Hace ya tiempo que lo sabía, pero confirmado, Al Pacino está totalmente acabado, de eso no cabe ninguna duda.

Lo peor es que en esta película el coleguilla encima va de divo, se cree que dejándose un ridícula perilla, poniendo cara de interesante, lo cual no consigue, pues la tiene de desgana absoluta, y dándose cuatro ridículas carreritas, que más que admiración causa auténtica risa, nos demuestra que es un monstruo de la interpretación y que se encuentra físicamente como en su mejor momento. Cuando la realidad es que está hecho una ruina absoluta en todos los aspectos.

Encima ha elegido una película desde todo punto de vista tontuela, copia descafeinada de la saga de Saw, con todos los ingredientes. “Te quedan 88 minutos para morir”, le dice la voz de un asesino por el móvil, que acaba de torturar sádicamente y matar a una alumna suya.

A partir de ahí, pues lo típico, a intentar salvarse de su destino, a base de carreras tontas de un lado para otro intentando descubrir al asesino. Memez absoluta, en un guión más propio de un autor de telenovela que de un guionista serio, con pocos matices y excesiva confusión ¡Un desastre!

De los personajes mejor no hablar, jamás de los jamases he visto personajes tan poco currados. Como hay que dar trabajo al divo, los demás se quedan tan en un segundo plano que apenas tienen papel. Desaprovechadísimo el papel del psicópata, desaprovechadísimo el papel de las actrices, la película es: Al Pacino, Al Pacino y Al Pacino. Y para colmo, como ya he dicho, un pésimo Al Pacino.

Lo bueno es, que pese a lo dicho, realmente no han desaprovechado nada, el guión es tan normalito, predecible y visto que da exactamente igual que lo hayan arruinado todavía más, nunca hubiese sido un éxito lo interpretara quién lo interpretara.

Nada recomendable para ir al cine, os sacarán descaradamente el dinero. Como cosa curiosa se puede ver y pasar medianamente el rato cuando la echen por la tele.