Esto es un clásico, cuando las fechas navideñas se acercan los canales se ven invadidos por estas películas y no hay forma de evitarlas.
El gemelo cómico de Chuck Norris (si Allen dejara crecer su barba o afeitáramos a Norris verían lo que yo veo) se une a la peculiar Lee Curtis para intentar hacernos reír.
Comienza siendo medianamente divertida con esa primera hora (quizás menos) que roza (lejanamente) al terror navideño con escenas divertidas donde los protagonistas se ven "amenazados", pero se torna irreversiblemente cursi después de la escena en la que el protagonista queda colgado de una soga.
Tampoco ayuda en nada que la duración de la película se estire por agregar al personaje del ladrón (absolutamente prescindible).

Lo mejor: las escenas de las llamadas telefónicas de la hija (donde Allen y Lee Curtis explotan sus gestualidades).
Lo peor: la media hora final.