Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de Tombol:
5
Drama América, años treinta. Chuck Glover (Montgomery Clift) es un funcionario del Gobierno del Valle del Tennessee, encargado de expropiar las tierras ribereñas, cuyos habitantes sufren con frecuencia los devastadores desbordamientos del río. El objetivo es, además de evitar catástrofes, construir una presa hidroeléctrica que garantice el progreso de la región. Pero ese proyecto exige la demolición de las viviendas de una pequeña población y ... [+]
27 de junio de 2023
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
- Estamos hablando de una obra del mítico Kazan, un 5 se me antoja pauperis et insignificans...

No debemos tener miedo en desnudar a los grandes clásicos. Se ha encumbrado a muchos de ellos injustamente y luego ocurre lo de siempre, pocos son capaces de hacer análisis consistentes por temor a ser vilipendiados. De ahí que lo que impere sea la crítica acomodada, la explicación superficial. No me extraña que, aparte otras razones, muchos jóvenes huyan como de la peste del cine de hace más de 40 años.

- "Río salvaje", al parecer la favorita del propio Kazan...

Me pregunto porqué. Entiendo que la temática le resultara a él particularmente atractiva. Pero el resultado final, si nos atenemos a los principales elementos que la sustentan, se me antoja discreto. A mi entender, los pilares de esta producción flaquean bastante, no encuentro una columna vertebral sólida que armonice las distintas cuestiones que se reflejan.

- Explicítelo, por favor...

Primero, el bueno de M. Clift no da la talla. Hay una escena, subiendo a la barcaza, en la que casi se descalabra, (esto es una anécdota, pero me sorprendió) para mí es significativa de la falta de solidez del personaje. Es un Clift sin garra, sin ideas. Kazan juega a dos bandas con él, por un lado es el "espabilado" de la ciudad que sabe cómo tratar a los paletos del pueblo. Por otro lo quiere pintar como un ser con grandes sentimientos, con un gran corazón, como un gran tipo, vamos. El perfil final no me resultó convincente, no lo ví bien ensamblado, es como si se hubiera confeccionado, intencionadamente, una personalidad difusa para poder sacar adelante un argumento que no acababa de funcionar.
Segundo, las temáticas. Se tocan varias y no se toca ninguna. No se desarrollan bien las problemáticas que se plantean. El tema racismo y esclavitud me pareció oportunista y poco trabajado, se buscó con ello dar razón a lo que el personaje de Chuck (M.Clift) quería hacer con la isla. El tema de la relación entre Chuck y Carol (Clift y Remick) no entra ni con calzador, casi te da vergüenza asistir a las escenas claves entre los dos, por la falta de empatía que se siente (vistas las más que diferentes personalidades de ambos). La cuestión central, la del intento de desalojo de los habitantes de la isla a base de las más pérfidas maniobras, se diluye entre las otras cuestiones, para finalmente resolverse de una manera facilona.

- Chuck representa el progreso, el mundo civilizado, las buenas formas, la libertad sexual...

A mí este personaje me resultó deleznable. Es un mercenario, no lo olvidemos, le pagan para conseguir unos resultado materiales para su patrón, el Estado... por encima de cualesquiera cuestiones humanas. Utiliza todas sus artimañas para tratar de engatusar a los habitantes de la isla, a los blancos y a los negros. Busca su éxito personal a toda costa. En un momento dado, le pregunta a Sam, uno de los líderes negros, que quién les va a ayudar, Sam dice que la anciana Elle, y entonces Chuck le dice, "¿Pero no preferís cuidar de vosotros mismos?", lo que es taimado por su parte, porque lo que les ofrece es que sea el Estado el que cuide de ellos, en base a unas regalías tramposas. Tampoco en su relación amorosa se puede decir que sea ejemplar, todo lo contrario, en el fondo sólo ama su éxito personal, por eso se ve lo que se ve.

- Hay dos mundos distintos, el de la modernidad y el progreso, y el de la tradición y el salvajismo...

Mostrado como lo hace la película, no acaba de hacerse una adecuada descripción de esos dos mundos. No se profundiza bien en los dos aspectos, se mascan los clichés. Hay que ver las cosas como lo que son, independientemente de aspectos oscuros de todas las partes implicadas. Y es que lo que hay, la expropiación de terrenos por el Estado, podríamos calificarlo como de robo a mano armada, ateniéndonos a las razones que se esgrimen para justificarlo.

- Hombre, es por el bien de todos, para construir la presa...

La película responde a eso en las escenas finales, es un aspecto positivo de la misma. El tema de las expropiaciones forzosas es un asunto recurrente en los Estados, con los más oscuros fines detrás. Aquí en España tienen todo el tema de las desamortizaciones y la expoliación de los comunales... sí, sí, un asunto de lo más tenebroso y malvado que uno pueda suponer, pero hay que rascar un poco la información existente...

- La película no acaba de decantarse hacia una de las argumentaciones...

La película juega a la ambigüedad, más bien, y es por eso mismo que su consistencia es débil. Kazan se pretende neutro pero por momentos resulta parcial. La temática central daba para más pero lo que queda es un argumento desaprovechado. Un argumento valiente ya sabemos lo que hubiera debido plantear, pero eso hubiera supuesto que Kazan se quemara las manos. Y es que, termina la cinta y ¿Con qué te has quedado?
Tombol
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow