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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Drama Los 90. El mundo da cambios a gritos y Cuba se hunde entre bloqueos, hambre, tabaco y ron. En ese paisaje, las vidas de Candelaria (64) y Víctor Hugo (63), pareja que sigue junta como por inercia, dan un vuelco al encontrarse una cámara de video Hi8 en un hotel. (FILMAFFINITY)
15 de julio de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las consecuencias del colapso de la Unión Soviética -que de paso acabó con el CAME (Consejo de Ayuda Mutua Económica)-, fue la depresión económica en la que entró la Cuba de Fidel, reforzada además por el embargo económico mediante el cual, el imperio estadounidense, pretendía forzar su salida. En los primeros tres años de la década del ’90, el PIB se contrajo el 36%... pero, el gobierno consiguió, en 1994, hacer los necesarios reacondicionamientos para mantener a flote su maltrecha economía.

En ese clima de incertidumbre y racionamientos de todo tipo -en el que también hubo un incremento en la mortalidad de los ancianos cercano a un 20%-, transcurre la historia de Candelaria y Víctor Hugo, un par de ancianos sexagenarios que no tuvo la suerte de tener hijos (¿o fue acaso una suerte no tenerlos?), pero que tiene la fortuna de preservar un sólido amor que les permite valorar cualquier pequeño instante de luz que llega a sus vidas. Para la pareja, la vida cambia cuando en su lugar de trabajo, Candelaria encuentra una cámara Hi8 que alguien lanzó junto a la ropa sucia y, aunque su marido le pide devolverla, es él mismo quien descubre el atractivo que ésta le ofrece, pues, le permite eternizar el cuerpo, los movimientos y los gestos de aquella mujer a la que adora… y pronto, de una manera casi insólita -y gracias a las excentricidades de los extranjeros- va a servir para sostenerse durante un buen tiempo.

<<CANDELARIA>>, es la tercera realización de, Jhonny Hendrix Hinestroza, un director colombiano que con, “Chocó” (2012), ya había demostrado su sensibilidad para extraer poesía de los seres humanos más modestos y de los lugares más humildes. La historia, es seguro que llega mucho más a las personas adultas, pues, se necesita haber trasegado un amplio tiempo por la vida para poder comprender las vicisitudes y los refuerzos aplicados; los sacrificios asumidos y los pequeños placeres alcanzados… y también, los ingentes esfuerzos que, día a día, hacen Candelaria y Víctor Hugo, para mantener vivo su amor; pero, si un joven comprende que también un día puede llegar a ese estado, o quizás lo proyecta hacia sus padres, es posible que logre conectar con esta historia cuyo encanto, sin duda, sobrepasa la epidermis.

Verónica Lynn, la actriz que representa a Candelaria (nombre asociable a candela=mujer fogosa) se formó (y enseñó) con el método Stanislavski y tiene en su haber una larga experiencia en el teatro, la radio, el cine y la televisión; y el actor que interpreta a Víctor Hugo (nombre que él reivindica recitando a su esposa bellas frases), se llama, Alden Knight, un cubano de sangre jamaiquina que ha sido poeta, viajero y cotizado actor en las tablas y en el celuloide.

Valga recordar uno de los lindos versos que, Knight, escribiera en uno de sus poemas, titulado “Siempre joven”:
Cuando alguien grande se muere
(Téngase esto en memoria)
Será que la muerte quiere
Que tenga vida en la historia.
Luis Guillermo Cardona
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