El viaje de Chihiro

El viaje de Chihiro, es por ahora la peor película de animación japonesa que he visto. El principio del filme pintaba que se iba a poner interesante, pero sucedió lo contrario. Se convirtió en un argumento aburrido, raro y sin mucha emoción. Definitivamente prefiero ver las películas de Dragon Ball o Saint Seiya.

No puedo dar crédito a lo que estoy viendo en mi pantalla: la nota media -inflada- que tiene este despojo, las favorables críticas tanto de especialistas como de aficionados (exageradas) y lo peor de todo... que mis "almas gemelas"¡la valoran de puta madre! Incomprensible. ¿Qué pasa, que soy un marginal del cine? Creo que no. ¿Que soy tonto porque no me gusta este engendro? No. Obvio. Mi cultura del celuloide es suficientemente importante como para legitimar estas palabras. Son muchos años viendo cine de todo tipo, y esta obra se pasa de castaño oscuro. Por aquí sí que no paso!!

Y es que necesito hacer esta crítica por que no es justo las estrellas que le ponen, para ver si los aficionadillos y gente en general aprenden algo sobre cine , y porque me sentiré mejor.
Cuando la vi me quedé superperplejo, rayadísimo, sobre todo por ese desfile horroroso de monstruitos que plagan la peli; ha sido asqueroso al cuadrado y chirriante. Mención especial para el par de brujas (sí señores, hay dos por falta de una) para el cual todos mis peores apelativos se quedan cortos; es lo peor y más feo I ever en el cine, y ya son años,.. y para el tipo ese de negro que da angustia sólo de verlo, esa criatura que sólo dice "ah ah". Y el bebé ... puuuf, ¿qué me decís del bebé? En fin que el único que se salva de este estercolero es el dragón.

Por eso la vi. Porque en la tele, no sé en qué canal ni en qué programa, afirmaban que se trata de una obra maestra. ¿? Esta opinión, al parecer generalizada, se explica gracias a la teoría de la bola de nieve. Sí, sí ese fenómeno que todos ustedes conocen. Con esta peli, como con muchas otras, creo que sucede esto: al estrenarse, o incluso en algún momento anterior, dos o tres, o más, que importa, gurús de la opinión y de la crítica -los entendidos- amigos entre ellos, quien sabe, o no, deciden ponerse de acuerdo para gastarnos una broma de muy mal gusto, o quizá la verdad sea que ellos alucinan y se creen realmente lo que postulan en publicaciones diversas, vendiendo la moto de que tal o cual película es total, o la hostia consagrá, o su puta madre montada en vete tú a saber qué. Luego, sencillamente, los demás dicen más o menos lo mismo que nuestros famosos entendidos ya que si dicen otra cosa, es que no entienden de cine o quedan en mal lugar, porque oponerse a las masas es difícil. Pero yo no compro. Es en este preciso momento cuando la bola (pequeña) comienza a rodar pendiente abajo y ya no hay quién la detenga, haciéndose cada vez más grande.

PD: No me gustan los vertederos.

En mi opinión, película muy sobrevalorada a tenor de lo visto. El principio es prometedor pero a medida que transcurren los minutos la película se hace:

- Pesadísima.
- Incongruente.
- Incoherente.
- Monótona.
- Extremadamente inverosímil.
- Aburrida en muchos momentos.
- Etc...

Por qué? Porque la historia archi-fantástica que en esta ocasión se inventa Miyazaki a mí personalmente no me ha convencido, es más, me ha parecido una somera chorrada que no hay por donde cogerla. Situaciones muy absurdas, muy tontas, demasiado fantásticas, tan fantásticas que se le podrían ocurrir a cualquier niño de 5 años, no hace falta llamarse Hayao Miyazaki. Yo le habría quitado una hora de duración, porque se hace larguiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisima, y eso es malo, muy malo para una película.

En definitiva, una pelìcula con un argumento que parece sacado de la imaginación de 200 niños, cada uno con su historia diferente.

Prefiero a Isao Takahata.

No sé si el director estaba drogado cuando hizo la película o si yo era la que estaba fumada* mientras la miraba.

* No me drogo, pero mis vecinos del piso de arriba sí lo hacen y de vez en cuando el olorcito de la chala llega hasta mi departamento. Y para los que creen que es imposible que el humo baje, les contesto que si se creyeron todo este bodrio que acabo de ver, también tienen que admitir que la fumarada puede descender hasta más allá de mi balcón.

Igual era por la resaca, que todo puede ser.

El otro día fui como loco a comprarme un Ribera del Duero que decían que era excelente.

Voy, me lo compro, lo reservo para un momento especial y cuando lo abro: zas!!!. Mi olfato me empieza a advertir. El caso es que no hago caso, y lo introduzco en mi boca con expectación.

El paladar, muy sabio, me lo dice claro: “Avinagrado”. Menuda papeleta.

“Pero si todos dicen que está delicioso”. Le dije yo. Tiene hasta una Uva de Plata.

“¿Y vas a tomar lo que te digan ellos o lo que te digo yo?”. Me respondió.

“Bien. Tú ganas. Pero que sepas que volveré a intentarlo otro día.”. Respondí.

El caso es que hace poco me puse de nuevo aquel Ribera. La botella estaba ya empezada y fue tras ocho minutos de reloj, cuando me llegó de nuevo ese sabor avinagrado. Desistí.

No pude evitar pensar si es que mi paladar está riéndose de mí o es que hay muchos por ahí bebiendo caldos que quizás no les gustan tanto...no todos, no todos, pero quizás sí unos cuantos....quizás sí..... Y mientras pensaba esto cogí un vaso, eché dos cubitos, dos aceitunas, un buen chorro de martini, volqué una cocacola encima y, por una vez, evité una buena resaca.