Basada en una exitosa novela, ésta película, para la que faltan más de dos meses para su estreno en España a la hora de escribir esto, parece una parodia horrorosa del cine de terror, con la mejor baza de sus efectos especiales y un par de escenas que destacar, y con la peor baza de todo lo demás...
Al señor Dennis Quaid, que yo tenía en alta estima hasta verlo en este film, le recetaría algunas pastillas para su estreñimiento crónico, que es la cara que pone en todo el metraje, y lo cierto que uno está deseando que al pobrecillo se lo carguen de una vez para aliviar su sufrimiento intestinal..
La combinación de música solemne-terrorífica con las imágenes surrealistas en muchas escenas, lejos de producir algún miedo o pavor, producen hilaridad y auténtica diversión, y hasta si me apuran diría que la película es entretenida porque uno espera con la sonrisa puesta los giros sorprendentes de un guión rocambolesco, un despropósito que uno ya no sabe si el director lo hizo con esas intenciones paródicas e irónicas, o la cosa salió rana de por sí...