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Voto de Sandro Fiorito:
10
Serie de TV. Intriga. Thriller. Drama Serie de TV (1990-1991). 2 temporadas. 30 episodios. El excéntrico agente del FBI Dale Cooper (Kyle MacLachlan) llega a Twin Peaks, una pequeña población montañosa, para investigar el brutal asesinato de la joven y bella Laura Palmer, la chica más popular del instituto de la localidad. Con la ayuda del sheriff del pueblo, el amable Harry S. Truman (Michael Ontkean), el agente Cooper comienza a interrogar a los habitantes del pueblo y va ... [+]
9 de marzo de 2011
33 de 39 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las más bellas melodías creadas jamás para una serie de televisión abre los fantásticos créditos de inicio de esta fabulosa producción de intriga bañada en surrealismo, atrapada por una atmósfera que se convierte en especial por lo misterioso y enigmático de la misma, y que delata el lugar en el que nos encontramos: es Twin Peaks, un pequeño y apacible pueblo maderero, consternado por la trágica muerte de la joven que daría paso a una de las preguntas más populares de toda la extensión televisiva: ¿quién mató a Laura Palmer?. Todos parecen desconcertados y aturdidos ante el asesinato de una chica feliz, amistosa, popular e hija de una buena familia. Para investigar su asesinato, la oficina del Sheriff, dirigida por Harry S. Truman (Michael Ontkean: “Su otro amor“, 1982), que comparte nombre con el trigésimo tercer presidente de los Estados Unidos, inicia sus pesquisas a la espera de la llegada del personaje más emblemático de la serie: el agente especial del FBI, Dale Cooper (Kyle MacLachlan: “Terciopelo azul“, 1986), cuyo apellido (y cuidado aspecto) parece otro de los muchos guiños que en esta serie hace Lynch a ese cine que tan bien sabe hacer.

Sorprende cómo David Lynch (“Corazón salvaje“, 1990) pudo convertir la vida de esa alegre localidad rural en uno de los lugares más indescifrables y recónditos del universo. No es sólo el nivel de suspense al que se eleva esta producción debido al célebre asesinato de Laura Palmer, sino todo en general: un gesto, una mirada, un detalle o cualquiera de los muchos personajes peculiares que, con sus ambiciones y temores, recorren el pueblo acompañados por sus secretos y una agridulce felicidad. Resulta curiosa la magnífica relación existente entre la oficina del Sheriff y la oficina del FBI. Lejos de los estereotipos acostumbrados, en Twin Peaks ambos cuerpos colaboran de una forma que va más allá de la mera cordialidad, sentando las bases de la amistad y del afecto más verdadero. Veinte años después del estreno de la serie, las historias vertidas desde su argumento no han parecido envejecer demasiado: a pesar de los aspectos estéticos desfasados de algunos de sus personajes, la excelencia (salvo las excepciones de las prescindibles subtramas correspondientes a Nadine o la relación cuasi-infantil del ayudante del Sheriff con Lucy Moran) de su atemporal guión hace de “Twin Peaks” una merecida serie de culto, llena de enseñanzas, dilemas morales y confianza o esperanza en los seres humanos.

Qué grato resulta ver al bueno del metódico, didáctico y admirable agente especial del FBI Dale Cooper, apasionado de la filosofía tibetana, tomarse su preciado café con una sonrisa de oreja a oreja, mientras la persona que tiene enfrente, sea quien sea, le devuelve el mismo nivel de amabilidad. O el siempre risueño y agradable Sheriff Truman.

(Sigue en el SPOILER sin desvelar detalles del argumento, por falta de espacio)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Sandro Fiorito
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