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Argentina Argentina · Hija no reconocida de Madonna
Voto de Ketty Analfer D:
10
Drama Karen (Audrey Hepburn) y Martha (Shirley MacLaine) son las directoras de una exclusiva escuela para niñas. Una alumna maliciosa y vengativa, despechada por un castigo que ha recibido, oye por casualidad un comentario y lo utiliza, distorsionándolo, para acusar a sus profesoras de una conducta reprobable. Los escandalosos rumores se extienden velozmente por la comunidad escolar, con repercusiones inmediatas y devastadoras. (FILMAFFINITY)
18 de marzo de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es la segunda adaptación que hace Wyler de la obra de Hellman, la primera fue en el 1936 con su película "Esos tres" que también tenía un guión a cargo de la propia Hellman. Lo cierto es que se nota que Wyler conoce muy bien la obra porque construye de forma impresionante un relato con una terrible carga dramática a partir de una historia sencillísima.

La dirección es magnífica, algunos planos están realmente muy conseguidos. El duelo estilo western entre las niñitas es genial, esa cámara que gira a la inversa e intercala la cara de una niña con la de otra, ni el mejor Leone la hubiera logrado. Además la pequeña Balkin tiene unos primeros planos que asustan, por cierto tiene un gran parecido a Liv Ullmann, sólo físico, ya interpretativo sería tirarle más flores de las que merece. Wyler tiene una forma de mostrar las cosas sin mostrarlas realmente, por ejemplo, la escena en la que Hepburn sale afuera de la institución a hablar con un hombre que le dice el motivo por el cuál las niñas están dejando el colegio, en realidad nosotros no escuchamos nada, estamos en la misma posición de MacLaine, sin embargo sabemos exactamente lo que está pasando, como si lo pudiéramos presentir. La frase: "la calma que antecede a la tempestad" se materializa en este film en la tremenda escena de la muerte, todo está tan calmo que es imposible no sospechar que algo raro va a pasar, el tempo se enlentece, y ahí, al más puro estilo de un expresionista alemán, Wyler muestra todo milimétricamente a través de sombras. Y finalmente el plano final con la Hepburn levantando la cabeza bien en alto da a entender claramente de que lado se coloca Wyler como autor.

Lo que menos me ha convencido del film, y que me sorprende viniendo de un director tan prolijo como Wyler, es el montaje de algunas secuencias. Planos casi iguales con una leve diferencia en la distancia de la cámara, están montados uno a continuación del otro como dejando ver un desface en el zoom.

La puesta en escena es impecable, con un toque cuasi teatral que da lugar a realzar las portentosas actuaciones. Increíblemente sólo logró nominación al Oscar Bainter. Aún así, la mirada estremecedora que mantiene MacLaine hacia Hepburn durante todo el film será siempre inolvidable. Como así también la confesión de la primera que quita la respiración, una de esas escenas que cada vez que la revisas le ves algo diferente.

La banda sonora es muy bonita, y ayuda a terminar de decorar este gran relato del, tal vez, mejor Wyler. Una historia sobre cómo uno puede comenzar a creer lo que otros dicen de uno, y de cómo pueden llegar a hacernos sacar de adentro algo que ni sabíamos que escondíamos, todo por mentiras piadosas que salen a la luz en un juego de niños.

Lo mejor: es muy difícil saber que es lo que más me gusta de una película a la que prácticamente no le cambiaría nada, pero esta vez le daré el premio a Wyler.
Lo peor: esos detalles del montaje.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ketty Analfer D
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