Antes de estudiar meticulosamente la serie, es importante afirmar que no todas las personas nacieron aprendidos como tampoco logran al chiripazo talentos encontrados; sin embargo, tomando como referencia al dizque exitoso High School Musical crearon la serie que a veces, con ganas o desgano, logró medianamente desarrollar una historia aceptable sobre Tori una chica que tiene un talento musical escondido -pero actoral no tanto-, muestra que puede brillar y no ser una flor de un día en Hollywood Arts. Por cierto, nunca entendí como su hermana insufrible Trina logró entrar a dicha institución careciendo de talento alguno pero se jacta de linda y talentosa. Una incógnita medianamente resuelta que prefirieron dejarlo así.
Con los compañeros tuvieron que lidiar y compartir con grandes aventuras sobretodo amorosas, para entrar en un parche (amigos), resolver problemas tanto artístico como personal cuyos estereotipos unos sobresalieron mejor que otros. Los más sobresalientes fueron Jade con su personalidad altanera y grosera, Cat con sus boberías, lloriqueos y desplantes que hace, el maestro hippie y comprensible Sitkowitz y André como buen consejero y melómano.
El humor, a ratos, buenos y malucos. El canto medianamente loable y lo demás ya es un complemento rellenudo. Por lo tanto, Victorious fue una serie pasable con sus ocurrencias y encantos que en algunos capítulos acertó y otros nada que ver, caracterizado por el elenco que lo acompañó, en especial, Ariana Grande y Ellizabeth Gillies que supieron desarrollar muy bien los papeles encajados ganándose el carisma y los puntos a la serie pero que la derivada serie Sam y Cat lo borró con sus pies, eso sin contar con su buena carrera musical que domina virtuosamente pero perturbada con la fama creciente que tiene.