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Voto de KRIVO:
7
Voto de KRIVO:
7
5,3
8.655
21 de abril de 2022
21 de abril de 2022
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me entretuve bastante con esta película, así de simple. Para quienes somos aficionados a la bicicleta y a pedalear casi a diario por las avenidas y ciclovías de la metrópolis, sea como medio de transporte o deportivo e independientemente de nuestra actividad laboral o profesional, la cinta nos mantiene interesados y especialmente, atraídos por sus imágenes, persecuciones y la habilidad sobre la bicicleta mostrada por los protagonistas y sus dobles. Aparte de observar las propias máquinas de dos ruedas y sus características, con estupendas tomas en pleno pedaleo, en primer plano y desde diversos ángulos.
Estoy saturado de esas inverosímiles persecuciones automovilísticas plagadas de efectos digitales, autos que casi vuelan, explotan, saltan por los aires, y los protagonistas salen indemnes como si nada, y todo rodeado de balaceras sin mayor sentido de la realidad.
Prefiero "Sin frenos", de un acertado David Koepp, que entrega un producto original (¿cuándo se ven bicicletas como elemento protagónico en el cine?), un ritmo vertiginoso, mucha adrenalina, notables escenas de acción, buen montaje y persecuciones espectaculares y realistas, en las aceleradas calles de Nueva York. Con variados recursos técnicos, ágil manejo de la cámara y del tiempo y adecuada banda sonora, que le dan mucho dinamismo a la película. Destaco especialmente ese genial artilugio del cálculo visual sobre la posible trayectoria y consecuencias de seguir tal o cual ruta en la bicicleta, que hace Wilee (muy bien interpretado por un carismático Gordon-Levitt). Y la manera de dominar su fixie, y su conducción siempre al límite, rayando en la temeridad, que da gusto verlo (y a su doble, que está sensacional).
Pero -como comentario al margen- yo utilizo frenos, estoy lejos de ese espíritu suicida del protagonista, que creo no dejará huella en el sentido de entender el uso de la bicicleta de esa forma, como una filosofía de vida. Seguridad ante todo.
La cinta (también llamada "Entrega inmediata") no tiene más pretensiones que otras muchas de acción que llenan las pantallas de hoy. Estamos de acuerdo, tiene una trama sencilla, pero en ningún caso carente de contenido, por supuesto que lo tiene. Plantea un tema diferente y muy poco visto, al tratar la vida de los mensajeros en los ciclos, algo inusual, pero interesante de ver y conocer. Y aquí bien retratado. Como decíamos, también tiene su trasfondo, con el tema migratorio, las apuestas ilegales, los prestamistas usureros y las mafias correspondientes, sin omitir la pequeña historia sentimental y rivalidades consiguientes que condimentan la trama. De tal manera que no es más simple que múltiples películas de la actualidad.
La primera mitad es lo mejor. Un atrapante inicio, lleno de dinamismo, diálogos ágiles y divertidos, rápida y efectiva presentación de los personajes. Y por supuesto, el motor de la película, las persecuciones, con toda la destreza y velocidad ciclística de los mensajeros sobre sus frágiles máquinas, dejando en ridículo al policía corrupto en su Mazda, interpretado por un correcto y también desaforado Michael Shannon. Esa corrida contra el tránsito del bueno de Wilee es delirante. Y ese tono de comedia con el otro policía en bicicleta, siempre superado por los mensajeros y llegando tarde a todos lados. Que le pasen una motocicleta mejor para la próxima.
Después, la película decae un tanto, la trama se hace algo larga y hay situaciones que se dilatan en su desarrollo y desenlace, pero rápidamente retoma el ritmo en el último tercio de metraje.
Las chicas están muy acertadas en sus papeles, convencen y además, atractivas, tanto Dania Ramírez (que se luce sobre la bicicleta, aunque tenga escenas dobladas) como Jamie Chung, muy expresiva.
En resumen, es una película entretenida sin más, cumple su objetivo con creces.
Estoy saturado de esas inverosímiles persecuciones automovilísticas plagadas de efectos digitales, autos que casi vuelan, explotan, saltan por los aires, y los protagonistas salen indemnes como si nada, y todo rodeado de balaceras sin mayor sentido de la realidad.
Prefiero "Sin frenos", de un acertado David Koepp, que entrega un producto original (¿cuándo se ven bicicletas como elemento protagónico en el cine?), un ritmo vertiginoso, mucha adrenalina, notables escenas de acción, buen montaje y persecuciones espectaculares y realistas, en las aceleradas calles de Nueva York. Con variados recursos técnicos, ágil manejo de la cámara y del tiempo y adecuada banda sonora, que le dan mucho dinamismo a la película. Destaco especialmente ese genial artilugio del cálculo visual sobre la posible trayectoria y consecuencias de seguir tal o cual ruta en la bicicleta, que hace Wilee (muy bien interpretado por un carismático Gordon-Levitt). Y la manera de dominar su fixie, y su conducción siempre al límite, rayando en la temeridad, que da gusto verlo (y a su doble, que está sensacional).
Pero -como comentario al margen- yo utilizo frenos, estoy lejos de ese espíritu suicida del protagonista, que creo no dejará huella en el sentido de entender el uso de la bicicleta de esa forma, como una filosofía de vida. Seguridad ante todo.
La cinta (también llamada "Entrega inmediata") no tiene más pretensiones que otras muchas de acción que llenan las pantallas de hoy. Estamos de acuerdo, tiene una trama sencilla, pero en ningún caso carente de contenido, por supuesto que lo tiene. Plantea un tema diferente y muy poco visto, al tratar la vida de los mensajeros en los ciclos, algo inusual, pero interesante de ver y conocer. Y aquí bien retratado. Como decíamos, también tiene su trasfondo, con el tema migratorio, las apuestas ilegales, los prestamistas usureros y las mafias correspondientes, sin omitir la pequeña historia sentimental y rivalidades consiguientes que condimentan la trama. De tal manera que no es más simple que múltiples películas de la actualidad.
La primera mitad es lo mejor. Un atrapante inicio, lleno de dinamismo, diálogos ágiles y divertidos, rápida y efectiva presentación de los personajes. Y por supuesto, el motor de la película, las persecuciones, con toda la destreza y velocidad ciclística de los mensajeros sobre sus frágiles máquinas, dejando en ridículo al policía corrupto en su Mazda, interpretado por un correcto y también desaforado Michael Shannon. Esa corrida contra el tránsito del bueno de Wilee es delirante. Y ese tono de comedia con el otro policía en bicicleta, siempre superado por los mensajeros y llegando tarde a todos lados. Que le pasen una motocicleta mejor para la próxima.
Después, la película decae un tanto, la trama se hace algo larga y hay situaciones que se dilatan en su desarrollo y desenlace, pero rápidamente retoma el ritmo en el último tercio de metraje.
Las chicas están muy acertadas en sus papeles, convencen y además, atractivas, tanto Dania Ramírez (que se luce sobre la bicicleta, aunque tenga escenas dobladas) como Jamie Chung, muy expresiva.
En resumen, es una película entretenida sin más, cumple su objetivo con creces.