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España España · Pasajero 58
Voto de floïd blue:
7
Comedia Stew Smith (Robert Williams) es un singular periodista que se caracteriza por su notable lucidez y sarcasmo. Absolutamente abstraído en su trabajo, es enviado por su jefe a la mansión de los Schuyler para ratificar cierta historia relacionada con Michael (Don Dillaway), el hijo de la familia, que ha tenido que pagar para desembarazarse de una desaprensiva amante, aunque ésta pretende chantajearlo con unas cartas de amor... (FILMAFFINITY) [+]
4 de marzo de 2016
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta comedia romántica tiene el aliciente de tocar un tema que siempre está ahí, el de una boda por amor -en principio-, pero que conlleva un gran beneficio, el beneficio de vivir de las rentas gracias al dinero de los suegros.

Y el planteamiento es el típico para estos casos: Los millonarios son personas muy estrictas, medio bobos o bobo enteros, unos panolis que se adivina son presumidos y sin pizca de gracia; a diferencia de la pareja que serán personas llenas de desparpajo y personalidad.

Es extraño pues que un hombre, el suegro, haya logrado amasar una gran fortuna siendo como se acostumbra a pintarlos: persona de pocas luces, intransigente y cerrado al diálogo, es tan extraño que se ve que es una tontería. La suegra pues es tonta del culo, pija y maniática como corresponde pintarla llena de tópicos. Eso sí, tienen una mansión como un campo de fútbol, con ayudas de cámara y mayordomos lo más estereotipados posible y están siempre protegidos por la presencia del buitre del administrador o del abogado.

Ante este planteamiento y siguiendo con los tópicos, el honrado y recto periodista que se casa con la niña rica querrá salir adelante por sus propios medios y actuando fiel a sus principios de trabajar para ganarse la vida. Pues vale… Cada uno tiene su opinión, yo me reservo la mía pero a mí me enseñaron a no ser envidioso, luego me da igual lo que uno pueda tener, y además que si renunciar a ciertos privilegios incluyendo el casarte con alguien como Jean Harlow, que pudo tener su punto en aquella época, más los privilegios que te puedes encontrar por el camino, como los millones que ella aporta, si renunciar a eso diera puntos -para lo que fuera- o te lo reconocieran de algún modo, pues uno se lo pensaría, pero como hacer eso es un poco de idealista y soñador, pues cada uno piense según sus ideas.

Por lo demás, y teniendo en cuenta el desfase entre el humor aquel y el de hoy, lo que queda en esta jaula de oro se apoya en la figura de los mayordomos (momento esto y aquello), del abogado (momento del puñetazo) y sobre todo en la buena actuación del periodista que se casa con la niña rica, muy natural y convincente. En definitiva, para conocer la obra de Capra tiene su valor.
floïd blue
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