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Voto de Luis Guillermo Cardona:
7
Intriga. Thriller. Cine negro Tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), el padre de Alicia Huberman, un espía nazi, es condenado por traición contra los Estados Unidos. Después del juicio, Alicia da una fiesta en la que aparece un apuesto desconocido llamado Devlin. Se trata de un agente de los servicios de Inteligencia que reclama su colaboración para atrapar a Alexander Sebastian, el cerebro de los nazis en Brasil. Al principio se muestra reacia, pero finalmente ... [+]
27 de enero de 2015
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
En varias ocasiones, Ingrid Bergman peleó contra la imagen de ‘buena chica’ con la que pretendían encasillarla los productores. Por esta razón, insistió hasta lograrlo, para que Victor Fleming le diera el rol de la prostituta en “Dr. Jeckyll and Mr. Hyde”, y por esto mismo, aceptaría sin reparos su rol de aventurera buscona en “Saratoga trunk”, la película que dirigiera Sam Wood. Cuando Alfred Hitchcock, tras su exitosa aparición en “Spellbound”, volvió a llamarla para que hiciera de espía al servicio de los EEUU en “ENCADENADOS”, ella se sintió encantada porque creyó que tendría aquí otra ocasión de hacer un personaje con carácter y diferente.

Cuando visionamos la película, nos sorprende ver la coquetería y sensualidad con que Ingrid asume esa deliciosa escena, ¡con un envidiable Cary Grant!, en la que se besan repetidas veces mientras caminan muy enamoraditos… y por un instante nos creímos que, santa Ingrid, iba a quedar dejada de lado definitivamente. Pero, ¡vaya engaño! porque un papel con más espíritu de sacrificio, entregada a los leones por el hombre que dice amarla, y prácticamente condenada a lo peor por el ejercicio de dignificar el nombre de su padre quien murió siendo un espía al servicio de Alemania… estoy seguro que, de haberla conocido Juan Pablo II, de seguro la hubiese anotado entre los prospectos canonizables.

“ENCADENADOS” fue la cuota que, en tiempos de postguerra, aportaría Hitchcock para alimentar el patriotismo estadounidense, en momentos en que mucha gente criticaba el alto sacrificio humano y económico que había significado una guerra que, con tino y diplomacia, muy probablemente, hubiera podido evitarse.

El conflicto es fácil resumirlo: El gobierno descubre que hay una célula nazi, con base en Brasil, desde donde planean un duro golpe contra los EEUU y Alice Huberman es recomendada por el agente Devlin, para que ¡sin prejuicios! se relacione con Alexander Sebastian, de quien se sospecha que hace parte del complot en marcha.

Necesario reconocer que, Hitchcock, hace acopio de una gran capacidad narrativa y que, al guión de Ben Hecht, consigue extraerle lo que realmente le importaba: La historia de amor. Porque Hitchcock era un romántico y como en “The Lodger”, “El ring”, “Young and innocent”… es el amor de pareja lo que lo motiva, entremezclándola en un embrollo real o un McGuffin, para que contenga ese carácter sociológico que las buenas historias reclaman.

“ENCADENADOS” es una historia de sacrificio, donde la patria y la humanidad pesan más que tú y yo, que nuestro amor y nuestro afán de conservarnos juntos. ¡Cuán encomiable!... de no saber que, lo que se buscaba, era hacernos creer que las bombas lanzadas contra Hiroshima y Nagasaki el 2 y el 5 de agosto de 1945 con las que se le arrebató la vida a cerca de ciento cincuenta mil personas, muchas de ellas mujeres, niños y ancianos, fueron tan solo "una anticipación a los planes que ya tenían los países del eje".

Al filme se le abona una última media hora bastante efectiva, con lujo de detalles, con un gran efecto de suspenso en los últimos minutos, pero pienso sin duda que se exagera, al considerarla como una obra maestra sin objeción.

A lo ya mencionado, cabe rescatar la excelente química que se da entre la pareja Grant-Bergman y la impactante presencia que logran Claude Rains y Leopoldine Konstantin en sus roles de hijo y madre. Pero, personalmente, y en pro de dignificar a la mujer, me hubiera gustado mucho más si Alicia Huberman, en su debido momento y en una más fuerte intervención final, hubiera mandado al carajo a su “enamorado”, con palabras más o menos de este estilo: “Ya hice lo que debía. Espero que quede limpio el nombre de mi padre. ¡Hasta siempre!”… y que, en un contrapicado, la viéramos alejarse enhiesta y muy segura.

Título para Latinoamérica: “TUYO ES MI CORAZÓN”
Luis Guillermo Cardona
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