Spencer
6,3
8.165
Drama
Biopic de Lady Di que cuenta la historia de un fin de semana crucial a principios de los años 90, cuando la princesa Diana -de nombre Diana Frances Spencer- decidió que su matrimonio con el príncipe Carlos no estaba funcionando, y que necesitaba desviarse de un camino que la había puesto en primera fila para algún día ser reina... El drama tiene lugar durante tres días, en una de sus últimas vacaciones de Navidad en la Casa de Windsor ... [+]
1 de septiembre de 2023
1 de septiembre de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pablo Larraín consigue plasmar de manera extraordinaria, con la ayuda de la banda sonora de Jonny Greenwood que resulta una mezcla soberbia y, por momentos, inquietante entre música clásica y jazz, así como mediante una puesta en escena muy inteligente, la confrontación del personaje de Stewart con la realeza.
El director chileno demuestra su maestría en la elección de planos y movimientos de cámara para transmitir la psicología de Diana. A la hora de mostrar el palacio y la familia real, hace uso de planos generales, simétricamente encuadrados y de una composición perfectamente estudiada, con movimientos de cámara estables y uniformes, simbolizando la formalidad y la rigidez de las normas y tradiciones reales, así como la pureza, estabilidad y perfección que mantienen de cara al exterior. De la misma forma resaltando la vastedad de los espacios en los que se encuentra Diana, a menudo sola, lo que subraya su soledad y aislamiento.
Estos planos, que muestran los actos tradicionales y formalismos propios de la realeza, son inteligentemente maridados con piezas de música clásica. Decimos que elige inteligentemente la música clásica ya que representa un orden y una estructura meticulosamente definidos. Su fundamento es la elegante y refinada precisión. Toda nota debe darse en el momento, lugar y de la forma precisa, tal y como fue establecida. Simboliza a la perfección la institución de la corona la cual sigue protocolos estrictos y tradiciones arraigadas que no admiten imprevistos.
Sin embargo, en contraposición a lo anterior, Larraín se remanga y se afloja la corbata cuando aborda directamente el personaje de Diana con planos cercanos y cerrados, con una cámara en mano, inestable, ruda, creando una sensación de intimidad con la protagonista, mostrando la lucha interior de esta, la desesperación y sus ansias de libertad paseándola por los laberínticos pasillos que enjaulan al personaje deseoso de alzar el vuelo.
Ahora Larraín hace uso del jazz, simbolizando la libertad, espontaneidad e improvisación. Aquí prevalece la expresión a la forma, se rompen barreras y estructuras rígidas predefinidas. De esta forma, este estilo musical representa a nuestra protagonista. Diana es la nota (de séptima característica) de jazz que desestabiliza la perfección, rigidez y refinamiento de la familia real y de su música clásica, en busca de libertad y, en definitiva, la autenticidad al expresarse tal y como es. Es por eso que se utiliza en aquellos momentos en los que la narrativa intima con en el personaje principal para mostrar su lucha y rebeldía reprimida.
De esta forma, el film consigue, mediante la banda sonora y la puesta en escena, en lo que respecta sobre todo a los planos y movimientos de cámara, sumergir al espectador en la mente y emociones de la protagonista, transmitiendo su aislamiento y desesperación en un entorno opresivo, permitiendo que el espectador conecte emocionalmente con ella.
El director chileno demuestra su maestría en la elección de planos y movimientos de cámara para transmitir la psicología de Diana. A la hora de mostrar el palacio y la familia real, hace uso de planos generales, simétricamente encuadrados y de una composición perfectamente estudiada, con movimientos de cámara estables y uniformes, simbolizando la formalidad y la rigidez de las normas y tradiciones reales, así como la pureza, estabilidad y perfección que mantienen de cara al exterior. De la misma forma resaltando la vastedad de los espacios en los que se encuentra Diana, a menudo sola, lo que subraya su soledad y aislamiento.
Estos planos, que muestran los actos tradicionales y formalismos propios de la realeza, son inteligentemente maridados con piezas de música clásica. Decimos que elige inteligentemente la música clásica ya que representa un orden y una estructura meticulosamente definidos. Su fundamento es la elegante y refinada precisión. Toda nota debe darse en el momento, lugar y de la forma precisa, tal y como fue establecida. Simboliza a la perfección la institución de la corona la cual sigue protocolos estrictos y tradiciones arraigadas que no admiten imprevistos.
Sin embargo, en contraposición a lo anterior, Larraín se remanga y se afloja la corbata cuando aborda directamente el personaje de Diana con planos cercanos y cerrados, con una cámara en mano, inestable, ruda, creando una sensación de intimidad con la protagonista, mostrando la lucha interior de esta, la desesperación y sus ansias de libertad paseándola por los laberínticos pasillos que enjaulan al personaje deseoso de alzar el vuelo.
Ahora Larraín hace uso del jazz, simbolizando la libertad, espontaneidad e improvisación. Aquí prevalece la expresión a la forma, se rompen barreras y estructuras rígidas predefinidas. De esta forma, este estilo musical representa a nuestra protagonista. Diana es la nota (de séptima característica) de jazz que desestabiliza la perfección, rigidez y refinamiento de la familia real y de su música clásica, en busca de libertad y, en definitiva, la autenticidad al expresarse tal y como es. Es por eso que se utiliza en aquellos momentos en los que la narrativa intima con en el personaje principal para mostrar su lucha y rebeldía reprimida.
De esta forma, el film consigue, mediante la banda sonora y la puesta en escena, en lo que respecta sobre todo a los planos y movimientos de cámara, sumergir al espectador en la mente y emociones de la protagonista, transmitiendo su aislamiento y desesperación en un entorno opresivo, permitiendo que el espectador conecte emocionalmente con ella.
20 de marzo de 2025
20 de marzo de 2025
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Huele bien? sí... ¿Es necesario? no. Pablo Larraín nos cautivó y conquistó en "No" pero ahora siempre tiende a hacer esa especie de 'biopics' tan sucintos y especiales con el sello de su autoría y mucho estilo de por medio... A mí personalmente no me convence porque lo que destila es discutible y más bien parece una 'performance' que una historia real. En este caso Kristen Stewart -más 'impresionante' que 'impresionada', se lo digo a Sally Hawins- luce muy bien y calca los andares de Diana quién pudo, supo y quiso vivir la vida a su manera. Punto pelota. Todo lo demás son elucubraciones larrainescas por más bulimias o desazones que nos muestre aunque admito que el director se ha centrado en unos escasos días y las ansias de libertad de Diana.
(También confieso que he hecho bastante zapping, glups, ejems, etc, pero el tiempo es breve y prefiero la colonia a los perfumes, mis disculpas descerebradas en general)
(También confieso que he hecho bastante zapping, glups, ejems, etc, pero el tiempo es breve y prefiero la colonia a los perfumes, mis disculpas descerebradas en general)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
spoiler:
Culmina con lady Spencer haciendo un picnic con sus hijos frente al Támesis, como momento estelar feliz, con un banco tapando discretamente el logo del 'Kentucky & Chicken'... Y vuelvo a disculparme por lo esquemático de mi comentario sin respetar del todo el espíritu del film, lo siento ;(
13 de noviembre de 2023
13 de noviembre de 2023
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No es la primera vez que Larraín se acerca a un personaje notorio para realizar un biopic muy sui generis, como por ejemplo hizo con Jackie Kennedy o con Pablo Neruda. En este caso, su visión y acercamiento a la figura de la princesa Diana de Gales es bastante irregular, por momentos da la sensación de moverse en círculo, resultando algo repetitiva en ciertos aspectos e incidiendo en los mismos pensamientos, sensaciones y percepciones de la protagonista. Stewart tiene momentos interesantes y otros algo sobreactuados, y la película, en su conjunto, no me acaba de cuadrar del todo y tampoco parece tener claro hacia dónde quiere ir más allá de parecer en cierto modo una sucesión de imágenes (estéticamente impecable, eso sí) y sensaciones del personaje principal.
1 de abril de 2022
1 de abril de 2022
3 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dictaminaré el motivo de no darle el Oscar a Kristen Stewart, y a su vez, el porque no debería estar ni nominada.
-La pelicula se pasa de melodramática, esta todo el tiempo llorando, cortándose y auto flagelándose con lo que encuentre, aparte de ni siquiera dormir con el marido, se entristece de no esta en su casa. Señora, señora, va a ser reina, vivió asi toda su vida, puede hacer lo que quiera, y aun y así va seguir con este drama barato.
-En cuanto a fotografía y dirección de arte, esta realmente bien, pero por lo demás me da mucho cringe.
PD: porque tantos PPP, me ponían poco a poco mas nervioso.
Nota 3.8/10.
-La pelicula se pasa de melodramática, esta todo el tiempo llorando, cortándose y auto flagelándose con lo que encuentre, aparte de ni siquiera dormir con el marido, se entristece de no esta en su casa. Señora, señora, va a ser reina, vivió asi toda su vida, puede hacer lo que quiera, y aun y así va seguir con este drama barato.
-En cuanto a fotografía y dirección de arte, esta realmente bien, pero por lo demás me da mucho cringe.
PD: porque tantos PPP, me ponían poco a poco mas nervioso.
Nota 3.8/10.
20 de octubre de 2021
20 de octubre de 2021
2 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pablo Larraín se adentra en el universo de la familia real británica, para recrear lo que pudieron ser tres días en el castillo de Sandringham, coincidiendo con las navidades de 1991, y lo hace poniendo su punto de mira en el personaje de la Princesa Diana, en unos años en donde su matrimonio con el Príncipe de Gales no pasaba por el mejor momento, con la presencia en la sombra de Camila Parker Bowles. El texto escrito por el guionista y director británico Steven Knight intenta asemejarse lo máximo posible a la realidad, ya que es una inspiración libre de lo sucedido. "Spencer" se presentó en el Festival de Venecia y fue la película sorpresa de la pasada edición del Festival de San Sebastián.
El largometraje tiene un gran inicio con Diana conduciendo un coche descapotable sin un rumbo determinado, con el único objetivo de alejarse de esa familia con la que no conecta, en un prólogo que es un prodigio a nivel visual, en una de las muchas escenas sin diálogos en donde la cámara se posiciona de manera opresiva cerca de la Princesa.
"Spencer" no es sencilla, ni asequible para todo tipo de espectadores ya que Larraín coloca la cámara cercana a los personajes, para hacer sentir la opresión a los espectadores en relación con lo que está sufriendo el personaje protagonista, pero a diferencia de otras dos películas que abordan unos personajes populares como "Neruda" o "Jackie", con las que no conecto, el tono es mucho más moderno y radical en los aspectos visuales, sonoros y musicales.
Únicamente en el diseño de los escenarios en el interior del castillo y en el diseño de vestuario la película recuerda a esas propuestas de época más clásicas, como la serie "The Crown".
Kristen Stewart está magnífica en la que quizás sea la mejor interpretación de su carrera (junto a su trabajo en "Viaje a Sils Maria (2014) de Olivier Assayas, por la que podría lograr su primera nominación al Óscar, en una gran actuación dramática contenida. Junto a ella aparecen grandes nombres del cine británico actual, en unos secundarios de lujo como Timothy Spall que interpreta al Mayor Alistar Gregory, Sally Hawkins como Maggie, la estilista de Diana, y Sean Harris al jefe de cocina. Cada uno tiene su momento importante, siempre relacionados con la presencia de la protagonista, que aparece en todas las escenas.
Larraín demuestra su calidad como director, con unos movimientos de cámara muy sutiles o con planos en movimiento como el del prólogo. El trabajo del director chileno, junto al de Claire Mathon, la directora de fotografía habitual de Sciamma, son los responsables de esos planos de gran belleza tanto en el interior del castillo como en los recorridos de Diana por los exteriores.
A todo ello hay que sumar una gran recreación de la época, y sobre todo una banda sonora variada, que es la responsable de la tensión de muchas escenas por parte del compositor británico Jonny Greenwood, miembro del grupo Radiohead (también es el responsable de la música de "El poder del perro"). No es una película asequible a todo tipo de público, y puede decepcionar a los que quieran ver una película clásica de época.
LO MEJOR: La actuación de Kristen Stewart. La música.
LO PEOR: Puede desesperar a los que disfrutan con las películas de época más clásicas.
Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en http://www.filmdreams.net
El largometraje tiene un gran inicio con Diana conduciendo un coche descapotable sin un rumbo determinado, con el único objetivo de alejarse de esa familia con la que no conecta, en un prólogo que es un prodigio a nivel visual, en una de las muchas escenas sin diálogos en donde la cámara se posiciona de manera opresiva cerca de la Princesa.
"Spencer" no es sencilla, ni asequible para todo tipo de espectadores ya que Larraín coloca la cámara cercana a los personajes, para hacer sentir la opresión a los espectadores en relación con lo que está sufriendo el personaje protagonista, pero a diferencia de otras dos películas que abordan unos personajes populares como "Neruda" o "Jackie", con las que no conecto, el tono es mucho más moderno y radical en los aspectos visuales, sonoros y musicales.
Únicamente en el diseño de los escenarios en el interior del castillo y en el diseño de vestuario la película recuerda a esas propuestas de época más clásicas, como la serie "The Crown".
Kristen Stewart está magnífica en la que quizás sea la mejor interpretación de su carrera (junto a su trabajo en "Viaje a Sils Maria (2014) de Olivier Assayas, por la que podría lograr su primera nominación al Óscar, en una gran actuación dramática contenida. Junto a ella aparecen grandes nombres del cine británico actual, en unos secundarios de lujo como Timothy Spall que interpreta al Mayor Alistar Gregory, Sally Hawkins como Maggie, la estilista de Diana, y Sean Harris al jefe de cocina. Cada uno tiene su momento importante, siempre relacionados con la presencia de la protagonista, que aparece en todas las escenas.
Larraín demuestra su calidad como director, con unos movimientos de cámara muy sutiles o con planos en movimiento como el del prólogo. El trabajo del director chileno, junto al de Claire Mathon, la directora de fotografía habitual de Sciamma, son los responsables de esos planos de gran belleza tanto en el interior del castillo como en los recorridos de Diana por los exteriores.
A todo ello hay que sumar una gran recreación de la época, y sobre todo una banda sonora variada, que es la responsable de la tensión de muchas escenas por parte del compositor británico Jonny Greenwood, miembro del grupo Radiohead (también es el responsable de la música de "El poder del perro"). No es una película asequible a todo tipo de público, y puede decepcionar a los que quieran ver una película clásica de época.
LO MEJOR: La actuación de Kristen Stewart. La música.
LO PEOR: Puede desesperar a los que disfrutan con las películas de época más clásicas.
Pueden leer esta crítica con imágenes y contenidos adicionales en http://www.filmdreams.net
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