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España España · Santa Cruz de Tenerife
Voto de William Munny:
8
Intriga. Drama. Terror Durante la Segunda Guerra Mundial, el doctor Klaus (Günter Meisner) torturó, asesinó y abusó de multitud de niños en los campos de concentración nazis. Acabada la contienda, un intento de suicidio le obligará a permanecer conectado a un pulmón de acero, ayudado solamente por su mujer Griselda (Marisa Paredes) y su hija Rena (Gisèle Echevarría). La aparición de un joven que se ofrece para cuidarlo establecerá entre ambos una sórdida ... [+]
28 de septiembre de 2006
83 de 84 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me resulta imposible comprender cómo una película de este calibre esté tan olvidada hoy en día. “Tras el cristal” no es sólo un excepcional drama que reflexiona sobre las consecuencias de la guerra, también es una monstruosa representación del terror psicológico más puro e incomprensible nunca antes vista en un film de producción nacional.

En un arranque que es toda una declaración de intenciones nos encontramos con un niño desnudo, colgado del techo y atado de pies y manos mientras es fotografiado por un hombre de lasciva mirada y pérfidas intenciones en un edificio en ruinas. Acto seguido el hombre deja la cámara, se acerca al muchacho y comprueba que éste aun sigue vivo, le pasa la lengua por la cara y sale de la habitación. Sube las escaleras, llega al tejado y se precipita al vacío.
Más tarde, el mismo hombre lo encontramos postrado en la cama, inmóvil, sólo un aparato de parálisis le permite seguir con vida. Poco a poco nos enteramos de que se trata de Klaus, un doctor ex-colaborador del antiguo régimen nazi recientemente exiliado en España. Junto a él se encuentran su esposa, agobiada por la vida de semiesclavitud que le ha tocado vivir, y su hija pequeña, solitaria e introvertida.
Una noche, sin saber cómo ni cuándo, se cuela en la casa un extraño joven que dice ser enfermero. Se ofrece a cuidar a Klaus y a pesar de las reticencias iniciales de la mujer, la insistencia de su marido por que lo acepte acaba por imponerse. Hasta aquí puedo contar.

Agustí Villaronga sabe dar reposo a una historia terrible, que habla de locura y venganza, de ambición y desprecio por el ser humano, todo esto contado con los horrores de los campos de concentración como telón de fondo. Relatos inconfesables sobre horribles torturas y ejecuciones que se narran mediante una voz en off que repasa los diarios del doctor y dota de una mayor dimensión al horror que estamos presenciando.

“Tras el cristal” no esta hecha para corazones sensibles y estómagos débiles. Posee escenas tremendamente desagradables y en más de una ocasión dan ganas de apartar la mirada de la pantalla.
No quedan del todo claras sus intenciones argumentales, y el film se mueve entre el drama y el terror con calibrado equilibrio. La obsesión del joven intruso, limítrofe a la locura, alcanza una proporción inimaginable en un principio y que ciertamente desconcierta hasta al más avispado.
Villaronga sorprende por su crudeza y se recrea en ella casi con desconsideración y descaro. También proyecta una atmósfera tensa, desasosegante, que congela el ánimo y perturba el espíritu del espectador. Una sensación que haría morirse de envidia al mismísimo rey del terror más psicológico e inexplicable, Michael Hanecke.


Sigue en spoiler (no destripo nada, tranquilos)...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
William Munny
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