Quizás lo más reprochable de la película de Moverman( reprochable para el público adicto a un cine más comercial o dialogante) es que, aquél se niega a dar los deberes hechos, introduciendo al respetable, a través de imágenes de tinte "documentalista" en el escarpado terreno de la "auto-resolución personal" de la trama, hasta cierto punto subjetiva, según, casi, las preferencias de cada cuál.

A pesar de ello, o justamente por ello, Moverman regala imágenes, tanto de impacto como de sugerencia, para situar al espectador en el camino adecuado. Y para ello, en ningún momento cede a la trampa del sentimentalismo cargado de tintas o de la eclosión trágica lastrada de brutalidad o explicitud.

Las imágenes, bien filmadas, y los diálogos, sugerentes, (surrealistas a veces), cortantes y a la vez llenos de extraña delicadeza en los gestos y palabras entre padre e hija, y en los que se insertan no pocos "explosivos" silencios, para poner en negrita la incapacidad de expresar el sentimiento sincero, que se adivina a través de la sugerencia, subrayan el hecho de que Noverman no sólo entrega el puzzle a medio hacer si no que nos pone en la tarea de buscar por nuestra cuenta las piezas que faltan, pero en cierto modo regalándonos una casi "piece de resistance" en ese bello plano sostenido con maravilloso "fundido en negro", de Jena Malone tras los pasos de Gere. Para mí, una, si se quiere, "efectista", pero hermosa concesión al espectador, en una película algo lastrada por su lentitud, y con un Gere, que a pesar de todo, resulta tiernamente convincente.