Cuando uno ve que el creador de Rutgrats ha creado un cuento relacionado con Narnia e historias similares donde la imaginación es la protagonista puede intuirse algo bonito y atractivo pero como es evidente estamos ante dos protagonistas que en su momento ni su padre los conocía aunque posteriormente hayan generado fama sobretodo por la parte de Hutcherson quien demuestra mucho talento y carisma. Anna Sophia Robb deja un buen papel secundario y memorable aunque su mejor papel lo demostró posteriormente en la infravalorada Soul Surfer. Hutcherson toma las riendas de la historia, un chaval marginado con problemas con los compañeros de clase, un tanto tímido pero que se deja llevar por una compañera de similares características y ahí ya entra en juego la imaginación y la aventura donde las sorpresas y emociones están a flor de piel y dejo de hablar para no generar spoiler. Supongo que si estás leyendo esta crítica es porque quizás ya la hayas visto y te hayas emocionado como me pasó a mí. Con una banda sonora más que correcta y un guión inteligente y arriesgado basado en un cuento moderno, nos encontramos con una cinta conmovedora y rompedora, que se sale de los esquemas del género, de lo que ya estamos acostumbrados, llegando al corazón y a lágrima viva vemos un mensaje de madurez, de solidaridad y de sobretodo no dejar todo atrás cuando algo malo sucede. Está muy bien plasmado en la casi hora y media de película, a medias infantil, a medias adulta, Un puente hacia Terabithia es una bellísima película que quizás donde adolece es en la sensación visual de estar viendo un film de serie B o telefilm donde el diseño de producción y CGI está debilitado quizás a la carencia de presupuesto que ahora mismo no sé cuanto costó. Si no has visto la película ya estás tardando porque no encontrarás nada parecido actualmente que llegue al corazón como llega esta y sin sensación de refrito. Notable.