo que nos deja muy claro desde un principio nuestro director Zulawski. Un paisaje muy azul y frío, como fue ese justo momento de la historia de Alemania, y en general, del resto del mundo. Estos paralelismos entre el hilo de la historia, en el que una mujer y un hombre comienzan a separarse, se pueden comenzar a relacionar con esa misma connotación política de la época, en la que tenemos dos lados de Berlín completamente diferenciados.

Y es que, en realidad, la dualidad es el verdadero tema de La Posesión. La dualidad de nuestra protagonista, encarnada a cuerpo y alma por Isabelle Adjani, lo mejor de la película. Adjani llega incluso a ponerse en la piel de dos personajes diferentes, completamente marcados en la película. La dualidad de nuestro otro protagonista, Sam Neill, queda marcada también en sus comportamientos cambiantes alrededor de toda la película. Incluso se pueden ver dualidades entre diferentes personajes, que retratan las diferentes relaciones y como afectan en el personaje protagonista de Adjani.

La Posesión llega a jugar hasta con la dualidad de los espacios. Podemos llegar a diferenciar de buena manera los apartamentos del personaje de Neill con el de Adjani, haciéndonos ver prácticamente dos películas distintas en cada momento. Un apartamento repulsivo y vacío, con uno prácticamente lleno y con energía, concluyendo el símil con Berlín Oriental y Occidental.

*La perfección del doppelgänger

Uno de los temas con los que concluye La Posesión es alcanzando la perfección. En mi opinión, alcanza la perfección como obra audiovisual. Pero además, alcanza la perfección en tema y personajes. La evolución del amante del personaje de Anna finaliza, una vez que se topa de nuevo con el tema de la dualidad. Hemos podido alcanzar a ver cómo los personajes de Sam Neill y Isabelle Adjani “consiguen” sus doppelgänger en la misma película. Pero… ¿Qué personaje no lo consigue, y, por tanto, sobra en este momento de la película? El hijo de la pareja.

Para mí, un gran ejemplo de cómo concluir con todos los temas y las tramas de la película de muy buena mano. Uno de los mejores finales que he podido ver en cuanto a la narrativa y el guion de una película, que además, no lo tenía sencillo, por su complejidad. El maestro Andrzej Zulawski hace en La Posesión un fantástico trabajo.

Y por supuesto, no deja de tocar un último tema con una gran importancia: Dios y la religión. Quitando la famosa parte del metro, que invito a que cada uno saque sus propias conclusiones, fue una de las razones por las que la película pudo tener tanta censura.

*La naturaleza de dios, según Zulawski

Uno de los símiles más fuertes de la película, es el del personaje de Isabelle Adjani, abrazando o separándose de la misma religión. El bien o el mal parece separarse de la misma manera en la historia que los dos protagonistas. De la misma manera que Berlín, o de la misma manera que las actitudes de Anna. Y está claro que, por un lado, tenemos ese lado espiritual y hedonista, que conforma a Dios y al cielo, a la perfección. Y por el otro lado, se confirma un infierno, aunque en la película, las dos partes queden totalmente desdibujadas.

Tenemos violencia y engaño, pero también tenemos cariño y familiaridad. La lucha de Anna con la fe se puede asimilar a esa escena del metro, en la que Adjani hace una interpretación brutal, sacada de los mismos métodos teatrales más conocidos, como los de Meyerhold o Stalinavski. Esta misma posesión de la protagonista se traslada (de forma polisémica) a varios rincones de la película. El personaje de Neill la trata muchas veces como una de sus posesiones. Ella está poseída. Berlín está poseída. La religión puede ser otro tipo de posesión.

Es difícil dar un mejor resumen que el de las tramas por dualidades que usa Zulawski en todo el metraje de La Posesión. Lo cierto es que deja mucho abierto a la interpretación, lo que es mucho mejor indicativo, de manera similar a las películas del más conocido director David Lynch. No todo el mundo puede hacer una película que deja tanto a interpretación, y se haga de manera tan interesante, pero sin duda La Posesión es una de las películas que más cumple con esta misión.

*Conclusiones

Una de las películas que mejor aborda tantos temas a la vez. Berlín, la religión, la dualidad, las diferentes posesiones que se pueden ver en la película… Inolvidable e inclasificable película, con una Isabelle Adjani completamente desatada y entregada al papel. Muy difícil repetir un ejercicio tan inteligente y brillante como el de Andrzej Zulawski en La Posesión (Possession).

Escrito por Sergio Hernández Valiente
Cinemagavia
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