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España España · Abroad (de momento)
Voto de Shinboneniná:
8
Drama. Intriga William Harford es un respetable médico neoyorquino cuya vida parece ir muy bien: está casado con una preciosa mujer, tiene una hija y un trabajo que le gusta. Pero, al día siguiente de asistir a una fiesta, su esposa Alice le habla de unas fantasías eróticas y de cómo estuvo a punto de romper su matrimonio por un desconocido. Abrumado por esta confesión, acaba entrando en un local, donde un antiguo compañero le habla de una ... [+]
27 de septiembre de 2010
10 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El propio título es un juego casi imposible de palabras, y la película, junto con ‘El resplandor’ es la obra más kubrickiana del director británico; por su esteticismo y su planteamiento, por su duración y su complejidad. Pero, sobre todo, por su anticonvencionalismo. El juego que plantea Kubrick apela a la dialéctica entre varias dualidades: realidad-ficción, fidelidad-celos, amor-sexo, cotidiano-extraordinario, certeza-incertidumbre. Como revela el titular de un periódico que hojea el doctor Hartford, apela a la suerte de estar vivo (‘lucky to be alive’).

Al margen del preciosismo visual que ofrece la película, de la imbricación de la banda sonora en la historia, que convierte a la música en un personaje más de la narración, como en otras obras de Kubrick, ‘EWS’ presenta la oscura relación entre sexo y poder, la devastadora fuerza del secreto y el sometimiento de la existencia al puro azar, en virtud del cual una acomodada familia bien puede verse arrastrada al abismo de la forma más absurda. Es evidente que Kubrick, un gran vendedor de sí mismo, también jugó con el gancho comercial de la entonces pareja de moda en Hollywood, Cruise y Kidman. El primero no acaba de convencerme en la recreación del celoso e insensato doctor, mientras que la pelirroja australiana anda bastante más acertada en su papel de desorientada e insatisfecha esposa. Además, aparece en pleno esplendor físico, de lo que Kubrick sabe sacar todo el partido, antes de que Nicole fuera abducida por el botox. El director es capaz de transmitir erotismo hasta cuando la Kidman se limpia la cosita. Y es que el turbio vínculo entre lo sexual y lo escatológico también aparece de forma explícita en las imágenes.

Larga, pausada e irregular, supongo que a mucha gente le parecerá estomagante, inaguantable y pretenciosa. Coincido en lo de su excesiva duración y en que Kubrick no apuesta precisamente por la humildad. Pero contiene momentos fascinantes que me han hecho disfrutarla una vez más. Y es la única película que recuerdo que termina con una palabra tan sugerente.
Shinboneniná
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