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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Musical Adaptación musical del popular "Cuento de Navidad", de Charles Dickens. Una Nochebuena, el viejo y avaro Scrooge descubre, gracias a tres fantasmas (los de las Navidades pasadas, presentes y futuras), que hay que compartirlo todo y ser bueno y generoso con los demás. (FILMAFFINITY)
20 de abril de 2013
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un libro sagrado sirve para reflexionar, para encontrar importantes ideas y relevantes historias, y también sirve para encontrar un camino que nos conduzca hacia Dios… pero paradójicamente, un libro sagrado o no, sirve también para romperle la crisma a alguien en un momento de ira irreprimible. Algo así pasa con la navidad: para la gran mayoría es época de excesos: en la comida, la bebida, en el volumen de su aparato de música… para otros tantos, será época de amarga soledad, de resentido aislamiento, de odio… pero para algunos, la navidad es época de recogimiento, de meditación, de cambio.

El célebre escritor inglés, Charles Dickens, sabía mucho de ésto, y tenía una gran certeza del mágico poder de la navidad, la cual genera unión, integración y solidaridad, en el espíritu de aquellas personas que, por aquella temporada, se encuentran en una consciente (o latente) actitud de cambio.

Quizás, el avaro, ambicioso y abusivo, Ebenezer Scrooge, esté sintiendo dentro de su alma que, aquella soledad y aislamiento que lo aleja de todos sus semejantes -aún de quienes más lo han querido-, es el resultado de la mezquina manera como ha venido sobrellevando su existencia… y entonces, debe ser que el cielo se conmueve de su amargura, porque el día antes de la navidad decide enviarle al espíritu de su socio Marley, para que le muestre los sufrimientos que ahora padece a consecuencia de sus atropellos; y como regalo, se le enviarán tres fantasmas (espíritus) que lo guiarán por el plano astral, en un paseo que le permitirá ver, con los ojos de hoy, cosas que ocurrieron en pasadas navidades (porque él lo permitió), que ocurren ahora (porque lo está permitiendo), y que podrían ocurrir (si vuelve a permitirlo). Pero ¿entenderá el mensaje el señor Scrooge?... Y sobre todo ¿lo entenderás tú y serás capaz de asumir el cambio que se te está pidiendo? Porque, tenlo por algo bien cierto: si lo recibiste es porque lo necesitas.

“Canción de navidad” (1843) -o “Cuento de navidad” como también se le ha llamado-, es uno de los más bellos, profundos e inspirados libros que nos haya podido dar la literatura universal. Con merecida razón, desde 1901, cada tanto se adapta de nuevo al cine, y creo (porque he visto cuatro o cinco versiones, incluida la más reciente de Robert Zemeckis) que, <<MUCHAS GRACIAS, MR. SCROOGE>>, es una de las más sensibles, bellas y efectivas realizaciones.

Con un guion muy bien adaptado por Leslie Bricusse, el filme de, Ronald Neame, ofrece calidez, ternura y alegría; está realizado en una magnífica ambientación, con gratas y bien medidas canciones (muy especial “Thank you, very much”); con una preciosa fotografía y encantadores efectos visuales y especiales; y en las actuaciones, Albert Finney, resulta magistral representando a, Scrooge, en las tres edades, desbordando apatía… arrepentimiento… y alegría… con una gracia irrepetible; y como Jacob Marley, Alec Guinness sigue corroborando que es uno de los actores más profesionales y polifacéticos que nos haya dado el arte cinematográfico.

Título para Latinoamérica: LA ALEGRE HISTORIA DE SCROOGE
Luis Guillermo Cardona
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