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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Intriga. Thriller. Drama Luther Whitney, un especialista en grandes robos, planea desvalijar la mansión de un magnate que se encuentra de vacaciones en el Caribe. Sin embargo, una vez dentro, es testigo involuntario de un asesinato que involucra al Presidente de Estados Unidos, a su jefe de gabinete y a dos agentes del Servicio Secreto. Pero, ¿a quién puede recurrir un criminal para acusar de asesinato a alguien relacionado con la Casa Blanca? (FILMAFFINITY)
27 de diciembre de 2014
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
No obstante su avanzada edad y siendo un excelente dibujante, Luther Whitney sigue dedicado a tareas de copiado en los museos, lo que le sirve como fachada para ocultar su verdadera profesión: la de ladrón de lujosas residencias, en lo cual se ha convertido en un Hombre de Respeto, pues lleva 30 años sin poder ser atrapado con las manos en la masa. Tampoco ha matado a nadie, y para la policía, su nombre inspira más admiración que detracción.

Pero ahora, en su último golpe llevado a cabo en la ostentosa residencia de Walter Sullivan, un empresario capaz de poner a un hombre en el solio de La Casa Blanca, Whitney va a convertirse en testigo presencial de un asesinato que involucrará a las más altas esferas del gobierno de los EEUU… pero él va a ser el primer incriminado como ejecutor del hecho
.
La historia, una adaptación realizada por William Goldman, del bestseller homónimo que, el virginiano David Baldacci, publicara en 1996, resulta bastante osada sin ser original, pues, el tema de un presidente estadounidense involucrado en un gran escándalo, ya lo había tratado, el año anterior, Fletcher Knebel (el mismo de “Siete días de mayo”), en su novela “Night on Camp David”.

Eastwood, quien de nuevo hará las veces de productor, actor y director, al tiempo que interviene en la composición de dos de los temas incluidos en la banda sonora, tiene aquí un simpático rol como ese hombre que se encontrará en una gran disyuntiva: Huir lo más lejos posible o enfrentarse a una situación que para él es de altísimo riesgo.

Un reparto de primera línea acompaña a Eastwood, con nombres como Gene Hackman, quien se pondrá en la cabeza de aquel hombre eminente que dejará abierto el tema de la corrupción en las más altas esferas. Ed Harris será el sabueso que, mientras va tras la huella del escurridizo ladrón, también hará lo suyo para conquistar el corazón de su linda hija, Kate (Laura Linney). Y entre otros, E. G. Marshall será el patético "mecenas", añorando inútilmente sus años de juventud, al tiempo que verá suceder cosas que, quizás le demuestren que, todo lo hecho, no ha sido más que un completo fracaso.

Necesaria mención para la sugerente y emotiva banda sonora de Lennie Niehaus y para Melora Hardin, una belleza sensual de esas que son capaces de enardecernos en cosa de segundos.

¿Y quién será el que tiene el poder absoluto? ¿El presidente Richmond? ¿El influyente Walter Sullivan? ¿El astuto Luther Whitney?... ¿O será, acaso, alguien más?
Luis Guillermo Cardona
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