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Voto de Luis Guillermo Cardona:
9
Comedia. Drama. Romance Un viaje de Londres a la Riviera francesa hará que Joanna y su marido Mark revivan los románticos comienzos de su relación, los primeros años de su matrimonio y sus respectivas infidelidades. Con el paso del tiempo los dos han cambiado, por lo que tendrán que enfrentarse a un dilema: separarse o aceptarse mutuamente tal como son.
10 de junio de 2009
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las parejas perfectas no existen, si por perfecta se entiende una pareja que no discute, no pelea y no tiene diferencias. Pero, a mi manera de ver, una pareja es perfecta, cuando sus diferencias, sus peleas y sus discusiones, sirven para su crecimiento, porque se sacuden y se esfuerzan por hacer, cada vez menos visible, aquello que los maltrata. El secreto, es atender a lo razonable que dice y expresa el otro -y se atenderá más cuanto más asertivo sea lo que se dice-, y asumir un propósito adulto de mejorar para mi propio bien y para conseguir que, de esta manera, pueda cambiar mi entorno. Porque, si a mí no me agrada lo que estoy recibiendo, es porque no es suficiente aquello que vengo dando.

Con encantadoras actuaciones de, Audrey Hepburn y Albert Finney, y con un hilarante apoyo de, William Daniels y Eleanor Bron, el director Stanley Donen -quien otrora nos diera la encantadora película, “Singin' in the Rain”-, nos trae ahora un filme que retrata sin ambages, y con toda su miel y su sal, la vida matrimonial.

En tres distintos viajes que realiza una misma pareja conformada por Mark, un agraciado arquitecto un tanto despistado -sobre todo con su pasaporte- y por Joanna Wallace, una flacucha corista de indiscutible encanto e inesperadas decisiones, nos aproximamos a una serie de vivencias con las que no es difícil sentirse reflejado, ya que coinciden con hechos muy comunes y muy bien recreados por nuestro amigo, Donen.

El guion de, Frederic Raphael, consigue agudos, mordaces y clarificadores diálogos, y las situaciones recreadas poseen toda la gracia, y el suficiente desparpajo, como para conseguir que algunos miembros de nuestra loca sociedad deban taparse los ojos. El montaje es creativo y lustroso, compaginando con la alternancia de los tres viajes, un cambio de ritmo que mantiene nuestro interés por los hechos que se suceden, a la vez que confirma la forma como, lo dulce y lo agrio, siempre se alternan en nuestras existencias. Los actores de reparto complementan con eficacia el conjunto, mostrando la suerte de curiosas intromisiones que, invariablemente han de surgir en nuestro camino, para que podamos hacer elecciones y probar nuestro compromiso.

La vida es sabia y en el juego de elegir siempre tenemos opciones… y hay siempre ocasión para hacerlo bien o para que metamos la pata. Pero, el propósito es sacarla, y rescatando lo grato, hacer eficiente uso de la opción reconciliatoria para seguir adelante... y la película también lo confirma: Cuida bien lo que haces porque, en aquello que faltares… un día te faltarán.

Algunas situaciones son para recordar mucho tiempo: Cuando Ruthie bota las llaves del auto porque no quiere que duerman en un hotel... cuando, Mark, lee una “sentida” carta de extrañamiento dirigida a su linda esposa, y la acción nos ilustra el viaje de conquista que él va teniendo con una voluptuosa rubia… y, al final, uno se da cuenta que, contra todo, ¡la vida es encantadora!

Título para Latinoamérica: <<UN CAMINO PARA DOS>>
Luis Guillermo Cardona
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