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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Drama Josh Waitzkin (Max Pomeranc) es un niño normal, pero también un prodigio del ajedrez. Tiene verdadera pasión por el ajedrez y quiere convertirse en un nuevo Bobby Fischer, su ídolo. Su padre (Joe Mantegna), un periodista deportivo, le apoya en todo, decidido a que su hijo se convierta en un futuro maestro. Para ello le asignan un entrenador de lo más frío, Bruce Pandolfini (Ben Kingsley), que le enseña las estrategias de Bobby Fischer. (FILMAFFINITY) [+]
18 de enero de 2013
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es triste reconocerlo, pero muchísimos niños se esmeran en demasía para ser los mejores en actividades como el estudio, el deporte o el arte, no precisamente porque ésto los apasione, sino porque se les ha hecho sentir que, de no conseguirlo, sus padres les retirarán el afecto. Por ésta razón, los niños se sienten intimidados, bajo constante presión y con un profundo temor al fracaso porque creen que, entonces, el mundo se les vendrá abajo. Pero, lo curioso en todo ésto, es que muchos niños parecieran conservar una esencia equitativa y generosa que los lleva a sentir, muy dentro suyo, que no están interesados en ganar a como dé lugar; el derrotar a otro no les produce satisfacción alguna; y es la amistad y la camaradería, el estudio, el deporte y el arte por afición, y no por obsesión, lo que anima completamente su espíritu.

Creo que este tema, es uno de los ejes centrales de, <<EN BUSCA DE BOBBY FISCHER>>, un estupendo y necesario filme que me parece imprescindible para los jóvenes de hoy, levantados en un mundo de competencia y de zancadilla que causa verdadera grima, sobre todo porque sus principales promotores son los gobernantes, los padres de familia y los docentes.

El segundo tema importante del filme, es que demuestra una extraña verdad que cada día toma más fuerza: son los hijos los llamados a educar a sus padres y son los alumnos los que parecieran capaces de enseñar a sus maestros, pues, aquellos y éstos lucen rezagados, anclados en paradigmas en desuso y habituados a verse como unos y únicos, con una humanidad a su alrededor a la que sólo se mira con afán competidor, aprovechador y oportunista… pero, muy poco con respeto, consideración y hermandad. En el filme, ejemplar resulta la madre de Josh, quien, sin protagonismo alguno, se convierte para el niño en el mejor ejemplo de vida, carácter e integración con el Ser.

Hay diálogos precisos que ilustran el competitivo y trasnochado sentir de los ‘maestros’:
-¡No vas a perder Josh! –Le dice el padre a su hijo.
-¿Y si pierdo? –Pregunta el niño
-¡No lo harás! Ellos te temen, los tienes aterrorizados.

O ¿qué tal este otro?:

-Para ganar, debes sentir desprecio por tus adversarios -dice el instructor a Josh-, debes odiarles.
-Yo no les odio. –Replica el niño.
-Ellos te odian. –Insiste Pandolfini.
–Pues, yo a ellos no. –Sostiene el niño.
–Bobby Fischer odiaba a todo el mundo.
–Yo no soy como él.

El reconocido guionista, Steven Zaillian, ha logrado una Opera Prima como director, que consigue tocar puntos neurálgicos de nuestra vida, dejando sembradas trascendentales lecciones que, ojalá, traigan conciencia y un nuevo ejercicio en algunos corazones.

Título para Latinoamérica: JAQUE A LA INOCENCIA
Luis Guillermo Cardona
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