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Voto de El Rinoceronte 123:
6
Drama El guionista Peter Appleton se ve obligado a huir de Hollywood a causa de la caza de brujas emprendida por el senador McCarthy en la década de 1950. Tras sufrir un accidente de coche que le provoca amnesia, es rescatado por los habitantes de un pueblo. (FILMAFFINITY)
23 de agosto de 2017
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Jim Carrey interpreta a un treintañero que trabaja como escritor en hollywood. Si bien todo aparenta la época dorada de la industria en los años 50, el gobierno comienza a investigar a probables sospechosos de comunismo en el conglomerado. Siendo acusado, nuestro personaje principal huye y sufre un golpe que le borra la memoria temporalmente. Es allí el momento en que la película comienza a adoptar un camino, una fórmula ya antes vista por el tono que, pareciendo casi infantil o ingenua, rememora una etapa del propio cine: una forma de contar una historia, que resulta ser un homenaje al cine clásico.

Jim Carrey se vuelve alguien que no es, y ser otra persona lo lleva a conocer un pasado en un pueblo casi idílico de una vieja comuna americana. Los pobladores lo toman por un antiguo miembro que desapareció debido a su parecido. El presente de Jim lo lleva a un aprendizaje sobre los valores morales, la identidad y la superación personal. Rodeado de personajes entrañables y situaciones conmovedoras, es imposible no sentir esa sensación de una historia blanca y pura.

Frank Darabont dirige su tercer largometraje que sigue respirando cine clásico. En ese sentido la historia parece sacada de un universo pro americano de una fábula. Los personajes pueden resultar caricaturescos, las situaciones tópicas porque, conforme vamos adentrándonos, el tono respira el drama o melodrama del cine de época, recordándonos a películas casi de serie b, Frank Capra o John Ford. Por lo tanto la sensiblería, esos personajes tan puros e ingenuos evocan esa sensación casi nostálgica, que incluso hace guiños mencionando sus influencias (hay un cartel de ´it´s a wonderful life´, se habla de ´las uvas de la ira´ o ´how green was my valley"), mas aún si parte del argumento se desarrolla en la industria del cine. Además, algunas escenas son grabadas en escenarios en vez de espacios reales.

Si bien no llega al nivel de sus obras anteriores, no deja de ser un ejercicio interesante y de visionado obligatorio para los que desean seguir esa atmósfera de la vieja escuela blanca, tradicional y moralista. Como un capítulo de ´La familia Ingalls´. The Majestic resulta refrescante y positiva porque la lección y la bondad ganan.
El Rinoceronte 123
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