Tiene todos los alicientes para convertirse en una obra de culto esta respetable propuesta de ciencia ficción que tuvo la mala suerte de coincidir en el tiempo con el estreno de Matrix, algo que la eclipsó. En su momento pasó completamente desapercibida y apenas pudo recuperar los 15 millones de dólares que costó. Sin embargo, gracias a un guión con una buena historia, la película azuza el interés del espectador que se deja llevar por una intrincada trama de asesinato y viajes virtuales a realidades paralelas.

La recreación de Los Angeles en los años treinta está bien conseguida a pesar del ajustado presupuesto, a penas hay efectos visuales pero sí mucho talento e imaginación. El reparto está bien elegido y todos ellos realizan un trabajo convincente, las interpretaciones son correctas teniendo en cuenta la historia que se cuenta. Encarnan a varios personajes con diferentes identidades en distintas épocas que poco a poco descubren una alucinante verdad y no diré más para no destripar el argumento. Cuando terminas de verla te deja un poco desconcertado pero luego reflexionas y todo encaja.