David R. Ellis, director de la entretenida "Cellular", se pasa al cine de serie B con esta peliculita de terror juvenil protagonizada por Samuel L. Jackson, un intérprete con demasiada calidad para dejarse caer por estos lares. El argumento de la película ya da ganas de no ir a verla: un mafioso muy, pero que muy malo, trata de acabar con un testigo de cargo introduciendo un montón de serpientes de distintas especies, todas muy venenosas, en el vuelo que lleva a dicho testigo a un juicio de asesinato contra el mafioso en cuestión. A partir de ahí, todo tipo de situaciones estrambóticas, algunas de ellas desagradables, otras del tipo "susto que hace volar las palomitas" y otras que realmente llegan a hacer que el espectador se parta de la risa. Lo cierto es que, para ser una película tan mala, al final resulta incluso entretenida, pues entre la gracia de algunas situaciones y el espectacular plantel de bellezas que aparece durante todo el film (incluida nuestra Elsa Pataky), uno no pasa un rato desagradable, ni mucho menos. Ahora bien, siendo honestos, es el tipo de película que conforme se ve, se olvida.