Un alienígena llega a la tierra en busca de heroína y se dedica a pegar palos a los camellos. Luego coge la quilada de caballo y con un aparato le enchufa la sobredosis de su vida al primero que pilla, para posteriormente extraerle las endorfinas o la dopamina o no se que historia que según esta peli nuestro cuerpo segrega al consumir heroína, que agárrate, resulta ser la droga preferida en el planeta de nuestro amigo extraterrestre, que ha venido al planeta Tierra, como el que va a Marruecos a por unas bellotitas y sacarse un dinerito intergaláctico, que la cosa esta muy mala por Ganimedes y hay que buscarse la vida como sea. Total que nuestro E.T particular, que por cierto es un señor con el pelo pintado de blanco y poco más, sin nave espacial ni nada (llega del cielo con un efecto cutre y cae de pie sin más), va dejando un reguero de muertos por sobredosis y camellos mutilados a manos de unos frisbees locos que tiene. Y aquí entra en acción el ruso de Rocky IV, que aquí es un policía rebelde con un compañero estirado. Y bueno se lian a palos y tal, protagonizando algunos de los momentos más ridículos del séptimo arte. Todo un viaje.