16 de marzo de 2021
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cualquier persona que mata a otra a sangre fría es un asesino, ni Ala, ni Jesucristo, ni ninguna bandera, ni el honor, ni la gloria de ningún país justifican un derramamiento de sangre gratuito.
Todos los grupos organizados que utilizan el terror asesinando, amenazando o ejerciendo la violencia en nombre de sus dioses o de ideales de los que ellos se sienten máximos exponentes para actuar ejerciendo todo tipo de tropelías, deberían de ser considerados terroristas para ser tratados con la mayor dureza por las autoridades.
Ulaa Salim nos presenta con claridad una de las problemáticas mas graves de nuestro tiempo, el racismo puro y duro, ese que hace que la intolerancia de los fanáticos de una raza considere como enemigos a algunas personas solo por el hecho de ser de otra raza diferente.
La fuerza de la razón permite conversaciones y genera acuerdos, la razón de la fuerza posibilita crímenes y la violencia no resuelve nada, solo genera más violencia.
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