Esta Marilyn es una Marilyn fea. Sufriente y fea, Victima y victima. Infancia desgraciada. Madre demente y un padre que nunca conoció. Violada de niña. Maltratada de niña y como adulta también. Tres horas de una pasión que terminan cansando al espectador ávido de sorpresas más allá de la melancolía del primer icono sexual mundial explotado por el cine.

Marilyn dice sentirse a disgusto con Marilyn pero en realidad toda su fama, dinero y estrellato como actriz lo obtuvo siendo Marilyn. La psicología de Marilyn no creemos que sea ésta que nos ofrece Dominik. Sospechamos que hay algo demasiado relevante en falta. Y que faltan las luces ya que las sombras es todo lo que se nos muestra y hasta de una forma un tanto morbosa.

Ana de Armas, lo intenta pero que va. Nos parece que la elaboración que hace de Marilyn es más boba que pícara. Y su registro no nos parece creíble. Además, no hay matices. La bomba sexy más que sexy hay veces que nos parece un tanto vulgar y nada especial por cierto, Entiendo que Marilyn hacia delirar al público masculino por una mezcla de inocencia con perversidad sexual en unos tiempos en que los malos pensamientos apenas se podían exteriorizar.

La forma en que se presenta al Presidente Kennedy es terrible. Hay lo que se llaman las licencias artísticas. Sólo que aquí el conjunto es muy desigual y disparatado. La Marilyn glamurosa la echamos en falta.