Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Thriller. Intriga En plena Guerra Fría, se sospecha que un enigmático general pretende derrocar al Presidente de EE.UU. por medio de un golpe de estado. El Presidente dispone sólo de siete días para encontrar pruebas que le permitan abortar el golpe. (FILMAFFINITY)
28 de junio de 2015
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En palabras de los escritores, Fletcher Knebel y Charles W. Bailey II -autores de la novela en que se basa, <<SIETE DÍAS DE MAYO>>- fue en el ultraconservador general, Edwin Walker -quien participó en la II Guerra Mundial y en la Guerra contra Corea-, que ellos se inspiraron para recrear el carácter del General de la Fuerza Aérea Estadounidense, James Mattoon Scott (ojo a su segundo nombre). Por su parte, el director John Frankenheimer, dice que tomaron rasgos e incidentes relacionados con el también general, Curtis LeMay, el oficial que, durante la IIGM, dirigió los bombardeos contra Hiroshima y Nagasaki, además de que fue quien más instigó para que se bombardeara a la Unión Soviética durante el bloqueo de Berlín (1948-49) y una vez más durante la crisis de los misiles en Cuba (1962)… anhelos que le fueron sabiamente denegados. Pero, es indudable –y, Frankenheimer, también lo menciona-, que la mayor inspiración para el filme provino del prepotente general, Douglas MacArthur, quien compartió un odio mutuo con el presidente, Harry S. Truman, viéndose abocado éste a relevarlo de su cargo. ¿Las razones? En el filme aparecerán muy especialmente contadas. El segmento de la historia sobre el personaje, Eleanor Holbrook, fue además remembranza de una aventura –revelada por la prensa-, entre MacArthur y la actriz y cantante filipina, “Dimples” Cooper (Isabel Rosario Cooper), durante su estancia en ese país.

Con este sólido material, convertido en guion cinematográfico por Rod Serling (“Requiem for a Heavyweight”, “Planet of the Apes”…), el director Frankenheimer, ha conseguido un magnífico documento anti-armamentista, con el que reivindica que, un gobierno digno y amante de la paz, tendrá como principio el abandono de toda actitud ofensiva contra cualquier otra nación.

Burt Lancaster, tiene a su cargo representar al ególatra y guerrerista, general Scott, logrando con él otro de los puntos altos de su carrera. Kirk Douglas, es su ayudante, el coronel “Jiggs” Casey, y será quien tenga el deber de revelar quién es el judas que hay en esta historia. Fredrich March, asume el complicado rol del presidente Jordan Lyman, del cual sale avante con ese temple que lo caracterizó en muchos de sus grandes filmes. Se me ocurre que, por asociación, Truman podría derivarse de True-man: hombre de verdad; y, Lyman de Lie-man: hombre de ficción, en este caso.

Es, Ava Gardner, un tanto entradita en años y en carnes, quien representa a la señora Holbrook, la mujer que tuvo un ‘affair’ con el general, pero que ahora se siente atraída por el coronel; y Edmond O’Brien, tiene uno de los roles que más dejó huella, haciendo del senador Raymond Clark, brazo derecho del presidente Lyman.

Intriga de alto nivel, manejada con un excelente uso del espacio-tiempo, con una fotografía en blanco y negro totalmente a la altura de lo que se narra, y con una puesta en escena que se dio el lujo de entrar hasta la propia Casa Blanca ya que, al presidente Kennedy, le encantó que se hiciera la película... aunque en el pentágono hubo toda suerte de repulsas por parte de algunos generales, pero, ‘donde manda capitán…

Un fuerte y muy bien plantado encomio de la democracia y de la convivencia en paz, hace de este filme una obra que, con el paso de los años, vuelve a tener vigencia en los procesos de paz de algunos países -entre ellos Colombia-, donde, los más atrasados sectores políticos, hacen cuanto pueden para sabotear el encomiable propósito del gobierno de Juan Manuel Santos, con el único interés de propiciar el guerrerismo.

¡Cuánta razón tiene el presidente Lyman cuando, en un discurso en el que hace referencia a la era nuclear (armamentista), dice entre otras cosas que “(Ésta) le ha inoculado al hombre la enfermedad de la frustración, una terrible sensación de impotencia y debilidad”. Esto se resume en una palabra: Miedo, el peor enemigo del progreso de cualquier sociedad.

<<SIETE DÍAS DE MAYO>>, es un filme de enorme trascendencia.
Luis Guillermo Cardona
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow