Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Sergio Berbel:
10
Comedia. Drama. Romance Es la historia de Alana Kane y Gary Valentine, de cómo se conocen, pasan el tiempo juntos y acaban enamorándose en el Valle de San Fernando en 1973.

17 de febrero de 2022
7 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ver “Licorice Pizza” es recordar en todo momento por qué Paul Thomas Anderson me parece el mejor director en activo del mundo. Me ratifico y cada día me resulta más evidente. Nadie en todo el planeta, absolutamente nadie, hace con la cámara lo que logra Anderson. Es Dios y el resto de cineastas son sus discípulos. Y aunque idolatro más sus dramas que sus comedias, aunque soy más de “Magnolia”, “Pozos de ambición”, “The Master” o “El hilo invisible”, cuando su genio inconmensurable abarca también la comedia, como en el caso de “Boogie Nights” o “Licorice Pizza” (ambas tienen muchísimos puntos en común más allá de su aspecto setentero), necesito verlas de rodillas igualmente.

Esta respuesta de Paul Thomas Anderson al ejercicio de nostalgia de Quentin Tarantino en “Érase una vez en Hollywood” (o de Paolo Sorrentino en “Fue la mano de Dios”, o de Pedro Almodóvar en “Dolor y gloria”), con la que comparte época, tono y lugar en la maravillosa L.A., sueño de todo cinéfilo, está al mismo o más nivel. Paul Thomas Anderson abandona su maravilloso tono dramáticamente pomposo de “Pozos de ambición” o “El hilo invisible” con sus ambientes sórdidos y extremos, para seducirnos con la misma intensidad de calidad a través de una comedia romántica que tiene lugar entre un quinceañero y una chica de 25 en el Valle de San Fernando durante 1973, conectando más con la estética y el tono de “Boogie Nights” que de sus grandes obras dramáticas.

Pero, como ocurre en toda la filmografía de Paul Thomas Anderson, para mí, lo de menos es lo que cuenta sino cómo lo cuenta, el alarde técnico y estético de cada plano, de cada secuencia, insuperable por ningún otro director de este mundo ni de otros. En “Licorice Pizza” concurren todas y cada una de las señas de identidad de este genio estratosférico: desde lentísimos movimientos de cámara buscando el rostro de sus actores, pasando por planos secuencia de un barroquismo y complejidad de rodaje aplastantes y jugando, en esta película es algo “cum laude”, con los reflejos de sus personajes en espejos donde la ubicación de la cámara es imposible de determinar y te obliga a concluir que no existe genio como este genio.

Esta obra maestra del cine, eterna desde su nacimiento, se sustenta, además, en la interpretación y la química existente entre una pareja actoral indiscutible llamada a protagonizar el futuro del Séptimo Arte: lo de Alana Haim, reina y señora de la función, no es de este mundo. Ella se come con patatas a todo el que se le acerca y el espectador suspira de impaciencia cada vez que no aparece en plano. Es diosa y señora. Lo de Cooper Hoffman (hijo de un tal Philip Seymour Hoffman) no es menor. Ambos derrochan una categoría, un saber estar y un nivel ante la cámara sin precedentes y merecerían todos los galardones interpretativos habidos y por haber. Yo necesito ver desarrollarse actoralmente a Alana Haim, porque lo suyo apunta a llegar a ser una de las grandes actrices de la historia del cine. Así de claro lo tengo.

Pocas veces se ha retratado el abandono de la adolescencia camino de la madurez tal y como se retrata en el personaje que interpreta Cooper Hoffman, un chaval con una intuición para crear negocios asombrosa que sólo necesitaba ser empujado por Alana Haim, la “femme fatale” que todo adolescente corona en sus sueños más húmedos. La tensión sexual entre ellos es tan inmensa como la química que derrochan esta pareja de actores. Sublime.

Pero, por si la interacción entre Paul Thomas Anderson, Alana Haim y Cooper Hoffman no fuera suficiente, mención aparte merece su banda sonora, cargada de temazos inmortales de rock´n´roll y soul que embelesan al más escéptico. Este reverso luminoso de “El hilo invisible” enamora y encandila para siempre porque nace eterna.
Sergio Berbel
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow