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Voto de Sergio Berbel:
5
Drama Carla llega para acompañar a Martina después de años de ausencia. La relación entre ellas es distante, y hay algo de lo que no hablan. Martina tiene encuentros furtivos con Diego, un hombre que le dobla la edad. Ambos se someten a un juego sexual fuerte y fuera de control. Cuando Carla descubre esta relación, se enfrenta a Diego. (FILMAFFINITY)
28 de octubre de 2022
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El cineasta argentino Moroco Colman pretende lograr un nivel que no alcanza finalmente con su ópera prima, “Fin de semana”. Pretendiendo mezclar thriller, erotismo y drama familiar, al final el mejunje acaba teniendo sabor a medicina y, si bien no resulta un espanto, tampoco consigue ser nada del otro mundo.

Fundándose en un guión coescrito por el propio cineasta un tanto errático y a ratos insulso, el mismo se sostiene por el impresionante trabajo de sus dos actrices protagonistas, una espléndida María Ucedo interpretando a Carla y, muy especialmente, una estratosférica Sofía Lanaro como Martina, cuya interpretación es lo único que brilla resalmente en el conjunto.

En el film, con una estética pretendidamente indie y una fotografía sucia y decolorada, nos cuenta el regreso de Carla a una casa que pareciere haber sido domicilio familiar para reencontrarse durante un fin de semana con la joven Martina, cuyo padre ha fallecido. Para su estupor, comprueba cómo la bella joven está enredada con un hombre casado, hijo de la última pareja de su padre, con el que practica todo tipo de relaciones sexuales con violencia y a la que aplica ciertas dosis de, por qué no decirlo, violencia machista soterrada y, lo que es peor, consentida por Martina. Carla se espanta de esa realidad que se presenta ante sus ojos y decide tomar cartas en el asunto.

Dicho argumento, a partir de ese momento, diverge del drama familiar que pretendía “ab initio” y que resultaba prometedor, para convertirse en un thriller erótico con menos sexo explícito del prometido y bastante ramplón en ese sentido, a pesar del inmenso trabajo al respecto de Sofía Lanaro, como decía antes, lo mejor de la función de lejos.

Su escaso metraje de 74 minutos me temo que no responde a una gran capacidad de síntesis del cineasta, sino a que realmente no había nada más que contar en una historia que da poco de sí.
Sergio Berbel
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