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Voto de jscasero:
7
Voto de jscasero:
7
7,0
57.846
Bélico. Drama
Año 1940, en plena 2ª Guerra Mundial. En las playas de Dunkerque, cientos de miles de soldados de las tropas británicas y francesas se encuentran rodeados por el avance del ejército alemán, que ha invadido Francia. Atrapados en la playa, con el mar cortándoles el paso, las tropas se enfrentan a una situación angustiosa que empeora a medida que el enemigo se acerca. (FILMAFFINITY)
13 de abril de 2018
13 de abril de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me reconozco "jeiter" (odiador) de Christopher Nolan, el más sobrevalorado de los directores modernos.
Al principio me divertía, caí engatusado por su atrevimiento en los guiones y su indudable talento visual. Disfrutaba con sus trampas y sus rompecabezas (menos con los más baratos como "El Truco final") No me daba vergüenza decir en alto que "Memento" era muy original. Incluso fui de los que alabaron "El Caballero Oscuro", incapaz de predecir el irreparable daño que su saga iba a causar en el genero de superheroes.
Pero entonces todo empezó a desmadrarse.
El apabullante éxito de público y el visto bueno de la crítica, hicieron que los estudios se rindieran a sus pies y le dieran todo el dinero del mundo para desarrollarse como autor.
Y Nolan se desarrolló a gusto con dos superproducciones, superpretenciosas, supertramposas, sobreexplicativas y sobretodo superficiales.
"Origen" e "Interestellar" confirmaron su potencia visual, su necesidad de enredar las tramas artificialmente (siempre con las instrucciones visibles claro) y su incapacidad para escribir personajes o historias con alma. Hay más emoción en la desconexión de HAL 9000 que en toda la filmografía de Nolan.
Desgraciadamente, una masa de espectadores acostumbrados a deglutir palomitas mientras unos tipos en mallas salvan su aburrido mundo creyó que Nolan les daba filosofía en vena.
Y así llegamos a Dunkerke, otra película de la 2ª Guerra Mundial, esta vez centrada en el desarrollo de la Operación Dinamo: Con Francia derrotada por el ejercito nazi, las tropas alidadas comienzan una evacuación masiva en las costas de Dunkerque.
La historia real es casi una anécdota entre la multitud de batallas libradas durante la Guerra, lo cual juega a favor de la película, ya que Nolan apacigua un poco sus inútiles esfuerzos por trascender y puede centrar su esfuerzos en recrear la realidad y ofrecer un buen espectáculo de imagen y sonido, uno de esos que llaman inmersivos.
Aún así, cómo si no da la nota revienta, ha decidido contarlo todo en tres líneas distintas de tiempo y espacio (Tierra, mar y aire) que convergen al final. ¿Para lograr qué? Pues Nolan lo sabrá.
AGUA: Un hombre acompañado de su hijo y un amigo de éste, cruzan el canal de la Mancha con su pequeña pesquera para ayudar en la evacuación.
Ésta historia es la que más dialogo tiene, tampoco mucho. Contiene la subtrama de Cillian Murphy, la cual funciona como metáfora de lo absurdo de la guerra y de como se forjan de héroes y leyendas. Si hay algo en la película que invite a la reflexión o pueda desprender un mínimo de calor está en esta historia, que además es de las pocas partes que escapan a los tópicos del cine bélico, las otras lo dejan todo para el espectáculo.
AIRE: Tom Hardy, otra vez con máscara, parece el abuelo de Maverick (Tom Cruise en Top Gun), pilota un caza que intenta despejar el cielo de los malvados aviones nazis. Un anónimo dispuesto a sacrificarse por la causa, un héroe clásico. Pocas palabras, pocos gestos, y muchas piruetas: Ahora vuelo por arriba, ahora por abajo, una ráfaga por aquí, otra por allá, paso a ras de suelo, ¡¡ huiba que me choco !!... por casi... Todo ello filmado desde todos los ángulos posibles, y acompañado por un zumbido incesante obra de Hans Zimmer, un especialista en bañar en salsa hasta las mejores carnes.
TIERRA: En la playa, los soldados se amontonan para escapar mientras Kenneth Branatgh (otra vez tibio) dirige la logística a pie de espolón, y Hans Zimmer insiste con sus ruiditos. En busca de la empatía, Nolan se saca de la manga la peripecia de un grupeto que intenta salir de la playa por su cuenta, y se produce un episodio que aún me tiene desconcertado: ¿A quién se le ocurre tapar así los agujeros de bala?
La factura técnica de la película es impresionante, se ha apostado por una estética lo más realista posible y no han reparado en gastos. Han dejado el ordenador para lo estrictamente necesario y han preferido llenar los escenarios con extras y decorados de primera calidad. El resultado es formidable, aunque deja la sensación de que se quedaron cortos de tropas y aviones enemigos. Se me quedan un motón de imágenes potentes en la retina: los barcos volcados, los soldados cubiertos de petróleo, las filas en el muelle, los vuelos sobre la playa... suficientes.
Algunos entendidos dicen que lo mostrado no se ajusta demasiado a la realidad, puede ser.
Dicen que la participación de los pesqueros fue puramente testimonial. A mi me parece que también se muestra como testimonial en la película, sólo que en una de esas barcas van algunos de los personajes en los que se ha detenido el director.
Dicen también que la presencia de los soldados franceses y belgas fue bastante más activa de lo que se muestra en la película. Desde luego la última machada que suelta el personaje de Branagh es sospechosa de darle la razón a los críticos en este punto.
Y finalmente comentan que los bombardeos alemanes sobre la zona eran incesantes y aquí apenas se ven. Reconozco que yo también los eche en falta, de hecho los nazis apenas aparecen, son como una amenaza invisible, lo cual suena molón, pero una vez más no sé si aporta algo a la historia.
La suma es un espectáculo de imagen y sonido que transporta al espectador al epicentro del conflicto bélico.
Muy disfrutable en pantalla grande, seguramente increíble en las pantallas IMAX para las que está concebida (se rodó en 70mm) y que todavía merecerá la pena en televisores domésticos...o salvajes.
¿La mejor de Nolan? Para mí si, pero sigue sin volverme loco.
Si proyectas Dunkerque al revés y a cámara rápida puedes ver los 30 primeros minutos del Salvar al Soldado Ryan, pero sin sentimientos ni emociones.
Al principio me divertía, caí engatusado por su atrevimiento en los guiones y su indudable talento visual. Disfrutaba con sus trampas y sus rompecabezas (menos con los más baratos como "El Truco final") No me daba vergüenza decir en alto que "Memento" era muy original. Incluso fui de los que alabaron "El Caballero Oscuro", incapaz de predecir el irreparable daño que su saga iba a causar en el genero de superheroes.
Pero entonces todo empezó a desmadrarse.
El apabullante éxito de público y el visto bueno de la crítica, hicieron que los estudios se rindieran a sus pies y le dieran todo el dinero del mundo para desarrollarse como autor.
Y Nolan se desarrolló a gusto con dos superproducciones, superpretenciosas, supertramposas, sobreexplicativas y sobretodo superficiales.
"Origen" e "Interestellar" confirmaron su potencia visual, su necesidad de enredar las tramas artificialmente (siempre con las instrucciones visibles claro) y su incapacidad para escribir personajes o historias con alma. Hay más emoción en la desconexión de HAL 9000 que en toda la filmografía de Nolan.
Desgraciadamente, una masa de espectadores acostumbrados a deglutir palomitas mientras unos tipos en mallas salvan su aburrido mundo creyó que Nolan les daba filosofía en vena.
Y así llegamos a Dunkerke, otra película de la 2ª Guerra Mundial, esta vez centrada en el desarrollo de la Operación Dinamo: Con Francia derrotada por el ejercito nazi, las tropas alidadas comienzan una evacuación masiva en las costas de Dunkerque.
La historia real es casi una anécdota entre la multitud de batallas libradas durante la Guerra, lo cual juega a favor de la película, ya que Nolan apacigua un poco sus inútiles esfuerzos por trascender y puede centrar su esfuerzos en recrear la realidad y ofrecer un buen espectáculo de imagen y sonido, uno de esos que llaman inmersivos.
Aún así, cómo si no da la nota revienta, ha decidido contarlo todo en tres líneas distintas de tiempo y espacio (Tierra, mar y aire) que convergen al final. ¿Para lograr qué? Pues Nolan lo sabrá.
AGUA: Un hombre acompañado de su hijo y un amigo de éste, cruzan el canal de la Mancha con su pequeña pesquera para ayudar en la evacuación.
Ésta historia es la que más dialogo tiene, tampoco mucho. Contiene la subtrama de Cillian Murphy, la cual funciona como metáfora de lo absurdo de la guerra y de como se forjan de héroes y leyendas. Si hay algo en la película que invite a la reflexión o pueda desprender un mínimo de calor está en esta historia, que además es de las pocas partes que escapan a los tópicos del cine bélico, las otras lo dejan todo para el espectáculo.
AIRE: Tom Hardy, otra vez con máscara, parece el abuelo de Maverick (Tom Cruise en Top Gun), pilota un caza que intenta despejar el cielo de los malvados aviones nazis. Un anónimo dispuesto a sacrificarse por la causa, un héroe clásico. Pocas palabras, pocos gestos, y muchas piruetas: Ahora vuelo por arriba, ahora por abajo, una ráfaga por aquí, otra por allá, paso a ras de suelo, ¡¡ huiba que me choco !!... por casi... Todo ello filmado desde todos los ángulos posibles, y acompañado por un zumbido incesante obra de Hans Zimmer, un especialista en bañar en salsa hasta las mejores carnes.
TIERRA: En la playa, los soldados se amontonan para escapar mientras Kenneth Branatgh (otra vez tibio) dirige la logística a pie de espolón, y Hans Zimmer insiste con sus ruiditos. En busca de la empatía, Nolan se saca de la manga la peripecia de un grupeto que intenta salir de la playa por su cuenta, y se produce un episodio que aún me tiene desconcertado: ¿A quién se le ocurre tapar así los agujeros de bala?
La factura técnica de la película es impresionante, se ha apostado por una estética lo más realista posible y no han reparado en gastos. Han dejado el ordenador para lo estrictamente necesario y han preferido llenar los escenarios con extras y decorados de primera calidad. El resultado es formidable, aunque deja la sensación de que se quedaron cortos de tropas y aviones enemigos. Se me quedan un motón de imágenes potentes en la retina: los barcos volcados, los soldados cubiertos de petróleo, las filas en el muelle, los vuelos sobre la playa... suficientes.
Algunos entendidos dicen que lo mostrado no se ajusta demasiado a la realidad, puede ser.
Dicen que la participación de los pesqueros fue puramente testimonial. A mi me parece que también se muestra como testimonial en la película, sólo que en una de esas barcas van algunos de los personajes en los que se ha detenido el director.
Dicen también que la presencia de los soldados franceses y belgas fue bastante más activa de lo que se muestra en la película. Desde luego la última machada que suelta el personaje de Branagh es sospechosa de darle la razón a los críticos en este punto.
Y finalmente comentan que los bombardeos alemanes sobre la zona eran incesantes y aquí apenas se ven. Reconozco que yo también los eche en falta, de hecho los nazis apenas aparecen, son como una amenaza invisible, lo cual suena molón, pero una vez más no sé si aporta algo a la historia.
La suma es un espectáculo de imagen y sonido que transporta al espectador al epicentro del conflicto bélico.
Muy disfrutable en pantalla grande, seguramente increíble en las pantallas IMAX para las que está concebida (se rodó en 70mm) y que todavía merecerá la pena en televisores domésticos...o salvajes.
¿La mejor de Nolan? Para mí si, pero sigue sin volverme loco.
Si proyectas Dunkerque al revés y a cámara rápida puedes ver los 30 primeros minutos del Salvar al Soldado Ryan, pero sin sentimientos ni emociones.