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Voto de Luis Guillermo Cardona:
8
Drama Edmund, un niño de doce años, intenta sobrevivir a las duras condiciones de la postguerra alemana, especialmente en Berlín, una ciudad que ha quedado completamente derruida tras la Segunda Guerra Mundial. (FILMAFFINITY)
11 de noviembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando ya presentían el fracaso de Alemania ante la caída de sus ejércitos y la muy próxima entrada de los Aliados a su territorio, entre los nazis comenzó a circular una frase, expresada primero por algún oficial de alto rango: “¡Disfruten de la guerra muchachos, porque la paz va a ser terrible!”.

Tras esta irónica y premonitoria frase, devino una dura realidad histórica: Alemania fue atacada por todos los frentes; Berlín fue dejada prácticamente en escombros… y los nazis (que no pudieron escapar) fueron dados de baja sin consideración o llevados a prisión. Seguidamente, el país fue repartido como un pastel: Una porción para los Estados Unidos, otra para la Unión Soviética, la tercera para Inglaterra, y la cuarta para Francia. Los nazis que se fugaron también se los ‘repartieron’ varios países del mundo: Argentina, Canadá, Australia, Brasil y otros.

Que la desgracia llegue después para quien ha causado una tragedia, es simple Ley de Reciprocidad que siempre se hace efectiva tarde que temprano. Pero la dimensión que ha alcanzado el materialismo en la mente humana y la carencia de valores espirituales ante el rotundo fracaso de las fraudulentas religiones, hacen que las Leyes Existenciales se desconozcan y el ser solo se asiente en el Yo y en los ilusorios poderes y placeres.

Los sobrevivientes de Alemania quedaron, en su mayoría, en una gran pobreza. Unas familias se veían obligadas a darles posada a otras que quedaron sin hogar, y es de éste ambiente bastante difícil que el director, Roberto Rossellini, ha sustraído la historia de los Köhler: el anciano padre y tres hijos que, con amargura y muchas carencias, ocupan un espacio en el hogar del señor Rademaker.

El guion, escrito por Rossellini en colaboración con Max Colpet, se centra principalmente en el menor de la familia, un niño de 12 años llamado Edmund, quien demuestra una entereza y un compromiso con su padre y sus hermanos, realmente ejemplar. Pero a veces, a la vida de las almas sensibles llega alguien en quien se cree, pero, en quien ¡jamás se debió creer!... y ya no se sabe que rumbo tomarán esos destinos.

Con, <<ALEMANIA AÑO CERO>>, Rossellini completa la que se conoce como su Trilogía de la Guerra junto a, “Roma Cittá Aperta” y “Paisa”. De nuevo, trabajó con actores naturales que fue encontrando en sus recorridos por Berlín… y hasta tuvo la suerte de encontrar en una residencia de ancianos a, Ernst Pittschau, antiguo actor del cine silente, a quien dio el rol del señor Köhler. El niño que representa a Edmund es, Edmund Moeschke, quien había hecho las veces de acróbata de circo y, Rossellini, lo eligió porque guardaba cierto parecido con Romano, un hijo suyo recientemente fallecido (a quien dedicó la película); incluso, al chico le tinturó el cabello para que se pareciese aún más. Por su parte, Ingetraud Hinze (Eva), había sido bailarina de ballet y su experiencia en los escenarios la calificaba para su papel.

El director, no elude una sugerente crítica al abuso infantil por parte de algunos pronazis sobrevivientes, y todo lo que ocurre con el profesor Henning y demás moradores hombres del edificio donde habita, apunta en esa dirección… y es precisamente de Henning, de quien emana la suerte de formación distorsionada que puede hacer mucho daño a las almas inocentes.

Se cierra con, <<ALEMANIA AÑO CERO>>, una trilogía que refleja, con eficacia, uno de los más deplorables períodos de la historia contemporánea.
Luis Guillermo Cardona
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