Acabo de volver a ver esta película y otra vez me quito el sombrero ante este director.
La tenía puntuada con un siete, pero voy a rectificar. Nada de eso. La subo a un nueve sin pestañear.
Me parece, sin lugar a dudas, uno de los dramas más lúcidos y certeros acerca de las crisis matrimoniales que acontecen en la madurez, cuando los hijos han abandonado el hogar y las parejas se ven ya libres de las exigencias del trabajo y tienen que empezar a descubrirse otra vez como pareja, fuera de la rutina y los hábitos de muchos años que les habían sostenido hasta entonces.
Esta es la historia de uno de esos matrimonios.
Él, un rico industrial de éxito, decide vender su empresa y retirarse de los negocios para disfrutar de un merecido descanso junto a su esposa, después de una larga vida dedicada, casi en exclusiva, al trabajo.
Ella, una ama de casa dedicada al hogar y a su familia, asfixiada por los años de inclemente rutina y encierro, llena de vitalidad y energía, deseosa de conocer mundo y vivir unos años extra de juventud y despreocupaciones.
Emprenden un viaje a Europa.Por fin pueden dedicarse a ellos mismos y vivir juntos todas las experiencias que les han sido vedadas.
Pero durante la travesía en el barco, ya empezarán a darse cuenta que sus sueños son diferentes y mientras que él, más maduro y realista, tratará de adaptarse y comprender a su esposa, ella, temerosa del futuro y de la vejez, querrá apurar sus últimos momentos de juventud y recuperar la pasión y la alegría, si es preciso, lejos de él.
Basada en una novela de Sinclair Lewis, Wyler recrea magníficamente una historia que no ha perdido un ápice su actualidad. Es increíble el retrato tan certero que hace de estos personajes. Gran hondura psicológica, excelente dominio narrativo y perfecta recreación de situaciones en una historia adulta para adultos.
Ahh, Wyler. Una vez oí decir que algunos gurús del cine se atrevieron a calificarte como de director sin estilo.
Pues bien. Animo a todos los usuarios de esta página a que buceen en la filmografía de este director sin " estilo" y a que se asombren de la cantidad de películas de primera calidad que posee.
No ha habido otro igual. Me importa un bledo que a otros directores les hagan la ola porque hayan firmado tres o cuatro películas consideradas obras maestras.
Este director sin "estilo" ha firmado por lo menos 25, si no más. Porque yo les aseguro que es posible que otros directores sean más identificables por sus formas o por la innovación que hayan introducido en ellas, pero quiero recalcar aquí, Wyler ha sido el mejor contador de historias. El Dickens del Cine. Porque no le conozco una mala película. Con Wyler, tienes la plena seguridad que, te cuente lo que te cuente, te lo va a contar bien y eso para mí es una garantía que nadie más ha podido igualar.
Wyler: Tú siempre vas a estar en el podium de mis cinco directores favoritos. No me importa que no tengas "estilo".