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Voto de KRIVO:
8

Voto de KRIVO:
8
6,5
1.122
Western
Scott es un pobre vagabundo que malvive limpiando las calles de un pueblo desértico y tranquilo, donde todos se ríen de él por ser hijo de una prostituta. Su vida cambiará con la llegada de Travis (Lee Van Cleef), un veterano pistolero al que todos temen.Travis le enseña a Scott a usar las armas para que pueda defenderse. Por desgracia, todo el odio y el resentimiento que el chico albergaba empieza a salir a la superficie. (FILMAFFINITY) [+]
20 de abril de 2023
20 de abril de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Buenísimo spaghetti-western de Tonino Valerii, es más serio de lo habitual en este sub-género, alejado de las frivolidades de guión que caracterizan a estas producciones, pero, como trasfondo, con similar tono de sibilina crítica al origen del sistema de sociedad de Estados Unidos en el Viejo Oeste. Con esa dicotomía ambigua que es la relación entre el orden-la ley-poder del dinero, por una parte, y el uso de las armas-violencia institucionalizada, por la otra.
El director hace un buen retrato, con pinceladas acertadas, del cuadro social y económico en el pueblo de Clifton y el desdén de la “gente de bien y civilizada” hacia los desdichados que trabajan como mano de obra barata en míseros oficios y expuestos al desprecio y a los vejámenes de los poderosos, no obstante éstos tienen sus propias miserias de tipo ético-moral, para llegar a ocupar el status que tienen en la comunidad.
Observamos el vínculo entre mentor y discípulo, a través de una especie de decálogo del pistolero efectivo y ganador para sobrevivir en el Salvaje Oeste.
Lee van Cleef, una vez más, llena la pantalla con sus intervenciones, en posesión plena de su papel, con su oficio y carisma característicos. Compone un personaje del todo interesante (el experimentado y efectivo Talby), que nos muestra una evolución inquietante. Sólo decir que al final resulta no ser lo que insinuaba en un comienzo, cuando lo vemos como ese maestro bien inspirado (aunque duro en su “metodología” de enseñanza). Se pueden entender esos cambios en su conducta y actitudes, porque conoce muy bien las fechorías de los "respetables" que controlan el pueblo. Y tiene cuentas que saldar ahí. Al final, él es un pistolero frío, pragmático, imperturbable, certero, amoral, chantajista y que sólo se mueve por sus objetivos. Y si alguien los dificulta cruzándose en su camino, no le tiembla la mano y será eliminado.
Se podría pensar que su co-protagonista, Giuliano Gemma, palidece a su lado. Pero no. Éste va ganando aplomo y carácter con el correr del metraje como el joven aprendiz Scott, con un desvalido pasado, hijo de padre desconocido y de una mujer que trabajaba en el burdel de la localidad. Su mayor pretensión es transformarse en un eficaz pistolero y así ganarse el respeto de sus vecinos del pueblo, que “trapean” con él. Se le ve menos sonriente y acrobático que en sus películas de “Ringo” (aunque algunas maniobras muestra), pero convincente en lo que quiere transmitir. Aunque creemos que su transformación de un joven pusilánime y castigado en el veloz y letal pistolero que llega a ser, es muy rápida, se requería mayor gradualidad. El antes y el después se nos antoja algo brusco. El casi andrajoso Scott del principio, que se come sus buenas golpizas, después se lo ve hasta vestido con prestancia y actitudes matonescas, altaneras y revanchistas hacia quienes antes lo humillaban. Quizás el director no quiere ocupar demasiado tiempo (alargar la cinta) en describir el cambio. Aunque el joven ya había tenido las primeras instrucciones en el uso del revólver y las diversas características de esas armas, en un vínculo casi filial, con su primer tutor, el ex-sheriff Murph (un buen Walter Rilla). De modo que ya algo sabía en lo técnico y en velocidad para desenfundar. Sólo le faltaba dejar de lado su apocamiento y sus escrúpulos para convertirse en un pistolero de temer, con la necesaria dosis de seguridad y descaro, propia de su mentor Talby.
La sorpresa vendrá en la parte final, con las lecciones muy bien aprendidas por el discípulo y la vuelta de mano.
Es una película muy entretenida, gran ambientación, correctos secundarios, de buen ritmo y estupenda banda sonora de Riz Ortolani, marcando las pautas de cada escena y los personajes principales. Vemos un destacado montaje y puesta en escena, de imágenes “limpias”, buenos encuadres y panorámicas (de tipo western clásico) y diálogos asertivos, algunos punzantes y salpicados de humor negro. Buenos tiroteos y un duelo final para entrar en la galería top-ten de los duelos spaghetti.
Muy recomendable.
Me gustó bastante más que “Mi nombre es ninguno” del mismo director.
Ojo, que la versión subtitulada en español y comercializada en DVD (la que yo personalmente tengo) tiene unos 20 minutos menos de metraje que la versión doblada al español y que circula en youtube, de 1 h. 49 m. aprox. Afortunadamente descubrí esta versión larga en youtube. Y que nos muestra la trama más completa, que también le da sentido a ciertas escenas y detalles, que no aparecen en la variante corta.
El director hace un buen retrato, con pinceladas acertadas, del cuadro social y económico en el pueblo de Clifton y el desdén de la “gente de bien y civilizada” hacia los desdichados que trabajan como mano de obra barata en míseros oficios y expuestos al desprecio y a los vejámenes de los poderosos, no obstante éstos tienen sus propias miserias de tipo ético-moral, para llegar a ocupar el status que tienen en la comunidad.
Observamos el vínculo entre mentor y discípulo, a través de una especie de decálogo del pistolero efectivo y ganador para sobrevivir en el Salvaje Oeste.
Lee van Cleef, una vez más, llena la pantalla con sus intervenciones, en posesión plena de su papel, con su oficio y carisma característicos. Compone un personaje del todo interesante (el experimentado y efectivo Talby), que nos muestra una evolución inquietante. Sólo decir que al final resulta no ser lo que insinuaba en un comienzo, cuando lo vemos como ese maestro bien inspirado (aunque duro en su “metodología” de enseñanza). Se pueden entender esos cambios en su conducta y actitudes, porque conoce muy bien las fechorías de los "respetables" que controlan el pueblo. Y tiene cuentas que saldar ahí. Al final, él es un pistolero frío, pragmático, imperturbable, certero, amoral, chantajista y que sólo se mueve por sus objetivos. Y si alguien los dificulta cruzándose en su camino, no le tiembla la mano y será eliminado.
Se podría pensar que su co-protagonista, Giuliano Gemma, palidece a su lado. Pero no. Éste va ganando aplomo y carácter con el correr del metraje como el joven aprendiz Scott, con un desvalido pasado, hijo de padre desconocido y de una mujer que trabajaba en el burdel de la localidad. Su mayor pretensión es transformarse en un eficaz pistolero y así ganarse el respeto de sus vecinos del pueblo, que “trapean” con él. Se le ve menos sonriente y acrobático que en sus películas de “Ringo” (aunque algunas maniobras muestra), pero convincente en lo que quiere transmitir. Aunque creemos que su transformación de un joven pusilánime y castigado en el veloz y letal pistolero que llega a ser, es muy rápida, se requería mayor gradualidad. El antes y el después se nos antoja algo brusco. El casi andrajoso Scott del principio, que se come sus buenas golpizas, después se lo ve hasta vestido con prestancia y actitudes matonescas, altaneras y revanchistas hacia quienes antes lo humillaban. Quizás el director no quiere ocupar demasiado tiempo (alargar la cinta) en describir el cambio. Aunque el joven ya había tenido las primeras instrucciones en el uso del revólver y las diversas características de esas armas, en un vínculo casi filial, con su primer tutor, el ex-sheriff Murph (un buen Walter Rilla). De modo que ya algo sabía en lo técnico y en velocidad para desenfundar. Sólo le faltaba dejar de lado su apocamiento y sus escrúpulos para convertirse en un pistolero de temer, con la necesaria dosis de seguridad y descaro, propia de su mentor Talby.
La sorpresa vendrá en la parte final, con las lecciones muy bien aprendidas por el discípulo y la vuelta de mano.
Es una película muy entretenida, gran ambientación, correctos secundarios, de buen ritmo y estupenda banda sonora de Riz Ortolani, marcando las pautas de cada escena y los personajes principales. Vemos un destacado montaje y puesta en escena, de imágenes “limpias”, buenos encuadres y panorámicas (de tipo western clásico) y diálogos asertivos, algunos punzantes y salpicados de humor negro. Buenos tiroteos y un duelo final para entrar en la galería top-ten de los duelos spaghetti.
Muy recomendable.
Me gustó bastante más que “Mi nombre es ninguno” del mismo director.
Ojo, que la versión subtitulada en español y comercializada en DVD (la que yo personalmente tengo) tiene unos 20 minutos menos de metraje que la versión doblada al español y que circula en youtube, de 1 h. 49 m. aprox. Afortunadamente descubrí esta versión larga en youtube. Y que nos muestra la trama más completa, que también le da sentido a ciertas escenas y detalles, que no aparecen en la variante corta.