Esta película estuvo en mis manos hace mucho. En aquel momento lo que buscaba yo, era ver un film emocionante, con criaturas sobrenaturales y un cazador decidido que mantuviera la tensión hasta el final. Pues bien, con esta película no lo encontré, al cabo del tiempo logre deshacerme de ella y fue una liberación.
La película en si trata de un joven sacerdote que viaja en el tiempo para acabar con dos súcubos. Dicho así puede parecer interesante, pero la idea no está bien trabajada y el resultado es decepcionante.
El protagonista no empatíza con el espectador, carente de expresión y determinación, únicamente guiado por un cuchillo como si fuese una brújula de manera mecánica, casi como un niño persiguiendo luciérnagas.
Los súcubos no son ni peligrosos ni encantadores, en lugar de ser criaturas agresivas del más allá, parecen más unas envaucadoras de la época.
No hay ningún sobresalto, el terror brilla por su ausencia, lo más escalofriante es un gusano mutante que aparece en un momento y porque da asco más que otra cosa, además de ser un absurdo relleno de esta película sin ideas. El final es demasiado abrupto, y el supuesto enfrentamiento que debía haber simple.
Conclusión, verla es un pecado, no hacerlo es estar liberado.