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Voto de bonoeloy:
4
Drama Un psiquiatra (Kevin Spacey) tiene entre sus pacientes a importantes estrellas de Hollywood. Todo le va bien en el plano profesional, pero tendrá que afrontar una compleja situación personal que puede arruinar su vida. (FILMAFFINITY)
3 de noviembre de 2011
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En Shrink, Kevin Spacey da vida a un terapeuta de Los Ángeles en estado de depresión. Entre su clientela se encuentran varios personajes que de algún modo tienen relación con la industria del cine. Desde un productor, a un guionista, un director, un par de actores y una muchacha cuya única vía de escape es el cine al que asiste como espectadora con el deseo de poder algún día convertirse en directora. A priori lo que se nos plantea tiene la típica estructura coral típica y tan de moda últimamente, sobre todo de los films de Rodrigo García o Iñarritu. En Shrink sin embargo las relaciones de los personajes no son paralelas ni condicionadas por el destino o la casualidad, es decir, se conocen y llegan hasta a tener contacto entre sí en varios momentos. El problema de la película es que no desarrolla suficientemente la piscología de los personajes.se limitan a ser personas que supuestamente tienen problemas o por lo menos ponen caras de tenerlos, cosas totalmente diferente. Hacia la mitad de la película el desenlace se hace totalmente previsible, la pieza que hace que todos de la noche a la mañana solucionen sus vidas está cantada. La película está vacía de diálogos interesantes, predominan los silencios que no dicen nada y el director quiere que nos creamos que esas personas tienen problemas reales sin conseguirlo, no avanza en una descripción más allá de lo visual, ni al protagonista ni a los secundarios, se limita a mostrarnos efímeramente a gente de clase alta con sus rostros apesadumbrados y auto-compasivos mientras encaja de cuando en cuando algún clip que parece sacado de un anuncio de Levi´s en un vano intento de alcanzar la originalidad. Por otro lado, Kevin Spacey parece que ha desempolvado del baúl el personaje de Lester Burnham, con el que nos maravilló en American Beauty, y le da un matiz visual más decadente que resulta decepcionantemente apático, con un rostro continuo de amargura impostada. En la película Kevin se limita a estar y dejar pasar el tiempo de metraje. Una lástima
Lo mejor: algún que otro corte de la banda sonora
Lo peor: la película parece querer decirlo todo para acabar no diciendo nada
bonoeloy
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