El director Marcel Carné es responsable de películas como Amanece (Al despertar el día, 1939), Los niños del paraíso (1945) y El aire de París (1954).

Pero fue en el año 1938 cuando el director nos ofreció una obra de 88 minutos que destila elegancia y perfección. Ese metraje plasma un legado inolvidable para la historia del cine.

El muelle de las brumas (1938) crea un ambiente mágico. Es un retrato conmovedor de la pobreza, la marginación y una crítica social que pone el foco en las clases desfavorecidas y en las personas que luchan por sobrevivir. La atmósfera portuaria y la bruma captadas por la cámara son sencillamente espectaculares.

Los actores Jean Gabin y Pierre Brasseur dejan una huella imborrable con sus interpretaciones, elevando la película al rango de obra maestra.

Aunque es una cinta desconocida para muchos, todo verdadero amante del séptimo arte debe conocerla y verla.

Os la recomiendo.