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Críticas ordenadas por utilidad
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9
25 de mayo de 2019
25 de mayo de 2019
43 de 57 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca me olvidaré la vez que, voraz de producciones seriales, empecé a buscar algo nunca visto en la televisión. Una serie que fuera diferente y se elevase por encima de sus colegas coetáneos, dejando ver su autenticidad desde el primer minuto de visualización.
La supe encontrar. No es otra que True Detective (la primera temporada). No haré una crítica sobre ella porque me extendería y recrearía demasiado, además de descentrarme de la crítica original. Al acabarme la masterpiece de Fukunaga y Pizzolato estaba totalmente convencido que jamás miraría algo igual, ni siquiera similar; que lo que había ocurrido durante los 8 capítulos que duraba la oscura trama protagonizada por los buenos de McConaughey y Harrelson era inaudita y por ende irrepetible.
Pero una vez más, HBO me deja perplejo y con la sangre ardiendo. Chernobyl es oscura, gris y decadente; no cae en tópicos fáciles y cada puesta en escena de la monocromática y sobria Unión Soviética es un orgasmo visual. Lejos de parecer pesada y ansiosa por llegar a los momentos cumbre del accidente, accede a ellos con paciencia y porte, de forma que no parece un pico disonante en la trama si no como una pieza (importante) del complejo rompecabezas de todo lo que realmente pasó.
No es banal ni simplona, ni tampoco es víctima del melodrama o la hipérbole ,algo muy importante tratándose de un hecho histórico tan importante como a veces ignorado. El fundamento es básico en el ADN de sus diálogos; Renck es soberbio y sabe como y cuando mantenerte tenso y expectante.
El alma de la True Detective opaca y cargada ha viajado en el tiempo y ha traspasado el charco para dar una versión tan impresionante como envolvente, esta vez en forma de desastre nuclear.
En esto de parir obras atemporales y magistrales, HBO ha creado escuela.
La supe encontrar. No es otra que True Detective (la primera temporada). No haré una crítica sobre ella porque me extendería y recrearía demasiado, además de descentrarme de la crítica original. Al acabarme la masterpiece de Fukunaga y Pizzolato estaba totalmente convencido que jamás miraría algo igual, ni siquiera similar; que lo que había ocurrido durante los 8 capítulos que duraba la oscura trama protagonizada por los buenos de McConaughey y Harrelson era inaudita y por ende irrepetible.
Pero una vez más, HBO me deja perplejo y con la sangre ardiendo. Chernobyl es oscura, gris y decadente; no cae en tópicos fáciles y cada puesta en escena de la monocromática y sobria Unión Soviética es un orgasmo visual. Lejos de parecer pesada y ansiosa por llegar a los momentos cumbre del accidente, accede a ellos con paciencia y porte, de forma que no parece un pico disonante en la trama si no como una pieza (importante) del complejo rompecabezas de todo lo que realmente pasó.
No es banal ni simplona, ni tampoco es víctima del melodrama o la hipérbole ,algo muy importante tratándose de un hecho histórico tan importante como a veces ignorado. El fundamento es básico en el ADN de sus diálogos; Renck es soberbio y sabe como y cuando mantenerte tenso y expectante.
El alma de la True Detective opaca y cargada ha viajado en el tiempo y ha traspasado el charco para dar una versión tan impresionante como envolvente, esta vez en forma de desastre nuclear.
En esto de parir obras atemporales y magistrales, HBO ha creado escuela.

7,0
29.061
8
21 de junio de 2019
21 de junio de 2019
8 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde el momento que supe que saldría una nueva parte de esta maravillosa (ahora tetralogía) saga de aventuras y odiseas de Woody y compañía, asimilé desde ese instante lo complicado que sería superar una película tan perfecta, concluyente y maravillosa como es la tercera parte, que de bien seguro se halla en el olimpo de la cinematografía de animación.
Era una apuesta arriesgada. Tal como he dicho antes, la tercera parte cerraba un círculo canónico de 3 películas y mil y un momentos que a más de uno se le ha quedado grabado en la retina, como las secuencias del camión de mudanzas, el rescate en el avión o la última escena de la que hasta hace un par de años creía última entrega de Toy Story.
Pero una vez más, Pixar demuestra ser dueño y señor de un torrencial de energía y imaginación sin parangón en el cine infantil (y no tan infantil), que parece llegar hasta el infinito y más allá.
La nueva entrega no es una obra maestra, pero es quizás la película más evolucionada de la saga. Es adulta y trata temas esenciales no solo en la mentalidad de esos juguetes si no en la nuestra, en la de los humanos. En Forky, protagonista poco convencional pero importantísimo, encontramos un títere de las hipótesis y teorías antropológicas más viscerales y embrionarias: Que somos, de donde venimos y a donde vamos.
esta vertiente existencial se deja ver no solo en Forky, si no en todos los personajes de la película. La madurez en las personalidades de cada juguete es totalmente notable. La animación, exquisita; Los nuevos personajes, algunos hilarantes; y los que cabos se atan y se desatan, emocionantes y maravillosos.
Lo único que puede penalizar a la película es, quizás, un cambio de dinámicas respecto a las anteriores entregas que la alejan de una hipotética tetralogía perfectamente conectada y única. Quizás es la costumbre.
El desenlace de la cuarta entrega es bestial en todos los sentidos, pero tiene ciertos fallos: es un plato gigante de macarrones con queso delicioso del cual no te dejan degustar con detenimiento. Quizás un final un pelín acelerado para lo impactante que es y la indudable incisión en el destino de los juguetes.
Pese esto, no es ni de lejos una mala película, ni siquiera normal.Es bastante más que eso. Está a la altura de las predecesoras en cuanto a dinamismo y aventuras, y tiene ese toque adulto que ha caracterizado siempre a Toy Story y que es en esta cuarta entrega donde esta pincelada es más aguda y importante. Es por esto que Toy Story no solo es la mejor saga de la historia de la animación, si no que una de las mejores del cine. El cielo es para un vaquero, un guardián espacial y su pandilla de juguetes. Para mí, ya está todo escrito.
P.D. a Pixar:
Solo pido que, si llega una quinta entrega, por favor: tomaos el tiempo que haga falta. 5, 10 o 15 años. Esperaremos. Pero que, si llega, que no destroce una saga tan maravillosa y emocionante.
Aquí abajo, en spoiler, algunos apuntes:
Era una apuesta arriesgada. Tal como he dicho antes, la tercera parte cerraba un círculo canónico de 3 películas y mil y un momentos que a más de uno se le ha quedado grabado en la retina, como las secuencias del camión de mudanzas, el rescate en el avión o la última escena de la que hasta hace un par de años creía última entrega de Toy Story.
Pero una vez más, Pixar demuestra ser dueño y señor de un torrencial de energía y imaginación sin parangón en el cine infantil (y no tan infantil), que parece llegar hasta el infinito y más allá.
La nueva entrega no es una obra maestra, pero es quizás la película más evolucionada de la saga. Es adulta y trata temas esenciales no solo en la mentalidad de esos juguetes si no en la nuestra, en la de los humanos. En Forky, protagonista poco convencional pero importantísimo, encontramos un títere de las hipótesis y teorías antropológicas más viscerales y embrionarias: Que somos, de donde venimos y a donde vamos.
esta vertiente existencial se deja ver no solo en Forky, si no en todos los personajes de la película. La madurez en las personalidades de cada juguete es totalmente notable. La animación, exquisita; Los nuevos personajes, algunos hilarantes; y los que cabos se atan y se desatan, emocionantes y maravillosos.
Lo único que puede penalizar a la película es, quizás, un cambio de dinámicas respecto a las anteriores entregas que la alejan de una hipotética tetralogía perfectamente conectada y única. Quizás es la costumbre.
El desenlace de la cuarta entrega es bestial en todos los sentidos, pero tiene ciertos fallos: es un plato gigante de macarrones con queso delicioso del cual no te dejan degustar con detenimiento. Quizás un final un pelín acelerado para lo impactante que es y la indudable incisión en el destino de los juguetes.
Pese esto, no es ni de lejos una mala película, ni siquiera normal.Es bastante más que eso. Está a la altura de las predecesoras en cuanto a dinamismo y aventuras, y tiene ese toque adulto que ha caracterizado siempre a Toy Story y que es en esta cuarta entrega donde esta pincelada es más aguda y importante. Es por esto que Toy Story no solo es la mejor saga de la historia de la animación, si no que una de las mejores del cine. El cielo es para un vaquero, un guardián espacial y su pandilla de juguetes. Para mí, ya está todo escrito.
P.D. a Pixar:
Solo pido que, si llega una quinta entrega, por favor: tomaos el tiempo que haga falta. 5, 10 o 15 años. Esperaremos. Pero que, si llega, que no destroce una saga tan maravillosa y emocionante.
Aquí abajo, en spoiler, algunos apuntes:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Y ahora, algunes apuntes sobre la película:
La primera secuencia del film es, a mi entender, la más impactante y desasosegante de todos los inicios de la tetralogía. La lluvia, las texturas de los personajes, la marcha de Bo Peep y el patente sufrimiento de RC a punto de ser tragado por un torrente de agua es terrible (en el mejor sentido) de ver, oír y en definitiva, sentir.
Con cambio de dinámicas, entre otras cosas, me refiero a la poca participación de nuestros queridos personajes secundarios en la aventura respecto a las tres anteriores entregas, como Rex, Sr. Patata o Slinky. Este hecho se hace notar bastante en el film y eso provoca que la película parezca algo más lejana en cuanto a forma a sus tres predecesoras; no parece formar una unión con las antes mencionadas.
Es la primera película de las cuatro donde el villano no es un eje principal donde muchas de las acciones de la película gira. En comparación con Sid, Al del almacén de juguetes de Al o Lotso, Gabby Gabby cambia bastante rápido "de bando", y aunque ocasiona al principio más de un problema a la tropa (y alguna que otra súper escena de acción), acaba rendida a los tópicos principales del film, como son la nobleza, la lealtad, el ser y la dependencia.
El regreso de Bo Peep, brillante. Poco más que añadir. Su evolución de pastorcilla de mesilla de noche a Lara Croft es maravillosa, y es de lejos, el personaje más evolucionado de todas las películas. Bo es la meta-muñeca que no necesita dueño/a y se vale por sí misma. Inteligente, metódica y valiente, Bo Peep es el puntazo de la película.
Tampoco se quedan atrás otros nuevos personajes. Duke Caboom es otro puntazo del film y tiene escenas hilarantes; Ducky y Bunny, secundarios de lujo con momentos más que graciosísimos y son sin duda un soplo de aire fresco en la historia. El cameo del tamborilero de Tin Toy me ha regalado una sonrisa.
En cuanto a los protagonistas, se puede palpar una evolución que no deja indiferente a nadie. En esta cuarta parte podemos ver al Woody más noble y sacrificado de todas las películas. Lejos queda aquel vaquero de la primera entrega envidioso y malacostumbrado que acabó siendo un quebradero de cabeza para en aquel momento primerizo Buzz Lightyear. Woody es consciente que está llegando a su ocaso con Bonnie y ejerce de líder espiritual del grupo y guía y protector de Forky.
Uno de los momentos que también remarcan este sacrificio y nobleza es cuando Woody le da su mecanismo de sonido a Gabby Gabby, para que pueda tener una oportunidad de poder sentir lo que es ser querido, aunque eso signifique dejar atrás frases tan míticas como "Hay una serpiente en mi bota".
En Buzz también podemos ver un cambio en su personalidad. Ha crecido al lado de Woody, y podemos verle preocupado con su "voz interior", a raíz de un comentario de Woody. Muchas de las decisiones del guardián espacial en el film se dejan al azar de su botón sonorizado con frases pregrabadas, y eso denota esa búsqueda que Buzz hace de su "alma".
Ya en el aspecto más técnico, la banda sonora es un auténtico popurri de todo lo que pudimos escuchar en anteriores entregas. Y eso es maravilloso. Visualmente, la película es un orgasmo para los ojos. La calidad sube sin cesar entrega tras entrega.
Y ya para acabar, el final. Es muy muy emocional, pero demasiado apresurado, como he indicado anteriormente. La separación definitiva de Woody con el grupo debería de haber recibido el mismo trato (o más) que el final de la tercera: Lento, emocional y con el tiempo suficiente para digerir tal acontecimiento. El final de esta entrega deriva de una escena de acción, de movimiento, y es así como el final ha acabado siendo. Es tan frenético y rápido que apenas ha dejado que mis lagrimales se preparen, no como ocurrió en la perfecta tercera entrega, donde me despaché a gusto llorando.
También siento que si la veo una segunda vez, le pondré un 9. Todo es cuestión de verla con otra perspectiva.
La primera secuencia del film es, a mi entender, la más impactante y desasosegante de todos los inicios de la tetralogía. La lluvia, las texturas de los personajes, la marcha de Bo Peep y el patente sufrimiento de RC a punto de ser tragado por un torrente de agua es terrible (en el mejor sentido) de ver, oír y en definitiva, sentir.
Con cambio de dinámicas, entre otras cosas, me refiero a la poca participación de nuestros queridos personajes secundarios en la aventura respecto a las tres anteriores entregas, como Rex, Sr. Patata o Slinky. Este hecho se hace notar bastante en el film y eso provoca que la película parezca algo más lejana en cuanto a forma a sus tres predecesoras; no parece formar una unión con las antes mencionadas.
Es la primera película de las cuatro donde el villano no es un eje principal donde muchas de las acciones de la película gira. En comparación con Sid, Al del almacén de juguetes de Al o Lotso, Gabby Gabby cambia bastante rápido "de bando", y aunque ocasiona al principio más de un problema a la tropa (y alguna que otra súper escena de acción), acaba rendida a los tópicos principales del film, como son la nobleza, la lealtad, el ser y la dependencia.
El regreso de Bo Peep, brillante. Poco más que añadir. Su evolución de pastorcilla de mesilla de noche a Lara Croft es maravillosa, y es de lejos, el personaje más evolucionado de todas las películas. Bo es la meta-muñeca que no necesita dueño/a y se vale por sí misma. Inteligente, metódica y valiente, Bo Peep es el puntazo de la película.
Tampoco se quedan atrás otros nuevos personajes. Duke Caboom es otro puntazo del film y tiene escenas hilarantes; Ducky y Bunny, secundarios de lujo con momentos más que graciosísimos y son sin duda un soplo de aire fresco en la historia. El cameo del tamborilero de Tin Toy me ha regalado una sonrisa.
En cuanto a los protagonistas, se puede palpar una evolución que no deja indiferente a nadie. En esta cuarta parte podemos ver al Woody más noble y sacrificado de todas las películas. Lejos queda aquel vaquero de la primera entrega envidioso y malacostumbrado que acabó siendo un quebradero de cabeza para en aquel momento primerizo Buzz Lightyear. Woody es consciente que está llegando a su ocaso con Bonnie y ejerce de líder espiritual del grupo y guía y protector de Forky.
Uno de los momentos que también remarcan este sacrificio y nobleza es cuando Woody le da su mecanismo de sonido a Gabby Gabby, para que pueda tener una oportunidad de poder sentir lo que es ser querido, aunque eso signifique dejar atrás frases tan míticas como "Hay una serpiente en mi bota".
En Buzz también podemos ver un cambio en su personalidad. Ha crecido al lado de Woody, y podemos verle preocupado con su "voz interior", a raíz de un comentario de Woody. Muchas de las decisiones del guardián espacial en el film se dejan al azar de su botón sonorizado con frases pregrabadas, y eso denota esa búsqueda que Buzz hace de su "alma".
Ya en el aspecto más técnico, la banda sonora es un auténtico popurri de todo lo que pudimos escuchar en anteriores entregas. Y eso es maravilloso. Visualmente, la película es un orgasmo para los ojos. La calidad sube sin cesar entrega tras entrega.
Y ya para acabar, el final. Es muy muy emocional, pero demasiado apresurado, como he indicado anteriormente. La separación definitiva de Woody con el grupo debería de haber recibido el mismo trato (o más) que el final de la tercera: Lento, emocional y con el tiempo suficiente para digerir tal acontecimiento. El final de esta entrega deriva de una escena de acción, de movimiento, y es así como el final ha acabado siendo. Es tan frenético y rápido que apenas ha dejado que mis lagrimales se preparen, no como ocurrió en la perfecta tercera entrega, donde me despaché a gusto llorando.
También siento que si la veo una segunda vez, le pondré un 9. Todo es cuestión de verla con otra perspectiva.
9
29 de febrero de 2016
29 de febrero de 2016
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nunca había visto algo tan bueno de Ryan desde American Horror Story: Asylum.
Empezaba a desesperarme con sus últimos trabajos en televisión (tres últimas temporadas de American Horror Story y la ridiculez de Scream Queens). Parecía la declive de este alabado director, pero ha resurgido de las cenizas cual ave fénix. Me han bastado 3 capítulos para poder apreciar un excelente reparto, en especial una increíble Sarah Paulson y un impesionante Cuba Gooding Jr, con una precisión magnífica en lo que pasó en la realidad, con unas actuaciones geniales. Sin duda, una de las mejores series de lo que llevamos de año.
Simplemente, Ryan ha sabido dar en el clavo
Empezaba a desesperarme con sus últimos trabajos en televisión (tres últimas temporadas de American Horror Story y la ridiculez de Scream Queens). Parecía la declive de este alabado director, pero ha resurgido de las cenizas cual ave fénix. Me han bastado 3 capítulos para poder apreciar un excelente reparto, en especial una increíble Sarah Paulson y un impesionante Cuba Gooding Jr, con una precisión magnífica en lo que pasó en la realidad, con unas actuaciones geniales. Sin duda, una de las mejores series de lo que llevamos de año.
Simplemente, Ryan ha sabido dar en el clavo

9,0
177.177
10
24 de junio de 2019
24 de junio de 2019
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hace no mucho yo pertenecía al selecto y poco valorado club del "8" en las críticas del Padrino, aquel que indicaba que la obra magna de Coppola era una película notable sin más, carente de escenas que llenasen los sentidos de la magia del cine.
La habré visto unas 5 veces. En mis primeras 3 visualizaciones, y por más que intenté buscar algo para subirle la nota, me limité a poner ese 8 que provoca sarpullidos a gran parte de la comunidad de FA. Sea por la edad (en aquel entonces unos 15-16 años) o por mi rol de neófito en el gran cine de mitades de siglo, no vi motivo alguno en ponerle más nota. Una película de gángsters muy bien recreada y con un toque de realidad que desmitificaba en parte a la Mafia Siciliana.
La cuarta vez, ya con 18 años, quise volver a darle una oportunidad. Sabía que esa película estaba en lo alto del podio cinematográfico y yo, que me considero amante del buen cine, quería saber exactamente por qué. Y ahí es cuando le puse el 9. Me percaté de lo bueno que es Marlon Brando y como hace que el personaje sea un villano y un héroe a la vez; Las conversaciones, magníficas. A día de hoy no encuentro algo trivial o superfluo en ninguna de ellas. La banda sonora está ahí cuando más te lo pide el alma y es por eso que en su segunda parte ya ganó su merecido Oscar. También observé que, pudiendo ser un punto muy flaco del film, las muertes en la película están medidas y no parecen metidas con calzador, si no que forman parte de forma brillante en el guion sin que ninguna muerte desentone en la historia.
Llegó la quinta vez y con ella mi 10. A mis 19 años, la volví a ver porque sentía que seguro había algo que no acababa de entrar en mi idea global de la película y, sabiendo que era una grandísima obra y que era una película inaudita en la historia del cine y visto lo visto, atemporal, me resistía a ponerle el 10.
Y entonces esta vez sí, la magia del cine vino a mí y me hizo una oferta que no pude rechazar. La secuencia inicial de la boda es el retrato más lúcido que jamás he visto sobre la mafia y las familias que lo forman: los contrastes crómaticos entre exterior (felicidad y regocijo) y interior (seriedad, recargo, sobria y tensa), la actuación del gran Brando, el pleito al fotógrafo, la genuina aparición del FBI para apuntar matrículas de los invitados, la pequeña presentación de Michael sobre su familia a su prometida, Johnny Fontane y su similitud con Frank Sinatra y por ende las relaciones con la Cosa Nostra... Abrumador, lúcido y envolvente.
Pocas veces me hallado más en tensión viendo cine que la escena del hospital (memorable en todos los sentidos) y la de la cena entre Michael, Solozzo y el jefe de policía. Un auténtico espectáculo de ambiente y tensión insuperables.
Las secuencias en Sicilia son espectaculares, y especialmente la pedida, que remarca la nobleza de Michael a la hora de hablar con el padre de Apollonia.
El final es prodigioso. Sabes en ese momento que el poder de Michael va a ser de talla faraónica. De las secuencias más brillantemente actuadas y grabadas del cine.
Podría poner más escenas que ayudasen en mi nueva cruzada para hacer ver al mundo lo magnífica que es esta película y por qué, después de mucho decidí ponerle mi nota máxima a El Padrino.
La habré visto unas 5 veces. En mis primeras 3 visualizaciones, y por más que intenté buscar algo para subirle la nota, me limité a poner ese 8 que provoca sarpullidos a gran parte de la comunidad de FA. Sea por la edad (en aquel entonces unos 15-16 años) o por mi rol de neófito en el gran cine de mitades de siglo, no vi motivo alguno en ponerle más nota. Una película de gángsters muy bien recreada y con un toque de realidad que desmitificaba en parte a la Mafia Siciliana.
La cuarta vez, ya con 18 años, quise volver a darle una oportunidad. Sabía que esa película estaba en lo alto del podio cinematográfico y yo, que me considero amante del buen cine, quería saber exactamente por qué. Y ahí es cuando le puse el 9. Me percaté de lo bueno que es Marlon Brando y como hace que el personaje sea un villano y un héroe a la vez; Las conversaciones, magníficas. A día de hoy no encuentro algo trivial o superfluo en ninguna de ellas. La banda sonora está ahí cuando más te lo pide el alma y es por eso que en su segunda parte ya ganó su merecido Oscar. También observé que, pudiendo ser un punto muy flaco del film, las muertes en la película están medidas y no parecen metidas con calzador, si no que forman parte de forma brillante en el guion sin que ninguna muerte desentone en la historia.
Llegó la quinta vez y con ella mi 10. A mis 19 años, la volví a ver porque sentía que seguro había algo que no acababa de entrar en mi idea global de la película y, sabiendo que era una grandísima obra y que era una película inaudita en la historia del cine y visto lo visto, atemporal, me resistía a ponerle el 10.
Y entonces esta vez sí, la magia del cine vino a mí y me hizo una oferta que no pude rechazar. La secuencia inicial de la boda es el retrato más lúcido que jamás he visto sobre la mafia y las familias que lo forman: los contrastes crómaticos entre exterior (felicidad y regocijo) y interior (seriedad, recargo, sobria y tensa), la actuación del gran Brando, el pleito al fotógrafo, la genuina aparición del FBI para apuntar matrículas de los invitados, la pequeña presentación de Michael sobre su familia a su prometida, Johnny Fontane y su similitud con Frank Sinatra y por ende las relaciones con la Cosa Nostra... Abrumador, lúcido y envolvente.
Pocas veces me hallado más en tensión viendo cine que la escena del hospital (memorable en todos los sentidos) y la de la cena entre Michael, Solozzo y el jefe de policía. Un auténtico espectáculo de ambiente y tensión insuperables.
Las secuencias en Sicilia son espectaculares, y especialmente la pedida, que remarca la nobleza de Michael a la hora de hablar con el padre de Apollonia.
El final es prodigioso. Sabes en ese momento que el poder de Michael va a ser de talla faraónica. De las secuencias más brillantemente actuadas y grabadas del cine.
Podría poner más escenas que ayudasen en mi nueva cruzada para hacer ver al mundo lo magnífica que es esta película y por qué, después de mucho decidí ponerle mi nota máxima a El Padrino.

7,7
142.353
10
2 de septiembre de 2019
2 de septiembre de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mucha gente considera que el cóctel de violencia, diálogo y acción es la tormenta perfecta del maestro, el único, el que ha creado escuela. Porque lo ha hecho, y negarlo es casi una blasfemia al cine contemporáneo. Y si, ese cóctel es preciso, porque es verdad. Es su don (y a veces su maldición, aunque muy pocas y contadas).
De esos tres aspectos que actúan a modo de pilares en su cine sin duda es el diálogo el que más brilla y maravilla, hace reír y fascina. Y es por eso que el volumen II de la extravagante Kill Bill es una obra maestra, y bastante por encima de la primera parte.
Cuando en el primer acto la conjura de la acción, la sangre y la estética pop mandan en la trama, nos gusta lo que vemos, ya que amamos los fetiches setenteros y sesenteros del bueno de Quentin, como también su devoción a lo kitsch, lo exagerado y sin duda lo mitificado. Pero es en el segundo cuando, salve la expresión, eyaculamos cinefilia por nuestros poros. El segundo y más genuino acto es lento, pero no pesado; sus diálogos, largos y extensos, portan una sabiduría y un sentido humano tan potente como sus geniales capítulos, cada cual más brillante.
Decir que alguno de ellos son de lo mejor que Tarantino ha regalado al cine no es exegerar ni lo más mínimo. Hablamos de arte mayor.
Seguramente la segunda parte perdería peso sin las características de la primera, y viceversa. Ese ying y yang conviven de forma harmónica cerrando así, a mi opinión, el top 3 de Quentin Tarantino.
Verla es un auténtico gozo, y sentirla un placer incomensurable.
De esos tres aspectos que actúan a modo de pilares en su cine sin duda es el diálogo el que más brilla y maravilla, hace reír y fascina. Y es por eso que el volumen II de la extravagante Kill Bill es una obra maestra, y bastante por encima de la primera parte.
Cuando en el primer acto la conjura de la acción, la sangre y la estética pop mandan en la trama, nos gusta lo que vemos, ya que amamos los fetiches setenteros y sesenteros del bueno de Quentin, como también su devoción a lo kitsch, lo exagerado y sin duda lo mitificado. Pero es en el segundo cuando, salve la expresión, eyaculamos cinefilia por nuestros poros. El segundo y más genuino acto es lento, pero no pesado; sus diálogos, largos y extensos, portan una sabiduría y un sentido humano tan potente como sus geniales capítulos, cada cual más brillante.
Decir que alguno de ellos son de lo mejor que Tarantino ha regalado al cine no es exegerar ni lo más mínimo. Hablamos de arte mayor.
Seguramente la segunda parte perdería peso sin las características de la primera, y viceversa. Ese ying y yang conviven de forma harmónica cerrando así, a mi opinión, el top 3 de Quentin Tarantino.
Verla es un auténtico gozo, y sentirla un placer incomensurable.
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