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España España · málaga
Voto de nachete:
5
Terror Montag, el mago, lleva a cabo terribles mutilaciones, presuntamente trucadas, para un espectáculo circense, y con este fin busca mujeres voluntarias que se pongan en sus manos. Todo parece marchar bien, pero a la hora de la representación los trucos cobran una sangrienta realidad. Cler y Ratay deciden investigar cual es el secreto del misterioso mago, pero Cler, una hermosa mujer, esta en el punto de mira del mago… Clásico del cine ... [+]
20 de agosto de 2008
14 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta película ejerce una fascinación que tiene mucho que ver con sus defectos. Como en la mítica e infame Manos: the hands of fate, su pátina visual de peli barata viejuna, su montaje (también de sonido) chapucero, su pésimo reparto y su, en definitiva, cuestionable manejo de los más elementales recursos cinematográficos hacen de su visionado una de las experiencias más extrañas que uno pueda echarse a la cara. También hay que tener en cuenta el dato de la autoría: dirige el padre del gore Gordon Lewis, que aquí desnuda su corpus creativo ofreciendo un espectáculo gore prácticamente puro.

La trama se articula a través de una sucesión de números de magia (aliñados con casquería) que un tipo inquietante con maquillaje de los chinos exhibe ante un público un poco retard (atención a la reacción de la platea con los diferentes trucos del mago). Es simple, y podía haberlo sido más: sólo números de magia-gore, uno detrás de otro, sin hilazón argumental de ningún tipo. En lugar de ello se saca de la manga una idea delirante que desemboca en un clímax surrealista que es terrible, pero que a mí me hace gracia. Como toda la película, por otra parte una pura exploitation sin otra baza fuerte que el gore, ya de por sí tirando a mediocre.

Y pese a ello, o por ello, se hace entrañable. Su valentía conceptual, su honestidad, incluso todos los defectos antes mencionados, hacen de El mago del gore una de las pelis de terror más raras y, a su modo, disfrutables de la historia del cine de serie B (o Z, con esto de las letras hay que andar con ojo). Puritito Gordon Lewis.

Lo mejor: su grandilocuente verborrea regada con casquería fina fina.
Lo peor: iba a decir los actores, pero lo hacen tan mal que hasta su bochorno me despierta simpatías.
nachete
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