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Voto de freefaker:
8
8,2
93.778
Drama
Tony Montana es un emigrante cubano frío e implacable que se instala en Miami con el propósito de convertirse en un gángster importante, y poder así ganar dinero y posición. Con la colaboración de su amigo Manny Rivera inicia una fulgurante carrera delictiva, como traficante de cocaína, con el objetivo de acceder a la cúpula de una organización de narcos. (FILMAFFINITY)
29 de agosto de 2018
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Con esta provocativa y atrevida frase un aún iniciático Tony Montana deja claro al todopoderoso Alejandro Sosa de la madera que está hecho: un hombre impulsivo y decidido, valiente hasta la médula e agresivo en grandes dosis. Pero bajo ese abanico de adjetivos que señalan las cualidades de un gángster canónico encontramos un virus que con el paso del film crece casi inadvertidamente, y en su punto álgido se vuelve inderrumbable: La autodestrucción.
Más allá de ser un clásico del cine moderno y de ver una clase de actuación del mejor Al Pacino, hemos de saber ver lo que De Palma nos quiere hacer entender con uno de sus mejores ejercicios fílmicos: el hombre es corruptible y no se da cuenta de ello hasta que está en el estómago del lobo. Es así, y su final es la mejor prueba de ello. Un final quizás impopular, pero sin duda romántico y idealizado basándose en la idea antes mencionada de la autodestrucción más pura, la personalidad de Montana y el contexto e escenario en que ocurre dicho desenlace.
Si dejamos atrás las valoraciones morales y nos centramos en la parte más epidérmica y ambiental, hablamos de un buen vestuario y excelente ambientación en la Miami de descapotables, pura extravagancia y desfase que Don Johnson más tarde haría idílica para la televisión y la cultura popular, pero poco más. Las actuaciones de Pfeiffer y a mayor medida Murray Abraham están por debajo de sus capacidades, ya sea por su poco tiempo en pantalla o por la poca incidencia que sus personajes tienen en la historia realmente , (remarcando sobre todo a Abraham).
Diciendo esto, la película no puede considerarse obra maestra en su totalidad, quedándose en un muy respetable nivel de película mítica, atemporal y icónica para la industria por las grandes frases que deja y, como he dicho antes, la magistral actuación de Pacino y el enorme mensaje moral que nos entrega a nosotros, los espectadores.
Por otro lado, un factor que valoro bastante del film y ayuda a que se aúpe con un merecido 8 es el no recurrir al tópico de la voz en off omnipresente y persuasiva que tanto ama el público medio para una película de esta temática. De Palma consigue que sea igual de atractiva o más sin ella, algo que habla mucho del gran director que es.
El mundo es tuyo, pero para de serlo cuando realmente ya lo tienes.
Más allá de ser un clásico del cine moderno y de ver una clase de actuación del mejor Al Pacino, hemos de saber ver lo que De Palma nos quiere hacer entender con uno de sus mejores ejercicios fílmicos: el hombre es corruptible y no se da cuenta de ello hasta que está en el estómago del lobo. Es así, y su final es la mejor prueba de ello. Un final quizás impopular, pero sin duda romántico y idealizado basándose en la idea antes mencionada de la autodestrucción más pura, la personalidad de Montana y el contexto e escenario en que ocurre dicho desenlace.
Si dejamos atrás las valoraciones morales y nos centramos en la parte más epidérmica y ambiental, hablamos de un buen vestuario y excelente ambientación en la Miami de descapotables, pura extravagancia y desfase que Don Johnson más tarde haría idílica para la televisión y la cultura popular, pero poco más. Las actuaciones de Pfeiffer y a mayor medida Murray Abraham están por debajo de sus capacidades, ya sea por su poco tiempo en pantalla o por la poca incidencia que sus personajes tienen en la historia realmente , (remarcando sobre todo a Abraham).
Diciendo esto, la película no puede considerarse obra maestra en su totalidad, quedándose en un muy respetable nivel de película mítica, atemporal y icónica para la industria por las grandes frases que deja y, como he dicho antes, la magistral actuación de Pacino y el enorme mensaje moral que nos entrega a nosotros, los espectadores.
Por otro lado, un factor que valoro bastante del film y ayuda a que se aúpe con un merecido 8 es el no recurrir al tópico de la voz en off omnipresente y persuasiva que tanto ama el público medio para una película de esta temática. De Palma consigue que sea igual de atractiva o más sin ella, algo que habla mucho del gran director que es.
El mundo es tuyo, pero para de serlo cuando realmente ya lo tienes.