Una película navideña más que cuenta con el encanto de esa época mágica y el ideal americano de las fiestas, pues nadie como ellos para celebrar esas Nochebuenas hasta las trancas de nieve y en casas ostentosamente decoradas en todas las películas, con familias numerosas reunidos ante un gran pavo.

Quizá ese sea el único punto fuerte de esta comedia tan pasmosa como horriblemente escrita, con chistes exagerados y estúpidos que no harían gracia ni a un niño de 3 años. De las películas más desafortunadas de Danny DeVito cuenta con un reparto espantoso, pero suficiente para sacar arriba un producto tan pobre que pone como referencia las Navidades y la rivalidad que existe entre un vecino estirado como el viejales Matthew Broderick, un tío que no debe tener más de cuarenta y tantos pero cuyo personaje tiene mentalmente cerca de 80, y un vecino freak, Danny DeVito, el cual se esmera por tener la casa más increíblemente iluminada del planeta y hacerse así famoso.
Desde entonces surgirá entre ambos una rivalidad estúpida llena de pruebas aún más idiotas en la que la película poco a poco se va desvirtuando hasta quedar en un producto facilón de broma tirada y risas inexistentes. Lamentable. Kristin Chenowen y Kristin Davis están espantosas.
Los efectos son pobretones a pesar de su luz, y los escenarios no son bonitos escenarios decorados idealmente de Navidad sino grotescas caricaturas de si mimos hechas a base de muérdago y bolas de nieve.