Añadir a mi grupo de amigos/usuarios favoritos
Puedes añadirle por nombre de usuario o por email (si él/ella ha accedido a ser encontrado por correo)
También puedes añadir usuarios favoritos desde su perfil o desde sus críticas
Nombre de grupo
Crear nuevo grupo
Crear nuevo grupo
Modificar información del grupo
Aviso
Aviso
Aviso
Aviso
El siguiente(s) usuario(s):
Group actions
You must be a loged user to know your affinity with Franky_23
- Recomendaciones
- Estadísticas
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
- Sus redes sociales
-
Compartir su perfil
Voto de Franky_23:
6
Voto de Franky_23:
6
2003 

Daniel Écija (Creador), Álex Pina (Creador) ...
4,5
30.433
Serie de TV. Comedia. Drama
Serie de TV (2003-2008). 8 temporadas. 147 episodios. Narra las venturas y desventuras de una familia que regenta la taberna 'Hermanos Serrano'. El asunto predominante es la guerra de sexos: ellas son neuróticas y sofisticadas; ellos, sencillos, campechanos, cabezotas y un poco machistas. (FILMAFFINITY)
18 de julio de 2008
18 de julio de 2008
41 de 54 usuarios han encontrado esta crítica útil
Nota: esta crítica no se entiende sin contar el final de la serie.
He de confesar que allá por el 2003, cuando esta serie empezó, la seguía cada martes (o cada jueves, o miércoles, ya no me acuerdo con tanta contraprogramación), y me gustaba. De una serie semanal esperas que te entretenga y te mantenga pegado a la tele hasta que tengas que irte a dormir para madrugar e ir al colegio al día siguiente. "Los Serrano" era una comedia que hacía reír, que no es poco, con ese trío formado por Resines, Bonilla y Molero, y que dio origen al amor más controvertido de la historia de la televisión moderna: aquel que surgió entre el multiusos Fran Perea y la guapísima Verónica Sánchez.
"Los Serrano" aguantó con fuerza, liderando las noches semanales durante varias temporadas. La entrada por todo lo alto de la diosa Elsa Pataky no hizo sino aumentar esta fiebre, que también empezaba a hacer mella al poner un vocabulario inculto y a la vez divertido en boca de la mayoría de españoles, expresiones serranas. No cabía duda: la familia de Santa Justa vivía su momento de gloria, llegando incluso a repetir capítulos algunos días para la gente que se los había perdido. Y entonces llegó: el esperado beso entre Marcos y Eva, que si bien significaba el comienzo de una relación, presagiaba el final de la serie.
Cuando la historia de amor empezó a dar síntomas de agotamiento, y la marcha de actores pilares de la serie era cada vez más frecuente (Fran Perea, Verónica Sánchez, Belén Rueda, Núria González...), los responsables de ésta, reticentes a sacrificar a su gallina de los huevos de oro, importaron nuevos personajes, los cuales sufrieron continuos remodelados debido a la falta de carisma de la mayoría de ellos: jóvenes que se iban a la temporada, actores y actrices medianamente buenos que buscaban la popularidad que el cine muchas veces no ofrece, modelos que probaban suerte en la interpretación, y un larguísimo etcétera.
La serie había caído presa del peor encadenamiento al que se le puede someter: no saber que le había llegado su final. La cadena anunciaba más y más temporadas, las tramas y personajes eran ya completamente absurdos y la cierta calidad que una vez tuvo se había evaporado sin dejar rastro. Pero la audiencia, aunque drásticamente reducida, seguía ahí.
-sigue en spoiler-
He de confesar que allá por el 2003, cuando esta serie empezó, la seguía cada martes (o cada jueves, o miércoles, ya no me acuerdo con tanta contraprogramación), y me gustaba. De una serie semanal esperas que te entretenga y te mantenga pegado a la tele hasta que tengas que irte a dormir para madrugar e ir al colegio al día siguiente. "Los Serrano" era una comedia que hacía reír, que no es poco, con ese trío formado por Resines, Bonilla y Molero, y que dio origen al amor más controvertido de la historia de la televisión moderna: aquel que surgió entre el multiusos Fran Perea y la guapísima Verónica Sánchez.
"Los Serrano" aguantó con fuerza, liderando las noches semanales durante varias temporadas. La entrada por todo lo alto de la diosa Elsa Pataky no hizo sino aumentar esta fiebre, que también empezaba a hacer mella al poner un vocabulario inculto y a la vez divertido en boca de la mayoría de españoles, expresiones serranas. No cabía duda: la familia de Santa Justa vivía su momento de gloria, llegando incluso a repetir capítulos algunos días para la gente que se los había perdido. Y entonces llegó: el esperado beso entre Marcos y Eva, que si bien significaba el comienzo de una relación, presagiaba el final de la serie.
Cuando la historia de amor empezó a dar síntomas de agotamiento, y la marcha de actores pilares de la serie era cada vez más frecuente (Fran Perea, Verónica Sánchez, Belén Rueda, Núria González...), los responsables de ésta, reticentes a sacrificar a su gallina de los huevos de oro, importaron nuevos personajes, los cuales sufrieron continuos remodelados debido a la falta de carisma de la mayoría de ellos: jóvenes que se iban a la temporada, actores y actrices medianamente buenos que buscaban la popularidad que el cine muchas veces no ofrece, modelos que probaban suerte en la interpretación, y un larguísimo etcétera.
La serie había caído presa del peor encadenamiento al que se le puede someter: no saber que le había llegado su final. La cadena anunciaba más y más temporadas, las tramas y personajes eran ya completamente absurdos y la cierta calidad que una vez tuvo se había evaporado sin dejar rastro. Pero la audiencia, aunque drásticamente reducida, seguía ahí.
-sigue en spoiler-
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Hace pocos días se anunció por fin el final definitivo, la emisión de los últimos ocho capítulos, con fecha de 17 de julio para el que pondría punto y final a la historia. Sabedores de que la serie se les había ido de las manos hacía ya mucho tiempo, los guionistas decidieron recurrir al Deus Ex Machina, lo que es lo mismo, un giro de última hora sacado de la manga que permite ahorrarse cualquier tipo de engorrosas explicaciones. Riéndose en cierto modo de la audiencia, y queriendo por otra parte recuperar esos momentos de gloria que hicieron a la serie un pequeño fenómeno social, Diego se despierta en su cama tras cometer suicidio (atención por donde iban los derroteros de la serie) para descubrir que es la mañana siguiente a su boda con Lucía (Belén Rueda), y que todo lo que hemos vivido desde el otro lado de la pantalla durante estos cinco años ha sido fruto del inconsciente del Serrano.
Un final que no cierra ninguna de las tramas que quedaban abiertas para este último capítulo, que regresa a sus orígenes para a continuación echar el cierre a la taberna más famosa de la pequeña pantalla, y que deja a nuestros protagonistas al borde de un bucle temporal a punto de comenzar, en los tiempos en que uno más uno, incomprensiblemente, eran siete.
Un final que no cierra ninguna de las tramas que quedaban abiertas para este último capítulo, que regresa a sus orígenes para a continuación echar el cierre a la taberna más famosa de la pequeña pantalla, y que deja a nuestros protagonistas al borde de un bucle temporal a punto de comenzar, en los tiempos en que uno más uno, incomprensiblemente, eran siete.